El pasado 29 de agosto, Alberto Aguirre, columnista de El Economista, publicó que Carlos Lozano de la Torre, gobernador de Aguascalientes, no andaba de vacaciones; “todo lo contrario. A finales de la semana pasada viajó a San Antonio. Ha tratado (también) de construir acuerdos con inversionistas texanos”.
Este dato fue confirmado ayer por Jorge A. Llamas Esparza, rector de la Universidad Tecnológica de Aguascalientes (UTA), quien formara parte de aquella comitiva que acompañó al jefe del Ejecutivo estatal al estado de Texas.
En entrevista al término de la ceremonia de graduación de la generación 2010-2012 de ingeniería de esa casa de estudios, el funcionario académico Llamas Esparza, comentó: “tengo muchos años en el sistema educativo en México y me parece que nuestro país cumple con los estándares que se requieren. Por eso es que se ha trabajado mucho en el tema de la acreditación de programas educativos, y ése es el mejor indicador, ser evaluados por organismos externos”.
Agregó que buscar certificaciones internacionales es una muestra de que México está haciendo bien las cosas, sin embargo, “no cabe duda de que se pueden hacer mejor todavía. Tendremos que trabajar mucho en fortalecer a los cuerpos académicos, trabajar con el profesorado; certificarlo, capacitarlo, profesionalizarlo, internacionalizarlo”.
Indicó que a los jóvenes hay que acercarlos mucho al sector productivo y que el aparato de producción debe encontrar los instrumentos también para que la educación sea pertinente; que se pueda no solamente contribuir al crecimiento y desarrollo económico e industrial del país, sino al crecimiento de una sociedad con todo lo que esto conlleva.
—Sin embargo en la OCDE lo califican muy bajo, ¿qué está pasando?
—Yo puedo comentar que habría que hablar de los diferentes niveles educativos. En el tema de la educación superior nuestras instituciones están muy fuertemente vinculadas con otros países. Acabamos de estar en San Antonio, con el señor gobernador Carlos Lozano de la Torre, a firmar un documento de compromiso y de colaboración conjunta, y pudimos darnos cuenta que, ciertamente, hay cosas que aprender de nuestros hermanos después de la frontera. Pero también reconocer que nosotros somos capaces. Ellos aceptaron porque van a aprender mucho de nosotros.
Ejemplificó: “nuestro país entregó el año pasado 115 mil ingenieros, Estados Unidos entregó algo cercano a los 60 mil. Esto quiere decir México está formando los ingenieros que requiere la patria”.
Comentó que Estados Unidos les preguntaba “cómo le estábamos haciendo para convencer a los jóvenes de que hagan ingenierías, que es lo que hoy se demanda en el mundo. Estamos por debajo de China y la India. México tiene todo lo que necesita para crecer”.
Consideró que hay que trabajar mucho no sólo en la parte de gobierno, sino en la educativa y en la empresarial; tienen que hacer la parte que les toca. La educación no se puede detener, si se requiere educación pertinente hay que hacerla. “Y no solamente pertinente al desarrollo local, tenemos que preparar a nuestros jóvenes con herramientas para que compitan en cualquier parte en el mundo, si no encuentra aquí el trabajo para desempeñarse se tiene que ir a otro país”.
—¿Qué nivel educativo tienen aquí, cómo salen?
—Nuestros jóvenes tienen un excelente nivel académico, es un modelo diferente al tradicional educativo; es un modelo que se compone por el 70 por ciento de entrenamiento práctico. Nuestros laboratorios son centros de entrenamiento.
Explicó que el alumno aprende haciendo las cosas, fortalecido por la teoría; “puedo decir que esto ha sido parte del éxito de nuestro modelo educativo. Lo vemos en la demanda que tenemos en cada ciclo escolar, lo vemos en el por ciento de jóvenes que logran colocarse en un empleo en los primeros seis meses; es un 83 por ciento”, y agregó que de los jóvenes que hoy egresan, el 83 por ciento ya tiene un trabajo.