El reto de la desigualdad / Opciones y decisiones - LJA Aguascalientes
23/11/2024

 

No necesitamos convertirnos en el Aprendiz de Brujo, para ensayar o aventurar una interpretación sobre cuál será el reto más importante que deba confrontar el gobernador de Aguascalientes, C.P. Martín Orozco Sandoval, a partir de este 2017 su primer año de administración. Esto en el contexto de preparación del Plan Estatal de Desarrollo 2017-2022, cuyas acciones quedaron instaladas con el Foro de las Ideas, el pasado jueves 16 de febrero. En efecto, no es necesario recurrir a la adivinación o al lanzamiento titubeante de conjuros, para identificar el alto grado de desigualdad económica que priva en la sociedad hidrocálida, como el asunto matriz desde el cual trazar los más elementales fundamentos para diseñar en correspondencia las políticas públicas que habrán de regir los objetivos y el quehacer ciudadano cotidiano, orientados al desarrollo integral de la sociedad.

Hay claras evidencias de que la brecha económica, profunda y creciente, que existe en la composición de nuestra población, está generando una estructuración social gravemente desigual, y ello es condición determinante para aplicar una correcta y eficaz gerencia de los recursos disponibles; para efectos de aligerar y atemperar las cargas financieras que puedan tener mayor impacto en los grupos más vulnerables. Bajo este criterio rector, aquí no aplica aquello de que o todos coludos o todos rabones.

Para poner correctamente este principio en perspectiva. Iniciemos por observar el panorama que tenemos a la vista. En el ya muy corto plazo, aparece en el horizonte inmediato la celebración del Día Mundial de la Felicidad, el 20 de marzo, establecido por la ONU. Este referente internacional, nos plantea la convicción mundial de que el objetivo de las políticas públicas es promover y asegurar el bienestar colectivo, y bajo este supuesto, su fin último debería expresarse en el nivel de felicidad que alcanzan los habitantes de una comunidad. Si nosotros asentimos que ese es el motivo de los grandes esfuerzos que realiza la sociedad para su mejora y bienestar, entonces, podemos concluir que la evaluación de una gestión pública debiera medirse a partir de su capacidad de crear las condiciones de factibilidad para convertir a la felicidad en un bien público. (Ref.- Nota mía: – LJA. El índice interpelante de la felicidad. Sábado 19 de marzo, 2016).

Gracias a este índice, conocemos mejor el perfil de cada país respecto de su bienestar, y éstos son algunos resultados. De acuerdo con el Índice Mundial de Felicidad, los diez países que encabezan la lista son: 1. Suiza, 2. Islandia, 3. Dinamarca, 4. Noruega, 5. Canadá, 6. Finlandia, 7. Países Bajos, 8. Suecia, 9. Nueva Zelanda y 10. Australia. El rango establecido para las evaluaciones de vida, donde 0 representa la peor vida posible y 10 la mejor vida posible, varían en un rango de 7.5 como máximo (techo) hasta 3 en mínimo, (piso). La diferencia promedio entre los 10 países más felices y los 10 menos felices es de 4 puntos.

La ONU a este respecto, se pronunció: “el año 2015 es un hito para la humanidad por la adopción, en septiembre, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para ayudar a guiar a la comunidad mundial hacia un modelo más inclusivo y sostenible de desarrollo global. Es muy probable que los conceptos de felicidad y bienestar ayuden a guiar el progreso hacia el desarrollo sostenible” (John Helliwell, Richard Layard, and Jeffrey Sachs. Reporte Mundial de Felicidad 2015. Resumen).

En un informe anterior, se explicaban los criterios que componían este índice: El Reporte Mundial de la Felicidad 2013, elaborado por John Helliwell, Richard Layard y Jeffrey Sachs, expone medidas concretas basadas en el producto bruto per cápita, la ayuda social, la salud, la libertad para elegir, la generosidad y la percepción de la corrupción, entre otros indicadores. (Ver: La felicidad como bien público. Incontexti -Avina- Marzo de 2014 – Envío N° 29).

