El caso español - LJA Aguascalientes
22/11/2024

El fin de semana pasado se eligió Gobierno en España, los comicios para ratificar o cambiar al gobierno se realizaron el 20 de diciembre de 2015. Después de 10 meses, España no contaba con un representante en el Gobierno, la razón es que ninguno de los partidos, ni siquiera el más votado que fue el Partido Popular, tuvo los escaños suficientes para determinar al jefe de Gobierno.

Este fue el tercer intento ya que en la primera sesión no se logró mayoría y se tuvo que convocar por segunda ocasión a elecciones. Si el PSOE no se hubiera abstenido, se hubiera convocado nuevamente a procesos electorales a realizarse el 24 de diciembre de 2016.

España tiene un sistema político basado en el bipartidismo representado por el PP y el PSOE, recientemente se han incorporado otras fuerzas que han generado una representación mucho más plural. En el congreso y ayuntamientos están representados partidos locales, partidos que buscan la independencia de España, Ciudadanos que es un partido de centro derecha, y Podemos que es una coalición de partidos de izquierda de corte antisistema y de posturas independentistas muy parecido a Morena en México.

Rajoy, el representante y jefe de Gobierno en los cuatro años anteriores, obtuvo la mayor cantidad de escaños, pero insuficientes para el proceso de reelección. Tenía acuerdo con Ciudadanos, pero los escaños con que cuenta este partido eran insuficientes para lograr los votos requeridos. Su siguiente opción fue entablar una negociación con Pedro Sánchez del PSOE quien también podía ser investido como jefe de Gobierno si la otra izquierda lo apoya, y fue obvio que Podemos le negó el apoyo.

Como nadie lograba hacer mayoría, los conflictos y desgaste en el partido de izquierda más importante de España, culminó con la destitución de Pedro Sánchez que se había radicalizado en no tener acuerdos con el PP. Rajoy obligado por las circunstancias buscó el apoyo con Podemos, pero fue prácticamente imposible que aceptaran un acuerdo si no se aprobaba su agenda, por lo tanto las cosas siguieron en la indefinición a grado tal que la Comunidad Económica Europea multó al gobierno español por no contar con un representante en el gobierno y tener los presupuestos detenidos.

Finalmente, con la abstención de 38 votos del PSOE, se pudo lograr una mayoría suficiente que eligió a Mariano Rajoy para otro periodo al frente del gobierno. Podemos fijó su posición en contra con una nutrida marcha en Madrid denunciando su inconformidad contra Rajoy y contra el PSOE.

En este proceso sufrieron un alto desgaste todos los actores que intervinieron. El PP si bien fue el partido más votado y que logró la mayor cantidad de escaños, no fue respaldado de manera suficiente y los ciudadanos le reprocharon la incapacidad para lograr salir del bache económico que atraviesa España.

El PSOE ha sido desplazado en algunas regiones por Podemos, se le reprocha estar desdibujado en su agenda de partido de izquierda y ha sido castigado por el electorado con votaciones muy menores a las que ha obtenido en otras elecciones.

Ciudadanos obtuvo apenas 32 escaños. Lo acusan de ser una oposición a modo que no mantiene su papel defendiendo las causas por las que votaron por ellas.


En el caso de los partidos locales y las agendas autonómicas las cuales apoya Podemos, también tienen el rechazo de la comunidad madrileña y de otra zona de España pues consideran que atentan contra la unidad nacional.

En el caso de Podemos su desgaste se centra en dos ámbitos; en su incapacidad para lograr acuerdos con fuerzas políticas distintas, y por el otro lado su radicalidad y populismo que hace planteamientos que no pueden ser factibles en la realidad.

Ellos también sufrieron un gran desgaste, aunque siguen siendo muy contestatarios y se mantienen como una oposición muy activa. De cualquier forma, las decisiones y el futuro del gobierno siguen en manos de los dos partidos principales, aunque un tercer actor político se introduce con una presencia importante. El futuro de Podemos dependerá de su capacidad para trasladar aspiraciones y promesas de campaña en iniciativas y políticas públicas a favor de los sectores más golpeados en la crisis española.

Si el discurso radical y reivindicativo de Podemos no va acompañado de mejoras en la calidad de vida de los españoles, difícilmente podrá ser parte de una etapa pluripartidista en el sistema político español.

[email protected] | @normaglzz


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