Mi Semana con Marilyn - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Después de esperar Mi Semana con Marilyn por casi un año completo, finalmente llegó a las pantallas de cine de provincia, de hecho es la última de las nominadas al Oscar en aparecer en las carteleras del país y, si bien no es el “peliculón” que muchos se imaginaban, sí hace un excelente papel  en cuanto a entretener al público se refiere.

Marilyn Monroe es uno de esos personajes que captura la imaginación de muchos pues su breve paso por el planeta, unido a la burbujeante personalidad que proyectaba, la hacen la candidata perfecta para colocar en un nicho y adorarla. Así que no es de sorprender que se hayan hecho una montaña de películas para cine y tv en las que se pretenda traerla de nuevo a la vida. Generalmente estos “homenajes” despiertan más críticas negativas que positivas, pues los fans de hueso colorado nunca consideran que se le haya hecho justicia a su ídolo.

Ése no es el caso de esta cinta, Michelle Williams capturó perfectamente la esencia de la diva, tanto físicamente como en espíritu, de tal forma que el espectador es capaz de olvidar las pequeñas diferencias entre una y otra; lo que sucede con la Marilyn de Williams es que uno como audiencia quiere creerse el engaño, queremos que sea la Diosa de Hollywood la que está actuando frente a nosotros. Lo que no ocurre con el Laurence Olivier de Kenneth Branagh –en imagen uno de los peores miscast que he visto– pues cada vez que aparecía en una escena tenía que recordarme a quién se suponía que estaba representando, aunque, para ser justos con el actor inglés, su poca similitud física con Olivier, quedaba  olvidada  con relativa facilidad una vez que empezaba actuar.

La cinta narra un pequeño pasaje de la vida de la Monroe, justo cuando la actriz acababa de casarse con Arthur Miller y había volado a Inglaterra para filmar el largometraje El Príncipe y la Corista, no obstante que Marilyn es el centro de la historia, ésta está vista, y contada, desde la perspectiva de Colin Clark un joven cuya aspiración es trabajar en la industria fílmica, lo cual consigue, sí, gracias a su perseverancia, pero principalmente gracias a que sus padres son amigos de Laurence Olivier y su esposa, la actriz Vivien Leigh. Como el flamante tercer asistente del Director, Colin comienza a cumplir su sueño, aunque su labor es más que nada de “mil usos” y “traedor” de todo y de todos. Al iniciar los ensayos para la película, los involucrados en la producción –de la cual Olivier no sólo es protagonista sino también el director– comienzan a percibir los problemas que tendrán gracias a las excentricidades de la protagonista.

Marilyn no sólo llega tarde a los llamados, sino que además, presa de los nervios, olvida o confunde los parlamentos y corre a su camerino como ratón asustado cuando Olivier la reprende públicamente. La actriz es en sí un desastre… pero, justo cuando todos están a punto de perder la paciencia con ella, logra hacerlo bien y entonces, ellos, y nosotros del otro lado de la pantalla, podemos ver en acción un poco de la magia que la convirtió en la estrella que fue entonces y en el ídolo que es ahora.

Con todo y lo predecible que puede ser el final, ésta es una película que vale la pena ver, además de una muy buena actuación de los protagonistas, podrán apreciar una estupenda ambientación y una igualmente perfecta fotografía las cuales nos permiten trasladarnos, sin problema, a los años 50.

Con lo que tuve yo un poco de problema fue con la coherencia de la historia en sí, pues aunque parece que tanto el guionista Adrian Hodges –basado en un libro escrito por el verdadero Colin Clark– como el director, Simon Curtis, pretendían mostrar a la Marilyn persona y no sólo al personaje, fallaron terriblemente en lograrlo pues la cinta está llena de imágenes y actitudes clichés que representan el estereotipo de la diva, aún en sus momentos privados, pero en ninguna escena se preocuparon por presentar a la mujer. Quizás hicieron esto para tratar de que Michelle Williams realmente encarnara a Marilyn, lo cual no era necesario pues con la pura actuación se cumplía ese objetivo; lo que sí consiguieron fue mostrar, que ella tenía razón, la que le interesa a la gente es la estrella y no la persona –como expresa en el filme–, “Todos aman a Marilyn Monroe y cuando descubren que yo no soy como ella, terminan por dejarme”. n

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Productores: David Parfitt y Harvey Weinstein; director: Simon Curtis; guión: Adrian Hodges, basado en los diarios de Colin Clark, EL príncipe la Corista y Yo y Mi Semana Con Marilyn; fotografía: Ben Smithard; edición: Adam Recht; música: Conrad Pope; reparto: Michelle Williams, Kenneth Branagh, Eddie Redmayne, Dominic Cooper, Philip Jackson, Derek Jacobi, Toby Jones, Michael Kitchen, Julia Ormond, Simon Russell Beale, Dougray Scott, Zoe Wanamaker, Emma Watson y Judi Dench.


 


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