- El inmueble recobra vida con sus espacios llenos de historia para servir a la creación, al arte y para propiciar la convivencia de los mexicanos
Espacio de encuentro con la historia y puente entre los siglos XIX, XX y XXI que atestiguó gestas culturales, proyectos artísticos e incluso el diseño arquitectónico de la Columna de la Independencia, la casa Rivas Mercado, construida en 1898, fue presentada al público después de nueve años de trabajos de restauración.
La secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera y Ana Lilia Cepeda de León, presidente del patronato de la Fundación Conmemoraciones 2010, asistieron al acto en el que se presentó la conclusión de la primera fase de restauración del emblemático inmueble, cuya adquisición tuvo un costo de 12.5 millones de pesos, mientras que sus trabajos de restauración en un terreno de dos mil 570 metros cuadrados comenzaron en 2008 y tuvieron una inversión de 85 millones de pesos entre el Gobierno Federal y el Gobierno de la Ciudad de México.
María Cristina García Cepeda dijo que la Casa Rivas Mercado es un espacio donde se respira el aire de una época imprescindible para conocer a México y donde el talento artístico de su creador se refleja en cada mosaico, material, desnivel y relieve que enmarcaron la intensa vida cultural de sus moradores.
Sobre la colaboración entre las instituciones y la sociedad civil, afirmó que se unieron bajo el objetivo común de dignificar nuestro patrimonio, rescatar nuestra memoria y, sobre todo, ese imaginario colectivo que es testimonio de un tiempo que construyó una parte esencial de la cultura contemporánea.
La secretaria de Cultura destacó la labor del Gobierno Federal junto con el de la Ciudad de México y las fundaciones Rivas Mercado y 2010 Conmemoraciones, así como el patronato de la primera, que hicieron posible este proyecto.
María Cristina García Cepeda afirmó que los espacios de esta casona evocan no sólo el genio del arquitecto y escultor Antonio Rivas Mercado, sino de su hija Antonieta Rivas Mercado, impulsora de gestas culturales que culminaron en la construcción del Teatro Ulises, la revista Los Contemporáneos y la conformación de la Orquesta Sinfónica de México.
Añadió que la Casa Rivas Mercado recobra su vida con sus espacios llenos de historia para servir a la creación, al arte y para propiciar la convivencia de los mexicanos. Una casa, dijo, donde habita la memoria, la cultura y nuestras raíces.
Se afirmó que esta casa representa un gran espacio de cultura para el que ya existe un sólido proyecto actividades de teatro, danza, música y literatura con la participación de las instituciones culturales y la sociedad civil, en un marco de cooperación con la Fundación Rivas Mercado.
Ana Lilia Cepeda de León recordó que este proyecto surgió en el marco de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, encontrando en el año 2007 los apoyos para seguir adelante con el rescate del inmueble.
Reconoció el impulso al proyecto con el que se comprometió el entonces presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y primer secretario de Cultura de México, Rafael Tovar y de Teresa.
“En el año 2008 se iniciaron los trabajos en los mil 590 metros cuadrados de construcción, luchando contra el hundimiento y el deterioro estructural, respetando no obstante su estilo original clásico ecléctico con siete tipos de cantera y sus 50 mil tipos de mosaicos encáusticos, baldosas y pisos ingleses que hacen de este inmueble uno de los más bellos de nuestra ciudad.”
La actriz Angélica Aragón dio lectura a un fragmento de la novela A la sombra del Ángel, obra de Kathryn S. Blair -nuera de Antonieta Rivas Mercado- donde se recuerda un pasaje de Antonio Rivas Mercado cuando nació su hija Antonieta en el año 1900 como “una que auguraba los cambios del siglo XX”.
“En esta casa de dos pisos con línea horizontal y toques pompeyanos vino al mundo Antonieta, quien para su padre se convertiría en el ser que anunciaba los nuevos tiempos que viviría México”, leyó Angélica Aragón.
Con información de la Secretaría de Cultura