- Acerca de la acústica en el Polifórum Deportivo y Cultural Universitario
¿Sabes?, cuando yo era más joven, mucho más joven que ahora, como dice The Beatles en la canción de Help, asistí a varios conciertos en el viejo Auditorio Morelos, en este lugar tuve la oportunidad de ver en vivo durante los 80, y a algunos varias veces, a Mecano, Soda Stereo, Miguel Mateos y algunos otros. Más recientemente vi también ahí a Alan Parson, y en este mismo foro se han presentado Toto y Air Supply, a estos dos no asistí porque preferí ir a escuchar a la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, y la verdad, no me arrepiento. Recuerdo que la misma noche en que se presentaba en Aguascalientes Alan Parsons, en el Teatro del Parque, hoy Víctor Sandoval, estaba programada la presentación del armonicista de blues francés Jean Jacques Milteau, después de la rueda de prensa previa al concierto, comenté con el propio Milteau mi angustia de no saber a qué concierto asistir, recuerdo que él se sonrió, me regaló su disco y me dijo: “Vete a ver a Alan Parsons, en tu lugar yo haría eso”, y animado por esto, no lo pensé más y me fui al concierto del autor de Tales of mistery and Imagination Edgar Allan Poe, pero, por Dios, cómo sufrí con el rebote de sonido de este lugar, lo mismo sufrí con los otros conciertos pero este era especial, era Alan Parsons. Me imagino que este genial músico inglés tuve que haberse involucrado con las cuestiones de sonido de su propio concierto, sobre todo en un lugar en donde la acústica no es su mejor característica, recordemos que Alan Parsons trabajó como ingeniero de audio en discos como Abbey Road y Let it be de The Beatles, después siguió colaborando con Paul McCartney y los Wings y, como sabemos, en el mítico disco Dark side of the moon de Pink Floyd, pues con todo y a pesar de la excelente ecualización, el sonido dejó mucho que desear.
En fin, el asunto es que recordando los evidentes problemas de acústica de este lugar, yo tenía la esperanza de que con la remodelación por la que pasó el antiguo Auditorio Morelos, estos problemas fueran solo un triste y amargo recuerdo, pero no pasó mucho tiempo antes de que me dominara la decepción, apenas comenzaron los discursos de inauguración para darme cuenta de que el rebote de sonido era el mismo de antes, o peor, no sé, el nuevo Polifórum Deportivo y Cultural Universitario es un escenario dignísimo para la práctica deportiva, pero definitivamente, así como está en este momento, no sirve para conciertos, no es que tenga mala acústica, simplemente, carece de ella, pero por su nombre, Polifórum Deportivo y Cultural, entiendo que se planea la realización de conciertos, de ser así, urge una reingeniería en el aspecto acústico, es lamentable que se haya hecho una inversión tan fuerte y no se tomara en cuenta este aspecto que históricamente, ha sido uno de los principales problemas de este lugar.
Su capacidad es para casi 3,500 personas en un concierto, es decir, permitiendo el acceso del público a la duela, que por cierto es muy amplia, fácilmente podríamos acercarnos a los 5000 espectadores, casi como el Royal Albert Hall de Londres cuya capacidad es de poco más de 5300 butacas, que en sus orígenes también tuvo serios problemas de acústica, genial, ¿no crees?, me imaginé, ya ves cómo suele ser atrevida la imaginación, me imaginé a Sting, a Eric Clapton, a Wynton Marsalis, a Chick Corea tocando en este lugar, pero…, no, imposible con tanto rebote.
En el evento inaugural se presentó la Big Band Jazz de la UAA, un auténtico orgullo de nuestra Máxima Casa de Estudios, dirigida por mi buen amigo y exalumno Francisco López Alba, trompetista de calidad comprobada y con un irrefrenable amor por la música, y después, para cerrar el concierto, se presentó la Orquesta Filarmónica de la Universidad, de verdad, siempre soñé con este nombre para la más importante entidad musical de la UAA, mi alma mater, lo comenté con mi esposa, Orquesta Filarmónica de la Universidad, la OFUAA, por Dios, qué bien se siente decir esto, con mucho orgullo.
La Big Band de la UAA tocó algunos buenos estándares del swing y del jazz iniciando con In the mood de Glenn Miller, pero era necesario estar adivinando de qué tema musical se trataba, era muy difícil distinguir y seguir la línea melódica.
Después, con la Filarmónica de la Universidad fue lo mismo, el rebote de sonido no permitió el digno disfrute de la música, el Huapango de José Pablo Moncayo, el aria de una zarzuela mexicana, de hecho, del aguascalentense José F. Elizondo, poeta pero también con algunas zarzuelas que le dieron vida inmortal, se contó con la participación del tenor Jorge Aguilera, cantante de muy alto nivel, lamentablemente no fue posible disfrutar de su voz. La OFUAA terminó su participación con la ejecución del Danzón No.2 de Arturo Márquez.
Es un repertorio que todo buen músico se sabe de memoria, esto ayudó, sin duda, a que el trabajo del director de la Filarmónica, el maestro Julio Vázquez Valls, hiciera un excelente trabajo, estoy seguro que ni él podía escuchar con claridad, pero claro, estamos hablando de músicos de primer nivel.
Insisto, es una pena que se haya hecho una inversión tan importante en la remodelación de este foro, que la verdad, le urgía, estaba ya casi en el más lamentable abandono, sin tomar en cuenta la acústica, seguramente habrá para esto una solución, espero que se encuentro pronto, este espacio es necesario para hacer buenos conciertos que la darían prestigio a nuestra universidad y a nuestra ciudad.