- El pasado lunes, guardabosques reportaron a una decena de personas armadas. Solamente acudió la Policía municipal
- No fueron presentados al MP porque las armas eran legales, aunque no tuvieran licencia de cacería
- No es la primera vez en que se detectan actividades de cacería ilegal
El 26 de diciembre se reportó la actividad de cazadores furtivos en el bosque de Cobos a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sin embargo no hubo respuesta de la dependencia, denunció Luis Miguel Vázquez Sánchez, miembro del Comité de Vigilancia Ambiental del sitio.
Detalló que alrededor de las 15:00 horas del lunes, durante uno de los recorridos, se escucharon disparos procedentes de la comunidad de Los Parga, que forma parte de la microcuenca Cobos-Parga-San Francisco, provenientes de un grupo de diez personas con portación de al menos tres armas de fuego: “Se observaron maniobras reconocibles para acopar especies”.
Por este motivo los guardabosques reportaron la presencia de los sujetos armados a la Profepa, que es la autoridad a la que compete la investigación de dicho delito, sin embargo, la dependencia federal no respondió al llamado: “Es un batallar, desde que hay personal de vacaciones, hasta que están próximos a terminar su horario laboral, porque sí existen horarios en Profepa que no hay quien te pueda auxiliar”.
Con el objeto de prevenir posibles agresiones a los habitantes de la localidad mediante los instrumentos de cacería, el Comité de Vigilancia Ambiental se comunicó a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), que envió a una patrulla al lugar de los hechos. Los agentes preventivos detuvieron a los cazadores y procedieron al aseguramiento de las armas, sin que se encontraran ejemplares cazados ilegalmente.
Vázquez Sánchez aseguró que no es la primera vez en que se detecta esta actividad ilícita ni tampoco la primera vez en que Profepa desatiende los reportes: “A veces es frustrante porque al no acudir a tiempo, estas personas se van y logran evadir a la autoridad correspondiente, entonces se tiene que intervenir en determinado momento para evitar la huida de dichas personas, no solo cazadores sino también a los talamontes que tanto dañan este espacio”.
El bosque de Cobos alberga una amplia variedad de fauna. De acuerdo con las organizaciones protectoras del lugar, hay alrededor de cien especies de vertebrados -venados cola blanca, linces, tejones y coyotes- y 92 especies de aves, entre ellas, el águila real, símbolo del escudo nacional que se encuentra en peligro de extinción. En Los Cobos es ilegal la cacería, pues los únicos sitios en los que se pueden realizar esta actividad es en las Unidades de Manejo Ambiental (UMA) autorizadas por la Semarnat.
Para practicar la caza de forma legal es necesario contar con una licencia, ya sea provisional o por tiempo indefinido: “Estas personas traían su documentación para portación de armas y creen que con eso están autorizados para depredar o atacar cualquier tipo de especie que se les ponga en camino”. Por este motivo, no fueron presentados ante el Ministerio Público.
“El llamado a las autoridades a que realmente respalden la acción de ciudadanos que estamos comprometidos, a que no nos dejen solos y ser aliados para tener una visión de que pasa en las zonas. Finalmente lo que estamos haciendo es combatir los delitos ambientales, en apoyo a las instituciones que tienen recursos humanos, económicos y materiales. Nosotros utilizamos los nuestros, pero al momento en que se debe seguir un procedimiento nos quedamos solos”, dijo Vázquez Sánchez.