Educación ¿derecho de todos? / Punto crítico - LJA Aguascalientes
23/11/2024

 

Pérdidas económicas, bloqueos de carreteras, saqueos a las escuelas, detenciones y violencia, pero sobre todo los miles de niños que no pudieron iniciar o continuar sus estudios, éstas son las consecuencias  que ha dejado el conflicto magisterial en nuestro país y la situación sigue prácticamente igual.

En el inicio del ciclo escolar el lunes de esta semana,  la Secretaría de Educación Pública dio a conocer que más de la mitad de las escuelas públicas en los estados de Chiapas y Oaxaca no reanudaron clases por decisión de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“A cien días de haber estallado el ‘paro nacional’, oficialmente 58% de los planteles en Chiapas permanecieron cerrados, mientras que en Oaxaca la lista de inactividad alcanzaría a 53% de los colegios, cifra que contrasta con los datos de la CNTE en dicha entidad, la cual aseguró que a su protesta se sumó el  90% de las escuelas”.

Al mismo tiempo, en Guerrero se oficializó por medio del Secretario General de la sección 14 de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg), Ramos Reyes Guerrero, que el 60% de las escuelas tampoco iniciaron actividades el pasado lunes en aquella entidad.

Vale la pena hacer la reflexión en una primera instancia, cómo ha mermado este conflicto la vida diaria de millones de personas,  toda vez que en primera instancia el golpe a las economías de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas –estados donde se registran las movilizaciones más intensas– ha sido mayor del que vislumbraba  el gobierno federal y los de cada una de estas entidades más afectadas.

Autoridades denunciaron que “apenas se podía satisfacer la canasta básica por los bloqueos en la entidad oaxaqueña, mientras que en Chiapas provocaron desabasto de combustible. De acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México, se perdieron 35 millones de pesos por día debido a las marchas”.

Los bloqueos además generaron daños en diversos sectores de la industria como la automotriz, con la caída de venta de autos nuevos en Oaxaca; en Michoacán, se presentaron dificultades para importar y exportar mercancías desde el puerto de Lázaro Cárdenas.

Además, y de acuerdo con la cúpula de la Confederación Patronal de la República Mexicana  (Coparmex), fueron detenidos todos los insumos y productos que llegaron desde el continente Asiático  y que debieron llegar a fábricas de varios estados del país con lo que no se pudo completar el ciclo de exportación trayendo consigo grandes pérdidas económicas. En la Ciudad de México y de acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo, se perdieron 35 millones de pesos por día debido a las marchas.


Por otro lado, es importante considerar el nivel de rezago educativo de algunas de las comunidades que padecen este conflicto como es el caso las del estado de Oaxaca, donde la mayoría de los maestros pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Durante los últimos quince años, en promedio, sólo 45 de cada 100 niños han logrado terminar la educación básica, es decir, el 55 por ciento deserta de este nivel.

De acuerdo con proyecciones hechas por la organización Mexicanos Primero sobre los logros educativos en la entidad, de 2000 a 2015, “menos de la mitad de los niños que ingresan a la primaria terminan el último grado de secundaria”.

Cifras de este organismo indican también que de 2011 a 2015, los profesores de la CNTE perdieron 105 días de clases, es decir, no cumplieron con el calendario escolar por marchar, hacer plantones y otro tipo de protestas.

Tras las amenazas que cumplió la CNTE, el Gobierno Federal fue enfático en señalar que además de la suspensión del diálogo con la Coordinadora por lo que dicen que se aplicarán descuentos a todos aquellos que no se hayan presentado a las aulas en su protesta contra la reforma educativa.

Lamentable es que la situación se ha radicalizado a tal punto que no se avizora en el corto plazo una solución a este conflicto que más que nada afecta a los niños y jóvenes mexicanos  que no pueden continuar sus estudios y que permanecerán en el rezago mientras el gobierno y los maestros siguen manteniendo sus posturas a todas luces de intolerancia.

Todos los mexicanos tenemos derecho a recibir una educación, establece la Constitución Política, pero ni aún así se ha podido dar cumplimiento.

Concluyo con esta frase de El-Hajj Malik El-Shabazz, activista político estadounidense: “La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy”, dejo al mismo tiempo la pregunta que todos nos hacemos, ¿cuál será el futuro de la educación en México.


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