Estimado lector, el día de hoy me gustaría compartir con ustedes la celebración que con este editorial hago. Cumplo seis años de escribir en esta columna, Enredos Financieros en La Jornada Aguascalientes. Se dice fácil, pero no lo es. Si bien es cierto muchas veces deseamos escribir otras cosas, (y que hay mucho de donde escribir ahora tanto de México como del Huracán convertido en Depresión Tropical Trump) también es cierto que es tiempo de celebrar, y de festejar, por qué no.
Seis años en donde pasamos de una guerra fallida contra el narcotráfico de Felipe Calderón a una inoperancia gubernamental con Enrique Peña Nieto que tuvo todo para poder hacer de México un país diferente. Seis años en donde pasamos de pensar que Andrés Manuel López Obrador estaba muerto políticamente para verlo más vivo que nunca (aunque sea dicho de paso, esté vivo como Zombi, es la realidad), siendo el único político en la historia del MUNDO que lleva 18 años en campaña. Además, vimos cómo las reformas estructurales que durante décadas fueron platicadas como una panacea para nuestro país y que gracias a ellas se podría salir del “tercermundismo” como bien nos bautizó Luis Echeverría allá por la década de los setenta, para darnos cuenta que no era lo que nos prometieron, que el tiempo de esas reformas estructurales fue pospuesto tanto tiempo por el mismo PRI, que cuando tuvo la voluntad de votarlas y llevarlas a buen término, su resultado fue desastroso, como lo podemos ver con el precio de las gasolinas y el impacto que ha tenido en la economía familiar e interna del país. Vimos también cómo el narco más poderoso del mundo, El Chapo Guzmán, fue apresado, puesto en libertad, vuelto a apresar y llevado a Nueva York, pasando por ser una estrella de Hollywood gracias a una entrevista realizada por actores mexicanos y estadounidenses. Vimos cómo las promesas de mayor seguridad de este Gobierno Federal fueron como siempre palabras vacías y como la inseguridad que ronda en nuestro país en varias latitudes es más terrible que nunca. Lo peor es que ya no nos espantamos al respecto.
Además, vimos cómo un gobernador inversor como lo fue Lozano, con índices de aprobación altos, pierde a manos de la oposición del PAN, con Martín Orozco. También nos dimos cuenta que el que llegara Nissan con una segunda y una tercera planta a Aguascalientes no trajo el progreso que nos prometieron, pero eso sí, bajó los índices de desempleo, teniendo todavía la asignatura pendiente de los salarios.
En seis años vimos también lo imposible, el cisne negro por excelencia, que Hillary Clinton perdiera la elección ante un psicótico, llamado Donald Trump, además en ese mismo año, pero unos meses antes, como uno de los baluartes de Europa hacía un referéndum y decidía de golpe y porrazo salir de la Unión Europea, con repercusiones que todavía no se asimilan del todo. Además, el huracán Trump se ha desinflado y cada vez más se han encontrado evidencias de su personalidad tramposa, doble y falsa. La posibilidad de juicio político se ha ido acrecentando cada vez más y ya casi nadie duda que no termine su mandato completo.
Hemos visto también como los más ricos han creado micro crisis financieras que lo que han hecho a final de cuentas es acrecentar la riqueza de algunos cuantos, y cada vez tener más pobres.
También en estos seis años vimos como las guerras del futuro se están peleando hoy. El terrorismo islamista, creado por el mismo Estados Unidos se le ha revertido. Inocentes mueren en situaciones que nos hubieran parecido imposibles. En conciertos, juegos de futbol, lugares turísticos, y por más esfuerzos que se hacen día a día para evitar esto parece imposible.
Seis años en los que el tono de este editorial ha pasado por muchas emociones, desde el educativo, profesional, pesimista, optimista, reflexivo, crítico, propositivo, y también por qué no decirlo, en el que su servidor se ha tomado unos tiempos de descanso que esperemos no vuelvan a ocurrir.
256 editoriales escritos, uno más con este. Alrededor de 204,800 palabras, 512 páginas, suficientes para escribir un libro de buen calado. También en esos seis años he pasado por un crecimiento profesional y personal interesante. Este momento es bueno para hacer un alto en el camino, para reflexionar lo bueno, lo malo, lo extraordinario, lo excelente, pero sobre todo, estimado lector, es un buen momento para decir:
GRACIAS
Gracias a ti, que cada que aparece este editorial lo lees, reflexionas, críticas y retroalimentas al que escribe. Gracias a Francisco Aguirre, por la oportunidad de seguir escribiendo en este periódico, y a Edilberto Aldán, por aguantar los des tiempos de algunos editoriales.
GRACIAS MIL
Y como aquí no hay impedimento, no queda más que decir, y vamos por el siguiente sexenio.
