Es feliz coincidencia que hoy sea la Nochebuena, y el solo peso de su presencia hace innecesario elegir un tema particular para comentar. Es uno de esos días eje del año en lo que todo se ordena y endereza en torno a él y no al revés. Es un día significado que marca la agenda mundial de eventos, encuentros y el regreso obligado a los puntos de origen. En él convergen cristianos y paganos o credos religiosos y ateístas. La civilización monopolar del Capital ejerce fuerza centrífuga, a querer o no, en torno al evento navideño. De China para el mundo se produce el tonelaje y volumen más pesado de la parafernalia que adorna la Navidad. El más intenso intercambio de bienes y presentes económicos del mundo ocurre en su noche. También las corrientes de afectos y sentimientos, por presencia o por ausencia, ocurren en el rumor de su fiesta. Simplemente nos recuerda que somos humanos, quizá demasiado humanos como salmodiaba el pensador alemán Friedrich Nietzsche.
Dominio o misericordia, poder o sometimiento, agresión o compasión son los polos opuestos que someten a tensión los extremos de lo humano. De manera que para el poderoso la gloria y la victoria se ostentan en el dominio, el poder, la agresión; en cambio para el débil clamar por la misericordia, acatar el sometimiento y brindar la compasión es lo propio de la condición humana. Por eso para el filósofo vitalista la aspiración al superhombre debería ser el fin supremo de lo humano, en cambio resulta despreciable aceptar el sufrimiento, el dolor, la sumisión/obediencia, el ser objeto de compasión, como elementos de condición infrahumana. Y en este tenor, se condena la flaqueza y miseria de la condición que se torna “demasiado humana”.
Si algo han visto nuestros ojos y escuchado nuestros oídos en este año 2016 que termina, es el fenómeno omnipresente de la violencia, que causa dolor y terror, llanto y desesperación, lamento y clamor de misericordia. La ciudad de Alepo, Siria (es la mayor ciudad de Siria, capital de la provincia del mismo nombre. En 2005 contaba con una población de unos 2 302 000 habitantes, lo que la convertía en la ciudad más poblada del país, dejando en segundo lugar a Damasco, la capital).
Al día de ayer viernes 23, leíamos así un encabezado: Noticias de hoy sobre la República Árabe Siria, un país del Oriente Próximo sumido en una cruenta guerra civil entre los partidarios de Bashar al-Asad y combatientes rebeldes que incluyen a los yihadistas del Estado Islámico. Aquí encontrarás todas las últimas noticias sobre Siria hoy, y sobre la guerra en Siria. De acuerdo con los expertos, el conflicto en Siria es el de mayor envergadura que ahora mismo tiene la Comunidad Internacional. Por un lado, por la terrorífica situación humanitaria que se ofrece en un país de 22 millones de habitantes que cuenta ya con 400.000 muertos por la guerra. Además de esa población, la mitad, casi 11 millones se encuentran desplazados internamente y otros 4 millones, desplazados en el exterior. (Fuente: Europa Press. Español)
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha defendido este viernes que la liberación de la ciudad siria de Alepo es clave de cara la “normalización” del país y ha reconocido que ésta no habría sido posible sin la participación de Rusia. “La liberación de Alepo es un componente importantísimo para la plena normalización en Siria y espero que para toda la región”, ha considerado Putin durante un encuentro con su ministro de Defensa, Sergei Shoigu. El presidente ruso ha asegurado que Rusia hará todo lo posible de cara a la reconciliación en Siria y que para ello trabajará con Damasco, pero también con Irán y Turquía. “hay que hacer todo lo posible para que los combates cesen en todo el territorio sirio (…) por lo menos, nosotros vamos a esforzarnos en ello”, ha afirmado según informa la agencia Sputnik. (Fuente: europapress.es, ut supra).
Y otra nota en paralelo, refiere: “El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo sirio, Bashar Al Assad, han hablado por teléfono este viernes para relanzar el proceso de paz en la nación árabe, después de que el Gobierno reconquistara la zona rebelde de Alepo, una de sus mayores victoria militares. Putin ha llamado a Al Assad para felicitarle “por el fin de la operación para liberar Alepo”, según ha informado el Kremlin en un comunicado. El presidente ruso ha atribuido este “éxito” a la cooperación en la “lucha antiterrorista”. (Fuente: Moscú, 23 Dic., Europa Press/ Ria Novosti/Reuters).
Llamo a su comprensión por esta larga inserción noticiosa, pero creo que se justifica precisamente porque contiene todas las notas principales de lo que planteé en un principio: nos permite ver con toda claridad, la tensión entre los polos del poder y del subyugado.
Lo que para el caso real, ha sido la población civil inerme la que ha sufrido lo indecible, tanto en pérdida de seres queridos como en medios de vida y patrimonio. Por lo que, en este contexto, espero que resulte inequívoco y de clarísima evidencia que el que sufre y es objeto de compasión, que aquel que pide clemencia, piedad y misericordia contra y delante de aquel que agrede y causa llanto, dolor y muerte, de ninguna manera es “demasiado humano”, o sea débil, esclavo, víctima y, por ello, menos hombre.
Esta misma calificación ocurre cuando confrontamos el rostro de la víctima humillada, sea mujer u hombre, niño, joven o viejo, y por ello llámese feminicidio u homicidio. Y que lo veamos en nuestra geografía mexicana, a lo largo y ancho del territorio. Las víctimas de la “guerra contra el narco”, los daños colaterales apilados en piras sin fin, contra la población civil inocente, las viudas y los huérfanos del crimen organizado, más los del fuero común, las víctimas del secuestro y la desaparición, y aquellos que mueren en el abandono y el olvido indolente, merecen ser reconocidos en su rostro digno de respeto, compasión, misericordia y piedad; dígase lo que se diga en las disertaciones del superhombre o de quien cree encarnarlo.
El globo entero, nuestro mundo, nuestra Tierra tiene más hambre y sed de misericordia y compasión que de armas letales, daños inducidos a la salud, prepotencia y dominio de los fuertes; acciones decisivas que ciegan vidas y patrimonios de familia, causación de rupturas sociales en ahondamiento de las grietas que generan desigualdades sociales, entre la opulencia y la indigencia, entre el infradesarrollo y el crecimiento exponencial de requisas de unos cuantos. No hay policía ni ejército que pueda asegurar la paz, si no se abordan las causas reales del reparto desigual de los recursos que son condición de vida, bienestar y pleno desarrollo humano.
Por ello, creo yo, el desarrollo humano al que estamos llamados por derecho al nacer, sólo es posible cuando somos capaces de mirar con la otra mirada posible del hombre: la del misericordioso, el que es capaz de compasión y crecer con sus hermanos en la gratuidad de la ternura entrañable. Sí, sé que suena a cuento de navidad, pero si de verdad ponemos pie en tierra, nos vamos a percatar que la misericordia -visión desde un corazón sensible- y el movimiento de la compasión (recordemos): – El movimiento pasional está plasmado perfectamente en su raíz griega: “splajnia” -entrañas- movimiento entrañable. Nuestro referente: del primer milenio, en la Galilea de las primeras décadas de la primera centuria. El sujeto actante es Jesús de Nazaret: “Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión (“esplagcnisqi”) de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor” (Evangelio según San Mateo 9,36); su paralelo: //”Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.” (Mc. 6,44). Y él es nuestro referente esta Nochebuena. ¡Felicidades!