De las promesas de Donald Trump, la de que se convertirían en los policías del mundo y que su ejército sería el más poderoso, inclusive en su proyecto de presupuesto, el aumento a las fuerzas armadas es muy significativo.
El hecho de un ataque con gas sarín, que según Rusia fue producto de un bombardeo a reductos de armas químicas de los rebeldes que operan en contra del régimen de Bashar al Assad, al cual los Estados Unidos ya le pusieron precio y condicionan la paz en Siria a que este señor salga del gobierno.
Por otro lado, los norteamericanos están seguros de que fue el ejército Sirio el que lanzó dicha arma química. Quien haya sido, es uno de los crímenes en contra de la humanidad más rechazado y condenado por su crueldad, aunque las demás armas también causan sufrimiento y muertes a la población civil, y a causa de esta certeza de los norteamericanos, lanzaron un ataque contra una base militar de los Sirios con cohetes Tomahawk, lo cual ha sido tomado por el presidente Trump como una victoria y una demostración de fuerza frente al mundo, y ha sido secundado por los miembros de la OTAN, (países europeos).
Posteriormente viajó a Moscú el secretario de estado Rex Tillerson y se entrevistó por cinco horas con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, y el único acuerdo a que llegaron fue que las relaciones entre ambos países está en el nivel más bajo de la historia, y que falta de confianza es la divisa en la actualidad.
Por otra parte, Trump ha enviado al mar de Japón una flota muy completa con la finalidad de arreglar el problema con Corea del Norte por su desarrollo nuclear, y ha dicho que actuarán con China o sin ella; o sea, un frente más que está abriendo y que en estos días conoceremos su desenlace. Viendo el comportamiento de Corea del Norte es muy difícil que se lleguen a acuerdos por la vía diplomática, y si Trump no utiliza la fuerza se verá como una debilidad. Esto, sin duda, escalará las problemáticas mundiales.
No conforme con esto el jueves de la semana pasada en Afganistán se detonó la bomba más poderosa no nuclear que existe, según los norteamericanos, buscando destruir cuevas y pasajes subterráneos, que son usados por los rebeldes en ese país. Esto nos viene a confirmar que este señor no se va a detener en abrir los frentes que sean necesarios para la dominación mundial. Debemos recordar que antes de ser presidente criticó de manera muy fuerte la injerencia que tuvieron en su momento los Estados Unidos en Irak, Libia y otros países invadidos.
Ante este escenario vemos una escalada de violencia, y estamos muy cerca de una generalización de guerras regionales que nos puede perjudicar como parte de este mundo. Esto quizá lo va a distraer, y su fobia hacia los mexicanos podrá pasar a segundo plano.