La Universidad Autónoma de Aguascalientes que conocemos hoy no es la misma que hace 20 o 10 años. No es la misma que hace seis años, la UAA en tan sólo este corto periodo de tiempo, ha crecido de manera equilibrada y sana incluso más de lo que creció en un periodo de cuatro décadas.
Hace un par de semanas publiqué en mi perfil personal de Facebook una fotografía de mi padre donde se le puede ver presentando un examen de admisión para una licenciatura en la UAA y en cuya lista quedó en los primeros lugares, sólo que no le permitieron inscribirse, al intentarlo fue disuadido para no hacerlo. Mi padre, de formación normalista, llevaba ya algunos años como profesor de educación secundaria impartiendo matemáticas, física y química. Las autoridades universitarias en aquel tiempo (finales de los 70, principios de los 80) le dijeron que la matrícula de la UAA era reducida, y le pidieron ceder su lugar a otros aspirantes sin estudios, posibilitando en ellos su formación profesional pues mi padre ya era profesor y poco a poco era reconocido en su labor. Con la plena convicción de la importancia de la educación pública, mi padre accede y cede su lugar a otro aspirante.
Cuando pienso en la historia de mi padre, me enorgullezco aún más por el crecimiento de mi universidad y pienso en lo que significa para muchas familias que la universidad haya incrementado su oferta educativa cerca de 40 por ciento. Hoy la comunidad universitaria está integrada por casi 20 mil alumnos que se forman en programas educativos de calidad reconocida por organismos externos. La universidad ha abierto una cantidad considerable de plazas para maestros a comparación de otras universidades autónomas en otros estados cuyas condiciones económicas por malos manejos y falta de apoyo gubernamental han impedido su crecimiento. Para ello no hay que asomarse tan lejos pues la Autónoma de Zacatecas es claro ejemplo de ello. Hoy también, a comparación de hace seis años se ha duplicado el número de profesores con doctorado, al igual que los investigadores que se encuentran en Sistema Nacional de Investigadores. Podemos también mencionar el incremento sustancial en los cuerpos académicos, los programas en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad de Conacyt; la habilitación de infraestructura tecnológica y el crecimiento de la planta física de la UAA la cual creció en estos seis años más de un 30 por ciento. A ellos también podemos sumar el apoyo el fondo de becas, y los convenios interinstitucionales de la UAA con otras universidades, con el sector productivo y con organismos gubernamentales.
La universidad ha crecido de manera cuantitativa y cualitativa durante estos seis años de la administración de Mario Andrade Cervantes. Campus Sur es un referente en el país y el bachillerato oriente ha permitido que más jóvenes puedan realizar sus estudios al incrementar la matrícula en cerca de tres mil nuevos espacios. Hace unos días se inauguró el Edificio Académico-Administrativo que concentrará a todas las direcciones generales, secretaría general y la rectoría haciendo más eficiente los procesos administrativos, el nuevo edificio permitirá que en los espacios desocupados se habiliten aulas o laboratorios. La infraestructura da soporte al crecimiento académico y permite un mejor desarrollo de las funciones de docencia, investigación y difusión de nuestra universidad.
Respecto a sus recursos económicos, la UAA venía arrastrado un déficit financiero de anteriores administraciones. A partir del 2011 la universidad ha actuado de manera responsable en el uso de sus recursos, y tal como la muestra su página de Transparencia y Acceso a la Información, en la Cuenta Pública del 2016, y en particular en el apartado “Difusión a la ciudadanía de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos” la UAA es de las pocas universidad que aporta sus recursos propios, los cuales en el 2016 fue del 20 por ciento del presupuesto total de ingresos, muy cercano al 25 por ciento que otorga el gobierno del estado de Aguascalientes, mientras que el 55 por ciento restante son recursos del gobierno federal. El 20 por ciento de los recursos proviene en gran medida del pago de las colegiaturas. Por eso, en la demagogia política los partidos de izquierda o de los grupos políticos a lo interno de la UAA, promulgarse en la eliminación de las cuotas sin una garantía de que el gobierno estatal y federal incremente su apoyo a la universidad es irresponsable. Ante la falta de ingresos propios, la UAA caería en un abismo financiero como el que incluso hoy padecen las universidades de Veracruz, Michoacán o Sinaloa.
