La Medicina Preventiva es un concepto inventado en China 200 años antes de Cristo. Ya desde entonces los orientales utilizaban el polvillo de las costras de las ámpulas de viruela y otras enfermedades exantemáticas para inhalarlas y de esa manera inmunizarse. Solo que Europa se tardó muchos años en aprender, ya que fue hasta 1976 cuando el médico inglés Edward Jenner inició la inmunización contra la viruela, utilizando el triturado de costras de la enfermedad en las vacas, por lo cual desde entonces se les llama vacunas. Curiosamente la Policía Preventiva nació un año después cuando el comandante Patrick Colquhoun creó la policía del río Támesis para evitar el saqueo de los barcos fluviales. Y ahora, ya en la segunda década del Siglo XXI conviene preguntarnos ¿qué es lo que realmente logramos prevenir? Actualmente la vacunación sigue siendo el mejor ejemplo de prevención de las enfermedades, que funciona exclusivamente para los padecimientos infecciosos. Las campañas para la “prevención del cáncer” tuvieron que cambiar a “campañas de detección oportuna” porque efectivamente no se previene la enfermedad, solo se diagnostica tempranamente y por ello muchos casos logran salvarse. Lo mismo ocurre con la diabetes, la hipertensión y las cardiopatías, no hay modo de prevenirlas, solo de conocerlas en sus primeras etapas y por ello tratarlas de una mejor manera. Durante muchos años se pretendió prevenir el tabaquismo con base en campañas concientizadoras sobre los riesgos y grave daño a la salud, que no redujeron el consumo en lo más mínimo. Todavía actualmente las cajetillas con fotos de enfermos y tumores, no logran contener el hábito. Lo que realmente funcionó fue la Ley de Protección a los No Fumadores que prohibió fumar en lugares públicos y restringió la venta. El aumento en los impuestos a las tabacaleras y por consiguiente el aumento en el precio del cigarrillo no funcionó. Es por ello que desde ahora podemos predecir que aumentar impuestos y precio a los refrescos y comida chatarra, no reducirá la obesidad. En primer lugar, porque no es la única causa ya que existe la tendencia heredo-familiar, trastornos metabólicos y, sobre todo, porque la educación nutricional a nivel de familias es bastante pobre. ¿Se pueden prevenir el Sida, el Zika y la Chikungunya? Claro que sí, puesto que se trata de enfermedades infecciosas. Entrando en temas más profundos ¿Se pueden prevenir el alcoholismo y las toxicomanías? Todo parece indicar que no es prevenible su inicio, ya que lo único que ha funcionado es cuando la persona ya es un adicto, los grupos de autoayuda. En este momento los clubes de usuarios es lo único que funciona. No hay medicamento para quitar una adicción. El embarazo no es una enfermedad, pero el embarazo en adolescentes es altamente riesgoso, por ello convendría prevenirlo. Bien, pues hasta ahora no hay una campaña en el ámbito nacional para ello. El uso del condón sirvió para detener el avance del Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, pero no ha funcionado para detener los embarazos no deseados. El suicidio es un grave trastorno del comportamiento ¿Puede prevenirse? Los trabajos realizados en los centros especializados han demostrado que sí. Puede obtenerse una notable reducción en el número de muertes autoprovocadas con un profundo trabajo sicoterapéutico a nivel de familias y grupos sociales. Los carteles, letreros en las bardas y mensajes mediáticos no sirven. O sea que la Medicina Preventiva tan antigua, no ha logrado realmente reducir el índice mórbido de la sociedad. Es tiempo de evaluar lo que se ha estado obteniendo y lo que no sirve. La prevención de patologías en el Siglo XXI ya tendría que ser sorprendentemente efectiva, y no lo es.