Cuarteto de cuerdas José White / Polifonía universitaria - LJA Aguascalientes
14/11/2024

El cuarteto de cuerdas es la formación madre de la música de cámara, su paternidad se atribuye a Franz Joseph Haydn lo mismo que la sinfonía, y si bien es cierto que la música de cámara, por su misma naturaleza tiene posibilidades inagotables en cuanto a las diferentes dotaciones instrumentales, el cuarteto es la formación más consistente en este delicioso lenguaje musical.

En Aguascalientes tenemos la fortuna de contar con varios ensambles de música de cámara, todos ellos de calidad incuestionable, por lo cual definitivamente deberíamos sentirnos afortunados, y dentro de este amplio panorama contamos un cuarteto sólido y solvente, el José White, siempre que lo veo programado para ofrecer un concierto, ya sea dentro de las actividades que propone el Instituto Cultural de Aguascalientes, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, o cualquier otra instancia cultural de nuestro estado, no dudo en asistir porque tengo la garantía de que harán un tratamiento digno de su majestad la música.

Desde 1998, año en que fue fundado este cuarteto, el José White se ha consolidado como uno de los ensambles más comprometidos en el ambicioso panorama de la música de cámara, no sólo en los estrechos límites de nuestro estado, incluso en el ámbito nacional, ellos son parte importante de la fundación y consolidación del Festival de Música de Cámara de Aguascalientes que se realiza cada verano teniendo como sede el Teatro Morelos de esta ciudad así como también hay que señalarlos como responsables de otras iniciativas que han desarrollado a lo largo de su historia.

El jueves 6 de octubre el Cuarteto de Cuerdas José White se presentó en el ciclo de conciertos de Polifonía Universitaria y que desde hace 20 años organiza nuestra máxima casa de estudios consolidándose como uno de los proyectos culturales más solventes y consolidados de nuestro estado, de ellos el José White ha sido recurrente en ese ciclo musical de la UAA, y por supuesto, siempre es un verdadero placer escucharlos.

El programa que ofrecieron es muy ambicioso, como el mismo maestro Orlando Espinosa, cellista del cuarto lo mencionó, “un programa muy corto, pero sustancioso”. Nos ofrecieron dos cuartetos de cuerdas de Ludwig van Beethoven, que para muchos de los grandes musicólogos y amantes de las artes, este es el momento cumbre de la ambiciosa producción beethoveniana, sus cuartetos, específicamente los últimos seis compuestos por el genio de Bonn, de hecho, León Tolstoi, el importantes escritor representante del realismo ruso, en su ensayo ¿Qué es el arte? Señala este ciclo de los seis últimos cuartetos para cuerda de Beethoven, como la cumbre del pensamiento musical en toda la historia, sin duda arriesgado el comentario de Tolstoi, pero no es nada descabellado.

En la primera parte del concierto, escuchamos el Cuarteto Op. 18 No.3 en Re mayor, sus movimientos son Allegro, Andante con Moto, Allegro y Presto. La segunda obra, una de las más íntimas y profundas del genio creativo de Beethoven, es el Op. 135 en Fa mayor, para muchos estudiosos de la obra beethoveniana, es mejor de sus cuartetos, de alguna manera representa el canto del cisne del compositor que murió muy poco tiempo después de haber escrito esta inmensa catedral de la música universal. Sus cuartetos, por cierto, no tienen los reflectores de sus nueve sinfonías, ni cuentan con la espectacularidad de su corpus sinfónico, pero sus cuartetos tienen una fuerza incontenible que se derrama, brota libremente de su extenso catálogo, más evidente es esta fuerza cuando se trata de una ejecución digna de estas complicadas obras, como fue el caso de este concierto.

El Op. 135 es la última obra completa terminada por Beethoven, solo el último movimiento del Op. 130, por cierto, otro gran cuarteto que conocemos con el nombre de La grande fuga, fue compuesto posteriormente. Su tercer movimiento, Lento assai cantante e tranquilo, de acuerdo a lo que también apuntó el maestro Orlando Espinosa, es uno de los momentos más íntimos de Beethoven, es un movimiento lleno, rebosante de paz, de esa paz que se debe de sentir después de saber que se ha cumplido con la misión encomendada y que sin duda Beethoven sintió con singular intensidad.

Lo cierto es que enfrentarse a este tipo de repertorio es sumamente demandante, no es cualquier cosa ni es un dulcecito para saborearse despreocupadamente, no basta con tocar bien y ser fiel a la partitura, eso sería sólo una buena lectura de la partitura, que por supuesto, ya esto ,por sí solo sería para agradecerse, pero no, en este caso hablamos de las exigencias que representa una verdadera interpretación, saber dar a la música el carácter que el compositor pide, eso que no está escrito en la partitura que sin embargo, sabemos que existe.

Salí verdaderamente satisfecho del concierto, me atrevo a decir que hasta contento, al menos esa fue la sensación que me dejó la interpretación que hizo el Cuarteto de Cuerdas José White, salí feliz del tratamiento hecho a la música y más aún a tan singular y demandante repertorio. No me cabe duda, este cuarteto, que por cierto se ha mantenido con una base sólida en su formación desde que sus orígenes, sólo un cambio en el segundo violín, originalmente con Sandra Díaz Roqueta, y hoy con Cecilia García Villegas, la formación la completan Silvia Santa María en el primer violín, Orlando Espinosa en el violoncello y Sergio Carrillo en la viola, es uno de los grandes orgullos de la música de cámara de Aguascalientes.


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