La Cuauhtemiña (Manual para dejar de empoderar imbéciles. Parte II) / El Foro - LJA Aguascalientes
24/11/2024

El año de 1973, la Ciudad de México vio nacer al que sería sin duda el futbolista más popular de todos los tiempos del futbol nacional: Cuauhtémoc Blanco Bravo. Fue un diciembre del 92 cuando Témoc debutara en primera división en el Club América en un partido contra el Club León. Fue ese el primer día de una brillante carrera deportiva para el oriundo del famoso barrio de Tepito, podría decirse que ni él mismo imaginaba el futuro.

Después de su crecimiento en el América, un pequeño paso por el Club Necaxa, el regreso al América para luego pasar por clubes como el Real Valladolid, Veracruz, Chicago Fire, Puebla e Irapuato, podríamos decir que las más memorables hazañas del futbolista fueron en la selección nacional mexicana.

No importa la edad del lector, puedo garantizar que alguna vez ha visto jugar a Cuauhtémoc Blanco en un partido oficial con la Selección mexicana. Basta con mencionar que el hombre jugó en ella en tres copas del mundo (Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010), 2 copas confederaciones (Arabia Saudita 19997 y México 1999), 3 copas América (Bolivia 1997, Paraguay 1999 y Venezuela 2007) y 3 copas de oro Concacaf (Estados Unidos 1996, 1998 y 2007). En la trayectoria de Blanco, con más de 19 años en la selección nacional, se consolidó como el tercer mejor goleador de la historia de la misma. En la época de oro de Cuauhtémoc Blanco fue la de futbolista. Se convirtió en un ídolo del pueblo con una influencia que cualquiera hubiera dado todo por tener. Entonces perdió la cabeza.

El futbolista se convirtió en un personaje de la farándula. Enredos amorosos con conductoras como Galilea Montijo, Lili Brillanti, Rossana Nájera y Sandra Montoya ocuparon las portadas de la prensa rosa durante gran parte de la primera década de los 2000.

Sin pasar por alto su propio Reality Show (me encantaría estar inventando esto) llamado “La documentada” y su paso por las telenovelas, Cuauhtémoc se convirtió en un ente extraño de los espectáculos, un engendro que era futbolista, padrote, actor, showman y comediante a la vez.

Y un mal día, Blanco Bravo se dijo a sí mismo, “Oye, ¿y si me meto a la política?”. Y se convirtió en presidente municipal del Ayuntamiento de Cuernavaca, Morelos.

Antes de continuar le pido al lector que no se confunda. De ninguna manera sostengo que un No-Político no incursione en las decisiones públicas, lo que se cuestiona son los personajes en concreto y las perversiones en las formas. ¿Me juzga? Espere a leer la historia.

En el año 2015, Roberto Yáñez Vázquez, operador político del PSD Morelos, sostuvo encuentros con el hoy alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, en los cuales buscó convencerlo de ser el candidato por el referido partido político local a la presidencia municipal de la capital de Morelos. Las versiones derivadas de investigaciones resultaron en que la manera de “convencer” al Cuau fue un contrato de 7 millones de pesos a través de un contrato de supuesta publicidad que en estos momentos está siendo resuelto por el Instituto Nacional Electoral.

Convencido (contratado) Blanco para ser el candidato, el PSD se enfrentó a un problema: Témoc no cumplía con los requisitos de elegibilidad establecidos por la legislación local de Morelos en lo relativo a la necesidad de haber habitado por lo menos durante los últimos 5 años en el municipio en cuestión, cosa que no había sucedido. Para escabullirse de la norma, Blanco y Yáñez Vázquez elaboraron un apócrifo contrato de arrendamiento respecto de un bien inmueble en el que coincidentemente Yáñez Vázquez vivió durante ese lapso de tiempo; esto es, que según la versión de estos delincuentes (porque a alguien que viola y se escabulle de la norma es un delincuente) Cuauhtémoc y Roberto vivieron juntos en la misma casa durante los últimos cinco años, el primero derivado de un falso contrato de arrendamiento y el segundo porque físicamente sí vivía ahí, versión que diversos testigos han desmentido ante los medios de comunicación.


Luego llegó la elección y el carisma de Cuauhtémoc (o la tremenda estupidez de los habitantes del municipio de Cuernavaca) lo hizo ganar democráticamente los comicios convirtiéndose en presidente municipal de Cuernavaca. Tomó protesta y de sus primeros actos fue el de hacer eventos públicos con la restauración de la carpeta asfáltica de varias calles y avenidas de Cuernavaca, gracias a la donación de una empresa que fue presuntamente patrocinadora de su campaña. Cabe señalar que la propia ley prohíbe la donación de asfalto o pavimento a los municipios.

Derivado de la colección de sucesos anterior, el propio cabildo de Cuernavaca promovió la realización de un referéndum revocatorio (revocación de mandato) que fracasó; luego el congreso local intentó el mismo procedimiento jurídico fracasando nuevamente y por último se realizó un procedimiento para solicitar la suspensión del cargo.

El último intento para destituir al Cuau lo inició el abogado Raúl Carrancá y Rivas, que solicitó al Congreso de Morelos el inicio del procedimiento de Juicio Político por las razones arriba enumeradas (el incumplimiento de requisitos de elegibilidad, la corrupción de los 7 millones de pesos, las empresas que donaron pavimento, el hecho de que el alcalde viva en la Ciudad de México y vaya 3 veces a la semana al municipio que dice gobernar, entre otras).

Por tales motivos, Cuauhtémoc Blanco a través del municipio de Cuernavaca promovió una Controversia Constitucional. La controversia constitucional es uno de los dos juicios de control de Constitucionalidad (el otro es la Acción de Inconstitucionalidad) y tiene como función garantizar el principio de división de poderes y en esta se plantea una invasión de las esferas competenciales establecidas en la Constitución Federal.

En el caso concreto, Blanco sostiene que el Congreso de Morelos viola el principio de autonomía del municipio constitucional al tratar de iniciar el juicio político en contra de su presidente. Sin embargo, lo que Blanco no considera es que es justamente el congreso local el legalmente facultado para el inicio del juicio político de manera formal y que en el caso de la comisión de delitos, el inicio del referido juicio no supone una violación al principio de autonomía en virtud de que se trata de un acto claramente derivado de la norma.

En el año 2011, Carmen Salinas y Cuauhtémoc Blanco compartieron créditos en la telenovela “El Triunfo del Amor” del productor Salvador Mejía y transmitida por el Canal de las Estrellas. Hoy ambos se dedican a la política, la primera es diputada federal por el Revolucionario Institucional y el segundo alcalde de Cuernavaca por el Socialdemócrata. ¿Cómo llegamos a esto? Creo que ya es tarde para responder esa pregunta, lo importante es responder otra: ¿Cómo evitamos que siga pasando? Si bien es cierto que la política debería estar al alcance de cualquier persona, también es cierto que no podemos estar permitiendo que quienes representan lo peor de nuestro país, sean quienes nos representen en la toma de decisiones.

 

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