Según el reporte antecedente, 2013, el ranking mundial de felicidad indicaba que Dinamarca, Noruega y Suiza ocupaban los primeros lugares y en el extremo opuesto se encuentran Rwanda y Tanzania como los países de menor felicidad. Desde la posición 12 a la 95 se encuentran distribuidos los países de Latinoamérica y el Caribe. Costa Rica y Panamá, al igual que en el índice de paz mundial (ver InContext 25), se encuentran en los primeros lugares. El ranking continúa con México, Venezuela, Brasil, Chile y Argentina posicionados entre el puesto 20 y el 30. Del puesto 37 ocupado por Uruguay al 95 de República Dominicana se encuentran los demás países (Fuente: La felicidad (…), ut supra, ibídem).

Hoy. El más grande desafío. Sea dicho, la desigualdad relativa en la sociedad hidrocálida, hace potencialmente cada vez menos gobernable una población en tal estado de condiciones socioeconómicas, de un campo minado por la polarización económica. (Mi entrega: LJA. Desigualdad, dígalo en deciles. Sábado 06 de agosto, 2016). Lo que en lenguaje llano nos dice que este problema se hace más de fondo, debido a que se trata de una desigualdad creciente que prevalece en nuestro todo social. Y que la forma de medirla o bien nos puede hacer comprensible la naturaleza del reto que enfrentamos, o bien tornarlo más oscuro o incognoscible al no poder dimensionarlo en su justa proporción.


Los datos duros. Tenemos como antecedente los sucesivos reportes sobre la pobreza, lo que se integran a un ya famoso módulo, me refiero a: el ya connotado Módulo de Condiciones Socioeconómicas de México (MCS), que fuera re-modulado por el INEGI. A la pregunta de si el porcentaje de la pobreza de hogares mexicanos se incrementó, se mantuvo igual o bajó, hoy la opinión sobre el malhadado MCS es que, para Aguascalientes, el Módulo reporta que, del total de ingresos de los hogares, el 67.1% provino de ingresos del trabajo, el 14.8% de transferencias; el 10.9% de la estimación del alquiler de la vivienda, el 7.1% de la renta de la propiedad y el 0.1% restante, de otros ingresos corrientes. Lo que hace suponer que el 15% de ingreso menor en Aguascalientes por la vía de los salarios terminó siendo compensado por las familias con el 15% de las transferencias y con ello ubicarse entre los cuatro primeros lugares entre los estados en materia de ingresos; aunque habría que partir de que los demás estados, en mayor o menor medida también tienen transferencias. (Ver: Medición de los ingresos en Aguascalientes, Eugenio Herrera Nuño. Opinión, martes 3 de agosto de 2016, LJA).

Resultados que son nada halagüeños para Aguascalientes: “Tenemos que Aguascalientes se ubica, luego de Sinaloa, como segundo lugar nacional en polarización del ingreso, calculado a partir de dividir el ingreso del decil de mayores rentas, que gana cerca de 70 mil pesos (el año anterior sólo 55 mil); entre el decil de menores rentas, que alcanzó los 2,726 (antes 2 mil 450). En el ámbito nacional logró ubicarse en 20 a uno pero en Aguascalientes subió a 25 por uno. El índice de Gini aguascalentense es de los más altos y nadie puede garantizar la gobernabilidad de un estado o nación donde la distribución del ingreso sea tan polarizada”, (Ver: Medición de los ingresos en Aguascalientes, Eugenio H. Ut supra).

Las inferencias. En donde esta sentencia última “nadie puede garantizar la gobernabilidad de un estado…”, nos remite lisa y llanamente al tema de la desigualdad, no tan solo entre grupos de población, distribuidos por “deciles” –recuerde usted esta definición de marras, la fragmentación de la población en subcategorías de 10 en 10, en donde el decil I es el de más bajos ingresos y el decil X el de más altos ingresos, que toma como unidad de medida el núcleo familiar que habita un domicilio particular-, diferenciando además entre los individuos bajo su distinción por género, por edad, por educación, etc.

Si tomamos en cuenta esta cruda realidad de cómo está compuesta nuestra población, debemos tomar en cuenta lo que expresa el 210 Informe de OXFAM, confederación internacional formada por 17 organizaciones no gubernamentales, del 18 de enero de 2016. www.oxfam.org / Intitulado: Una Economía al Servicio del 1%. Acabar con los privilegios y la concentración de poder para frenar la desigualdad extrema. Y describe en gran síntesis: “La desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables. Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares. Para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad”.

Y éste, creo yo. Es el principal reto para el desarrollo a carta cabal de Aguascalientes y, por tanto, de la Administración presente del gobernador Martín Orozco Sandoval.
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