Tucídides fue un historiador griego que vivió entre los años 460 y 396 a.C. Se considera como el padre de la escuela del realismo político, su concepto es la valoración de las relaciones entre las naciones en función de su poder y no en razón de la justicia, se le considera “el padre de la historiografía científica” debido a sus estrictos estándares de recopilación de evidencias y de sus análisis causa y efecto, entre varias obras y ensayos, este pensador ateniense fue el autor de la frase: “Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia”. Una verdad eterna.
Esta semana se formalizará la designación del presidente Peña Nieto para que Enrique Ochoa Reza presida el PRI hasta 2019, es notorio que el inquilino de Los Pinos pretende parar el meteórico avance del PAN y en su decisión ha marcado un cambio generacional que ha desplazado a corrientes internas dentro de ese partido que detentaban el poder y que ya no lo tendrán -por ahora-, Ochoa Reza tiene un interesante currículum académico y laboral, sin embargo no cuenta con ninguna experiencia electoral, llega a la máxima dirección del partido dictado por Calles sin haber sido nunca candidato a ningún cargo de elección ni partidista.
Si hacemos una comparativa de entre quien dirige al PAN y quien dirigirá al PRI podemos concluir la enorme ventaja que Ricardo Anaya le tiene a Ochoa Reza tan solo en procesos electorales; Anaya Cortés ha sido diputado local, presidente estatal de Acción Nacional en Querétaro, diputado federal de la LXII Legislatura y presidente nacional del PAN después de haber obtenido más del 80% de la votación de toda la base panista. El exdirector de la Comisión Federal de electricidad no tiene la experiencia de haber pedido un voto en toda su trayectoria y ahora le instruyen que haga lo pertinente para conseguir los millones de sufragios que al partido de Peña Nieto le hacen falta para detener su estrepitosa caída. Mala decisión para los priistas y una oportunidad para quienes no lo somos en términos de competencia electoral.
Quien ahora dirigirá los destinos del PRI formó parte del grupo redactor de la Reforma Energética, en agosto de 2014 se llevó a cabo la promulgación de esta reforma por parte del presidente de la República y en su discurso Peña mencionó en más de tres ocasiones que los precios de los energéticos disminuirían para “nunca más incrementarse”, quedó claro que la teoría fue mal llevada a la práctica y ahora repiten el “modelo”, un teórico de la administración peñista va en búsqueda del rumbo perdido sin haber pisado terreno electoral.
Los efectos colaterales del resultado del 5 de junio se siguen dando, el escenario político nacional con 11 gobernadores emanados de Acción Nacional está ocasionando la reconfigurando las dirigencias del PRI y del PRD, la regeneración que se estableció al interior del PAN está influyendo en otros partidos políticos que quieren “copiar y pegar” un modelo exitoso de oxigenación al interior de ellos, tal parece que el efecto Anaya está hablando por sí solo. Esperemos el primer debate para ver a Ochoa.
@JorgeLopez_M