Nunca habíamos tenido tanto interés en los debates entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos como en esta ocasión, pues las amenazas hacia nuestro país, por parte de uno de los candidatos, Donald Trump, y sus ofensas hacia todos los mexicanos nos hizo por inercia apoyar, aunque sea moralmente y con nuestros deseos, la candidatura de Hillary Clinton, la cual es más moderada. Aunque así decíamos de Barack Obama y él ha sido el presidente que más indocumentados a deportado de los Estados Unidos hacia nuestro país, ya sean mexicanos o centroamericanos, que han llegado a través de nuestro país a la frontera.
En el tercer -y último- debate, celebrado el miércoles pasado en Las Vegas, vimos al mismo candidato Trump: Indolente y prepotente, conducirse buscando que la xenofobia de una buena parte de los estadounidenses lo sigan apoyando, sobre todo los extremistas de derecha; asimismo, a Trump le sigue afectando su historial de comportamiento hacia las mujeres, y sobre todo el cambio de las relaciones de los Estados Unidos con los demás países; el tener una política proteccionista, en materia de comercio, sobre todo que el Tratado de Libre Comercio lo desaparecerá si es el ganador de la elección, lo cual vendría a afectar de una manera muy importante la industria mexicana, pues actualmente somos el socio comercial más importante de la Unión Americana, inclusive sobre Canadá. Nuestro comercio es mayor con los norteamericanos que en conjunto el resto de Latinoamérica. De ese tamaño es nuestra dependencia con el mercado de los vecinos. La sombra que empaña este intercambio es el contrabando de drogas, dinero y armas, que se da en la misma frontera y que no ha podido ser erradicado por ambos países.
Una de las propuestas de Trump, es la amenaza de, si llega a ser presidente del país vecino, construir un muro el cual ha dicho que nuestro país pagará. Ese muro, dicen, tendrá un valor de ¡doce mil millones de dólares!, y que será complementado además con una tecnología israelita de avanzada, que ya funciona en la frontera con los palestinos. Dice Trump, según su ofrecimiento, que lo hará afectando las remesas de los mexicanos, lo cual es actualmente uno de los rubros más importantes de entrada de divisas a México, sobre todo ahora que han caído las divisas derivadas del petróleo, y que ahora esa industria petrolera le cuesta a los mexicanos de sus impuestos.
Afortunadamente, según las encuestas, quién ganó el debate fue Hillary Clinton sobre el intolerante Trump. Ha sido tanta la injerencia en la vida nacional de esta campaña presidencial, que el peso se apreció en la madrugada, horas después del debate, en los mercados internacionales de divisas.
Es de esperarse que de aquí al 8 de noviembre, día en que se celebrarán las elecciones en los Estados Unidos, el peso seguirá presionado y nuestro mercado financiero muy inestable. Por lo tanto esperamos que por el bien del país no gane Trump. Aunque siempre seremos perjudicados por las decisiones proteccionistas que de una u otra forma tomen los gobiernos de los vecinos. México ya se comprometió con el TPP, que es un tratado comercial de amplio aspecto. Importante es comentar que en el debate, los dos candidatos se manifestaron en contra del tratado de libre comercio. Veremos qué pasa.