El uso racional de los recursos de la institución también permitió que el presupuesto de la UAA pasara de 843 millones de pesos en el 2011, a mil 382 millones en el 2016, con lo cual se garantizó una viabilidad financiera para lo UAA a la par de su desarrollo. Con base en ello, no es descabellado pensar que esta administración universitaria encabezada por Andrade Cervantes entregará sus responsabilidades sin difícil financiero. Las buenas relaciones con los sectores públicos y privados han favorecido también el crecimiento de la universidad. La autonomía, explica el Ideario de la UAA “incluye la facultad de determinar sus planes y programas, fijar los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico y administrar su patrimonio. La Universidad hará efectiva la autonomía que la ley le confiere manteniendo su independencia con respecto a los poderes públicos, los partidos, el sector privado, las iglesias y cualquier otro grupo particular de la sociedad. La institución tendrá relaciones positivas con todos los sectores, pero no se identificará ni será manejada por ninguno. El ejercicio de la autonomía se hará sin detrimento de la responsabilidad social de la institución y de su obligación de rendir cuentas y someterse a mecanismos de evaluación y auditoría que las autoridades estatales y nacionales establezcan”. Así, durante estos seis años y a lo largo de los más de 40 años de vida institucional, la autonomía universitaria ha sido cuidada y atendida como lo explicita el Ideario, lo cual ha dado bases sólidas para relaciones sanas y respetuosas con las entidades gubernamentales. La autonomía es la facultad que tiene la institución para regirse, administrarse e incluso sancionarse así misma a través de su propia legislación, de sus marcos normativos y operativos, por consiguiente, su ausencia jamás podrá ser traducida en las gestiones que realice la autoridad universitaria en turno a los distintos ámbitos de gobierno.
Hoy habrá elecciones en la UAA. A diferencia de instituciones como la UNAM, donde la designación del rector recae directamente en la Junta de Gobierno, en nuestra institución los docentes y alumnos votan para conformar una terna de prospectos que será analizada por la Junta de Gobierno de nuestra institución. Nueve son sus integrantes quienes harán un análisis profundo para designar a la persona mejor calificada para conducir los destinos de nuestra universidad.
A nosotros como comunidad universitaria nos confiere la responsabilidad de elegir al candidato que tenga una clara visión de los retos que afronta la universidad, que tenga una propuesta real y concreta, y sobre todo realista con base en la experiencia que sus responsabilidades institucionales le han permitido para conocer las condiciones del ambiente social, económico, político del país, pero que además conozca la institución en sus debilidades y fortalezas, y que con base en ello plantee con una visión de conjunto la consolidación y fortalecimiento institucional. Todos los candidatos quieren a la universidad, y todos con seguridad quieren retribuirle, pero las buenas intenciones no son suficientes ante los distintos escenarios que están ya aquí, en el 2017. De entrada el nulo incremento del apoyo federal a las universidades del país, con excepción de la UNAM cuyo presupuesto sí se incrementará y seguirá sin la necesidad de cobrar colegiaturas.
En tan solo seis años nuestra universidad ha crecido a un ritmo sin precedentes. Hoy también la universidad tiene necesidades. Está en nosotros universitarios atender la responsabilidad y la confianza que la sociedad nos ha conferido. Hoy dos de mis sobrinos son estudiantes del centro de enseñanza media, gracias al crecimiento en la oferta educativa. Otro de ellos es egresado de la UAA, y uno más sigue cursando su licenciatura. Ninguno de mis sobrinos vivió la misma circunstancia de mi padre, y todos ellos han tenido la oportunidad de ser parte de esta noble institución educativa. Estoy segura que, si los universitarios elegimos el conocimiento y la experiencia, y no la demagogia, hoy y mañana seguirá habiendo más y más estudiantes con herramientas para construirse una mejor calidad de vida.
Fuentes de consulta:
Difusión a la ciudadanía de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos. 2016. Consultado el 23 de noviembre de 2016 en Transparencia y Acceso a la Información, de http://www.uaa.mx/transparencia
Información Estadística. Consultada el 23 de noviembre de 2016 en Transparencia y Acceso a la Información, de http://www.uaa.mx/transparencia/
Ideario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. 2016. Consultado el 23 de noviembre de 2016 en Nuestra Universidad de: http://www.uaa.mx/nu/
