No hay patada de crol en tierra que no parezca berrinche / Mar profundo - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Llevar los pies muy hundidos suele ser un fallo común que aumenta la resistencia al avance, por lo que es importante fijarnos en llevar los pies alineados con el tronco y la cabeza. El cuerpo debe formar una línea recta con el fin de disminuir dicha resistencia que ofrece el cuerpo al agua y conseguir así que la patada contribuya en la propulsión.

Cómo hacer una buena patada de crol swimibiza.com

 

La natación es por mucho la actividad física más recomendada. Es incluso para algunos una actividad curativa. En la natación es indispensable el uso de las extremidades corporales, sin ellas sólo se está flotando. Una buena técnica de brazo y de patada son indispensables en la natación, pero la patada es esencial, sin ella no avanzas y el cuerpo cae.

Si las fechas no me fallan, recién había cumplido los 17 años. En aquel entonces me vestía con huaraches de suela de llanta, faldas largas floreadas o pantalones rotos, todo ello, según yo, como parte de mi identidad y muestra de rebeldía. De las pláticas con mi profesor de guitarra surgió la oportunidad de integrarme a una asociación civil, esa misma asociación me permitió participar en diferentes movimientos ciudadanos, incluyendo entre otros aquel Referéndum Zapatista en 1995 en la plaza cívica de Aguascalientes a través de Alianza Cívica. Recuerdo aquel día junto con mis compañeros acercarme familias y explicar en qué consistía el referéndum, e incluso los niños participaban creando dibujos sobre la importancia de los derechos de los pueblos indígenas y la paz.

Fueron varios años en los que me involucré con aquella asociación, y muchos los aprendizajes de participación ciudadana. Con ellos viví la llegada al poder por primera vez de la derecha en Aguascalientes en la alcaldía de la capital. También poco a poco vi como cada uno de quienes integrábamos la asociación iba tomando su trinchera: derechos humanos, derechos de las mujeres, militancia en partidos políticos, hasta que llegó el momento en que la asociación se desintegró. Para entonces, mis actividades universitarias y la construcción de mi trinchera fue llevándome por mi propio camino.

Quizá por mi edad, al ser una de las más jóvenes en la asociación mi voz era más bien de  una buena oyente. Escuchaba las opiniones de participantes, los disensos y los consensos. Además, participar en el Referéndum Zapatista fue una gran experiencia que hoy me permite analizar y cuestionar desde dónde participamos como ciudadanos. Veo el activismo político con respecto, pero trato también de verlo con ojo crítico y autocrítico. Creo en el fondo y en la forma, identificar lo que es mero protagonismo y que nunca alcanza a llegar al plano de la acción. No simpatizo con la foto o la selfie que se toma en la marcha o en la manifestación social, sin embargo, respeto a quien considera que es una forma de participación y visibilización, aunque a veces me pregunto si no será más como forma de proyección de ellos mismos que de atención a la causa. Finalmente, las razones son varias.

Han pasado ya más de 20 años de aquel referéndum. No creo ser tan distinta de aquel entonces, pero sí creo que los años me han enseñado que tanto ayer como hoy la ropa no me define, y que hasta para “hacer ruido o gritar” hay que tener forma si en verdad queremos ser escuchados, y que siempre hay que hablar, exigir y elevar la voz cuando sea necesario, pero también saber escuchar al otro para crear un diálogo. Las luchas nunca terminan, y la paz social en México no habrá mientras no haya equidad y justicia. Pero en este mar picado en que vivimos es indispensable saber medir la fuerza de la patada, pues una patada de crol que es intensa pero mal hecha levanta mucha agua, atrae la atención pero poco avanza. Ni pensar en patalear sobre la tierra al tiempo que se grita, porque atrae la atención al sujeto y no para la causa. Hoy no veo referéndums, consultas ciudadanas, y mucho menos diálogos, sólo posturas y más posturas de quien dice querer avanzar a rienda de manotadas sin siquiera ver que a pies hundidos no se avanza. No hay organización, ni unidad, solo patadas y manoteos fuera del agua, sin detenerse a pensar que en la buena técnica y estrategia el pataleo es más efectivo dentro del agua.  Mucho distamos en ser una sociedad organizada. Es importante replantearnos cómo estamos trabajando, cómo estamos luchando, y si en verdad estamos avanzando. No deja de sorprendernos e indignarnos el avance de la derecha extrema, de la Iglesia, del poder de decisión las de las élites, de la injusticia y la desigualdad pero no hemos sabido avanzar a una mayor velocidad y consistencia. Seguimos levantando agua en el chapoteadero, o peor aún, “nadando” fuera del agua, y tan intensamente que a distancia no hay diferencia entre hacer un berrinche.

 


Pues bien, si el  pie sale del agua para caer golpeando la superficie no estamos realizando una correcta patada. El batido de piernas de crol es subacuático, el movimiento comienza en la cadera, no en la rodilla como a veces observamos, y termina en la punta del pie.

 


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