Antes de entrar en materia, quiero felicitar a la Escuela Diocesana de Música Sacra, la institución musical en activo más antigua de Aguascalientes, por la celebración de sus primeros 75 años de vida, una escuela que ha formado más músicos en esta ciudad de lo que nos podemos imaginar, dentro y fuera del contexto religioso. Felicidades a las autoridades, personal docente, alumnos, exalumnos, y a todos los que de una u otra forma están involucrados en esta noble institución musical. Un abrazo y mi deseo de que el camino se siga recorriendo con el mismo compromiso y convicción con el que hasta ahora se ha trabajado.
La semana pasada dejamos inconcluso nuestro casi ingenuo, o tal vez excesivamente ingenuo propósito de ofrecer una lista, no de los mejores discos de jazz, sino de los diez discos que más me gustan, y aun de esta manera los cuestionamientos son válidos, incluso cuando se trata de gusto personales, pero vamos a ver en cuántos discos coincidimos.
Para recapitular, la semana pasada citamos el Bitches Brew de Miles Davis, el Köln Concert de Keith Jarret, Giant Steps de John Coltrane, de Ornette Coleman, The shape of jazz to come y el disco Time out del Cuarteto de Dave Brubeck, la cita de estos discos no obedece a orden jerárquico alguno, simplemente los fui mencionando como los iba recordando, creo, eso sí, que el Bitches Brew de Davis sí es un disco que considero especial por todas sus características, por su esencia libre y su exquisito trabajo de improvisación, no sé si sea el mejor, ni siquiera puedo decir que es el que más me gusta, pero al menos es el que considero más vanguardista e innovador de mi lista y posiblemente del inagotable repertorio del jazz.
Siguiendo con esta misma lista de mis diez favoritos, y siguiendo con esa misma intención de desechar cualquier intento de jerarquizar, te propongo los siguientes discos, me faltan cinco y aquí están.
The inner mounting flame es la primera producción de la Mahavishnu Orchestra, se grabó en 1971 y es uno de los mejores momentos del jazz de fusión y se considera uno de los primeros coqueteos entre el jazz y el rock. La formación que encontramos en este primer disco es la misma que escuchamos en el segundo, otro verdadero manjar, de hecho no sé cuál de los dos me gusta más, el segundo se llama Birds of fire y es de 1973, opté por sete por ser el que abre todas estas nuevas posibilidades de comunicación de un lenguaje ya de por sí ecléctico como es el jazz. Bien, pues el grupo está integrado por el guitarrista John McLaughlin, el baterista Billy Cobham, en el bajo está Rick Laird, en los teclados Jan Hammer y Jerry Goodman en el violín. Estamos hablando de un disco muy ambicioso, inteligente y con una sólida propuesta.
Charles Mingus debe ser considerado, sin la menor duda, como uno de los más grandes contrabajistas en la historia del jazz, y ninguna lista estaría completa sin algunas de sus grandes producciones, se me ocurre proponerte esta: The black saint and the sinner lady, es de 1963 y está realizado con un ensamble impresionante de instrumentistas tres saxofones, dos flautas, dos trompetas, un trombón, una tuba, piano guitarra ya batería, además, claro está, él con su impresionante doble bajo y en la composición de los temas que integran este sorprendente disco en donde también, como todo buen jazz, se da su lugar a su majestad la improvisación.
El disco Maiden Voyage de Herbie Hancock, se trata de la descripción musical de un primer viaje por mar y de la tripulación a bordo, un disco con un discurso descriptivo muy elocuente que vale la pena escuchar con mucha atención. El disco es de marzo de 1965 y cuenta con la participación de músicos como Freddie Hubbard, Ron Carter, George Coleman y Tony Williams.
Uno de los mejores bajistas, no del jazz, sino de la historia de la música popular desde el siglo XX y hasta agotar existencias, es Jaco Pastorius, un músico que me parece no ha sido entendido todavía a plenitud, muy ligado al pianista Herbie Hancock y su música, tanto con Weather Report como en otros proyectos solistas con diferentes colaboraciones son de un nivel de calidad incuestionable, de él te quiero proponer el disco Word of mouth de 1981, una producción solista altamente recomendable, aborda sin inhibiciones el trabajo del repertorio barroco, concretamente de Johann Sebastian Bach y es tan amplio su espectro musical que llega con la misma determinación a la música de The Beatles. Lo acompañan músicos de su mismo nivel, como los bateristas Jack deJohnette y Peter Erskine, Hubert Laws en la flauta o Wayne Shorter en el saxofón.
Para completar la lista de mis diez favoritos, no puedo excluir a Chick Corea, lo intenté evitar por la imposibilidad de mencionar sólo uno de sus increíbles discos, ¿cómo mencionar sólo uno? Su trayectoria parece no tener fin: solista, con Gary Burton, con la Electric y la Akoustic jazz band, con Return to Forever, con la Five peace band, en fin, así que sin pensarle mucho, porque si le pienso cambiaré de opinión seguramente, me quedo con el homónimo de Return to Forever, primero de una lista de ocho producciones geniales. Es un disco de 1972 que incluye al bajista Stanley Clarke, Joe Farrell en el sax, Airto Moreira en las percusiones y su esposa Flora Purim en la voz, un dream team del jazz, aunque después se integrarían con Al di Meola en la guitarra y Lenny White en la batería. Si tú tienes otra propuesta, no dudes en hacérmela llegar.
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