Hace unos días, un trabajador del servicio de recolección de basura del municipio de Aguascalientes murió al ser aplastado por un contenedor. A raíz de este trágico accidente, se vuelve necesario reflexionar acerca de las enormes deficiencias que existen en este servicio público, mismas que se remontan al último año de la administración de Juan Antonio Martín del Campo y a las cuales Héctor Anaya, secretario de Servicios Públicos, no ha dado solución.
Así, las problemáticas con que opera el servicio de recolección de basura son evidentes para la ciudadanía. En la calle se observa gran cantidad de basura acumulada en los contenedores: hay botellas de plástico, vidrio, ropa, pañales, residuos orgánicos, escombro y hasta muebles que se quedan por días. Los servicios no se dan abasto, no son suficientes las unidades, ni el personal: los trabajadores manejan equipos y camiones que no han recibido un mantenimiento adecuado; la indumentaria que visten no es apropiada para llevar a cabo sus labores en condiciones que garanticen seguridad e higiene; la capacitación que se les brinda es insuficiente. Tal vez no se reciba la quinta escoba de platino si no se piensa en alternativas que avalen la buena gestión de residuos. Pero más allá de un galardón, está el bienestar ciudadano, prevenir el riesgo de enfermedades y el orgullo de los hidrocálidos por sus calles y el cuidado del ambiente.
En comparación con la complejidad que, por ejemplo, representa suministrar el servicio de agua potable, el de recolección de basura es relativamente fácil de gestionar y operar. Los datos no dejan de ser reveladores: mientras que la concesionaria brinda un buen servicio a 230 mil viviendas que están conectadas a la red de agua potable, el de recolección de basura no puede resolver las contingencias generadas por los apenas 4,500 contenedores de basura que hay en el municipio, sumadas al hecho de que el 50% de los camiones recolectores presentan desperfectos graves, los cuales, como se atestiguó, ya ocasionaron una terrible muerte.
Es cierto que la participación privada en la prestación de servicios públicos causa polémica. Sin embargo, la mancuerna Ccapama y Caasa ha mostrado ser eficiente. Prueba de ello es la continuidad del servicio de agua potable con que goza la gran mayoría de las viviendas del municipio, al igual que su buena salud financiera, en contraste, por ejemplo, con la deuda de más de siete millones de pesos que tienen los municipios con el relleno sanitario de San Nicolás y donde solamente funciona una de las cinco máquinas para distribuir la basura. Lo anterior, de cualquier modo, no debe distraernos de las deficiencias que existen en la concesionaria, como el actual desabasto del vital líquido en el fraccionamiento Casa Blanca.
Es necesario tomar en cuenta que la participación de la iniciativa privada en el ámbito público requiere la existencia de organismos reguladores, que estén constituidos por especialistas de las áreas técnicas, así como de las áreas económico-financieras. Estos organismos deberían de encargarse de vigilar, regular y controlar a las empresas concesionarias, con la finalidad de supervisar sus funciones y al mismo tiempo evitar cualquier tipo de abuso. Sobra decir que estos organismos deben estar desligados en su totalidad de la esfera política.
En conclusión, no podemos hacer oídos sordos a las problemáticas del agua en nuestro estado. Sin embargo, si tomamos en cuenta lo que actualmente ocurre con el servicio de recolección de basura, vale la pena preguntarnos cómo nos encontraríamos de haber dejado el agua potable en manos del ayuntamiento de Aguascalientes. La falta de habilidad administrativa y la opacidad en la gestión de los servidores públicos nos orilla a apostar por el menor de los males. Y el menor de los males en este momento es concesionar el servicio de recolección de basura. Parece lógico que sean los más competentes quienes gestionen la logística y provisión de los servicios básicos de los ciudadanos. En lo personal, prefiero a un experto que al compadre o al amigo del alcalde en turno.
Cristina Gómez Rangel es Licenciada en Letras Hispánicas por parte de la UAA y actualmente es reportera para Ocho Tv Aguascalientes. Ha trabajado como reportera para Tv Azteca y es estudiante de Derecho en la Universidad Cuauhtémoc, Campus Aguascalientes.
En relación con la ineficiencia del sector público estoy de acuerdo y soy principal testigo de el nepotismo que impera en las esferas politícas que acomodan a los parientes en los cargos mas importantes para el desarrollo del pais, incluso de las empresas privadas que tienen arreglos o con los gobernantes o funcionarios que les deben favores y se aprovechan de las concesiones, en definitiva es necesario profesionalizar en todos los niveles a los que prestan los servicios publicos pero no es la solución la privatización, nos hemos olvidado del Derecho Adminisrativo, que es la herramienta para que los que hacen mal su trabajo en la Función Administrativa se responsabilicen por sus ineficiencias, reañmente donde se deben aplicar mejoras es en la Función Pública para que los recursos de la nación sean aplicados y manejados correctamente.