El sexenio de Carlos Lozano de la Torre pasará a la historia, seguramente, por su obra en el terreno económico, al haber facilitado la instalación de dos ensambladoras de automóviles, Nissan II y la Compas, así como por la generación exponencial de empleos, contabilizados al mes de octubre, 88 mil 301 nuevas fuentes de trabajo.
Esta gran dinámica tiene su explicación en gran medida, en el fenómeno de un mayor crecimiento de la industria automotriz en el ámbito nacional con la instalación de otras ocho líneas de ensamble en los últimos años. BMW, en San Luis Potosí; Kia, en Nuevo León; Volkswagen, en Puebla; Toyota, en Guanajuato, Ford, Guanajuato, General Motors, en México; Ford, en San Luis Potosí y Nissan Daimler en Aguascalientes.
Estas grandes empresas dinamizaron la economía de las manufacturas y Aguascalientes en su momento, supo capitalizar esta enorme expectativa que ya había de esta industria sobre México.
Fue así que nuestra entidad entró en un periodo de mayor dinamismo industrial con la consecuente generación de empleos, como nunca antes se había visto en la entidad.
De hecho la mayoría de estos 88 mil 301 nuevos empleos, no se generaron justamente en el sector automotriz, sino que fue el resultado de una mayor derrama económica de tal fuerte que cerca de 60 mil fueron creados por el resto de las ramas económicas no ligadas a la industria del automotor ni de autopartes.
Sin embargo, a pesar de la abundante generación de fuentes de trabajo, el tema del salario sigue siendo una asignatura pendiente para mejorar en la economía local, debido a que, de acuerdo a cifras del Inegi, Aguascalientes constituye una de las zonas geográficas del país con menores ingresos que el resto de las entidades de corte industrial y de servicios.
Para nadie es un secreto que, aún en la industria de mayor dinamismo como lo es la automotriz, los salarios están muy castigados respecto de otras plantas, incluso de la misma Nissan, instaladas en otras regiones.
La autoridad se ha mostrado renuente a reconocerlo, sin embargo, es un hecho que en otras entidades, los salarios de este sector son superiores hasta en un 50 por ciento.
Sin embargo, como se dice -y se dice bien- no hay peor empleo que el que no se tiene, y al haber una consistente oferta de fuentes de trabajo, la población sigue teniendo opciones laborales que puede aprovechar para su propio beneficio y el de la colectividad.
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