- El Gasto Público Social en Adolescencia y Juventud ha aumentó en los últimos años, pasando de un 2.6% del PIB en 2010 a un 2.9% en 2015
- Al analizar los programas presupuestales que atienden a los jóvenes se encontró que la mayoría están orientados a la educación y la salud
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México y el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) presentaron el estudio Gasto Público Social en la Adolescencia y Juventud en México. Período 2010-2015, un insumo para el diseño, seguimiento y coordinación de las políticas dirigidas a la población joven.
Al inaugurar el acto, el representante del UNFPA en México, Arie Hoekman, señaló que para que las juventudes puedan desarrollar su pleno potencial, es necesario velar por el pleno ejercicio de sus derechos, promover una transición saludable hacia la vida adulta y realizar inversiones estratégicas y específicas para el sector.
Bajo este marco, agregó, el UNFPA desarrolló una metodología que fue aplicada en cuatro países de Latinoamérica (El Salvador, Uruguay, Colombia y México) para medir el nivel del gasto público dirigido hacia este sector en estrecha coordinación con el Organismo Internacional de la Juventud para Iberoamericana (OIJ).
“El estudio hace referencia a los montos que anualmente destinan los gobiernos a brindar respuestas a las necesidades sociales de la población joven, contribuyendo a visualizar que tan directo es el impacto que tiene un determinado rubro del gasto sobre las personas de doce a 29 años de edad y a que se destina”, puntualizó.
Al respecto, indicó que de los resultados del presente estudio comparado en estos cuatro países, México ha tenido una inversión en juventud del 2.81% ubicándose en el tercer lugar, sin embargo, se destaca por mantener una tendencia ascendente, pasando del 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2010 al 2.9% en el 2015.
El director general del Imjuve, José Manuel Romero Coello, indicó que actualmente, en México habitan más de 37 millones de jóvenes de entre 12 a 29 años de edad, un bono demográfico que representa una ventana de oportunidad para avanzar coordinadamente hacia un desarrollo inclusivo y sostenible.
“Es debido a lo anterior que el presente estudio tiene una gran importancia para el Gobierno Federal, pues permitirá a todos los actores inmersos en el tema de juventud, tomar decisiones más concretas y efectivas para impulsar a las y los jóvenes del país y contribuir a que alcancen cada una de sus metas”, comentó.
Sin embargo, añadió, uno de los grandes retos que se tienen pendientes y que se pudo vislumbrar con los resultados de este documento, es poder ubicar y saber en qué rubros se invierte el gasto público social en juventud que realizan los estados para que puedan voltear a ver la política de juventud como una política transversal.
Por su parte, al presentar los resultados del estudio, la consultora de la asociación “Fundar, Centro de Análisis e Investigación”, Liliana Ruiz Ortega, explicó que el reporte analiza que para 2015 se encontraron sólo 13 programas públicos de los 974 existentes en 2015, vinculados a mejorar el bienestar de las y los jóvenes.
Asimismo, dijo, al analizar los programas presupuestales que atienden a las y los jóvenes por función del gasto se encontró que la mayoría están orientados en la educación (53%) y la salud (26%), mientras que el resto en protección social (7%), vivienda y servicios a la comunidad (8%) y ciencia, tecnología e innovación (3%): “Durante el período 2010-2015 la inversión federal en jóvenes osciló entre $407,594, $663.68 y $523, $877,687.71 millones de pesos. Además, se encontraron 250 programas presupuestales vigentes en 2015 y con presupuesto asignado que tienen un impacto directo en el bienestar de este sector”.
Con información del Imjuve