I’m sentimental, if you know what I mean
I love the country but I can’t stand the scene.
And I’m neither left or right, I’m just staying home tonight,
getting lost in that hopeless little screen.
But I’m stubborn as those garbage bags that Time cannot decay,
I’m junk but I’m still holding up this little wild bouquet:
Democracy is coming to the U.S.A.
“Democracy” – Leonard Cohen.
La elección del pasado domingo nos ha dejado varias lecciones, y nos ha retratado fielmente como electorado. Si nos atenemos al resultado numérico del Prep, podemos concluir varias líneas que perfilan cómo somos, tanto los partidos, como los electores de Aguascalientes, desde los distintos momentos del proceso electoral, a saber:
La selección de candidaturas:
- A pesar de que era muy natural (y hasta obvia) la elección de LMR como candidata del PRI, la constitución de la llamada “mega alianza” probó varias cosas: partidos como el PVEM, y el PT son más un lastre que un impulso; y el Panal se consolida como un mercenario sin lealtades. Por otro lado, desde la configuración de planillas y fórmulas, la alianza evidenció graves fracturas con el PRI que cobraron factura -como se vio- porque el equipo de la candidatura al Gobierno del Estado no supo hacer una efectiva operación cicatriz con los sectores resentidos del PRI, alejándose de estos. Respecto a la elección del candidato a la alcaldía, desde el inicio se percibió como una imposición de CLT y los oráculos cercanos al PRI previeron una derrota más a la cuenta (recordemos la participación de este equipo en las campañas por la alcaldía en 2013 y por la diputación federal en 2015); por no abundar en la evidente distancia entre las campañas para la gubernatura y la alcaldía capital, que se vio desde el inicio.
- La elección de MOS como candidato dio visos de imposición desde el principio. El alcalde JAMC tenía un buen capital político, empuje popular, y buenos bonos, por lo que fue fácil que se dejara endulzar el oído ante quienes lo animaban por la candidatura (priístas “de palacio” incluidos); sin embargo, se disciplinó ante MOS y tuvo que ceder al proyecto que se jugó “desde arriba”. La elección de la candidatura a la alcaldía capital fue -por lo menos- polémica, y auguró un divisionismo interno entre los grupos resentidos por -otra vez- una jugada “de arriba”. Lo más destacable aquí es que mientras que en el PRI la división no era tan visible, sí se asentó en los números finales, mientras que en el PAN la división, que sí era escandalosa, se palió a la hora de los números. Con todo, el PAN no fue en alianza, lo que abrió la coyuntura a que el PRD sacara lo mejor de sí.
- En consecuencia con lo anterior, el PRD va solo y echa mano de lo mejor que tiene: luego de especular que su candidatura al gobierno la encabezaría un académico de renombre, trabajador del CIDE, finalmente se decanta por IASN, académico en investigación educativa y ex profesor universitario; perredista de fuste y fusta (Gilga dixit) y hermano del dirigente estatal del partido. Para la alcaldía recibieron el sí de AVZ, director del Imac, profesor universitario no afiliado al partido, y creador artístico. En ambas candidaturas se cifró la expectativa de que la campaña subiría mucho de nivel, como al final sucedió.
- Respecto a las candidaturas independientes, tanto para la gubernatura como para la alcaldía, respectivamente, GAE se anticipaba como un petardazo; mientras que MGL desde el inicio apostó a capitalizar el hartazgo de la gente hacia los partidos políticos, aún sin tener mucha claridad ni proyecto.
El capítulo de la campaña:
Este momento del proceso electoral puede resumirse en un párrafo: una inmensa campaña negra -lamentabilísima- por parte del duopolio partidista; salpicada por los intentos de los partidos minoritarios para -con sus magros recursos- alzar su voz; con el oasis que significó la campaña del PRD, que apostó por la inteligencia, la propuesta y la campaña ética. Sin embargo, hubo un evento bisagra que sirvió de coyuntura importante: la lucha por la universalización de derechos y libertades civiles, concretamente con lo referente a la comunidad LGBTTTI y la necesidad de extender a esta comunidad el derecho de la unión civil. Durante la campaña se endurecieron las posturas conservadoras hacia lo que estúpidamente algunos definen como “la defensa de la familia”, con lo que no se perdió la oportunidad de hacer proselitismo engañabobos desde los púlpitos y las cofradías, lo que cundió rápidamente en esta tierra yerma para el pensamiento progresista.
El reflejo de los números:
- Participó prácticamente la mitad del electorado. Pobre número para algo tan importante. Somos un electorado apático, escéptico, idiota en el sentido griego.
- La elección tuvo una tendencia a los resultados cerrados. Esto puede interpretarse como una elección producto del enfrentamiento entre los votos duros del duopolio partidista, de su capacidad para la movilización electoral, y de los recursos económicos destinados a ésta. No así a las propuestas o proyectos de gobierno.
- El PAN se llevó jugosas victorias en bloque: no hubo mucho voto diferenciado, lo que impone al PAN en el Gobierno del Estado, en prácticamente la mitad de las alcaldías, y en una fortísima posición dentro de la legislatura local. Ateniéndonos a este resultado, somos un electorado conservador, poco sofisticado, proclive a las clientelas, engañado con el “voto útil” y, en general, conformista y poco analítico.
- En este sentido, el PAN deberá enfrentarse a dos escenarios adversos: ¿cómo sobrellevar el poder sin que se perciba un sometimiento del ejecutivo al legislativo o a las alcaldías? Y sobre todo ¿cómo lidiar en la victoria con su evidente divisionismo interno, tanto el que viene desde “arriba”, como el local? Como sea, ambos escenarios tienen que ver con cómo sobrellevar la victoria: en política y en la vida hay que saber ganar, y en varios espacios de análisis se percibió como de una rudeza innecesaria el que Ricardo Anaya saliera en cadena nacional a fanfarronear la victoria.
- Las derrotas del PRI deben leerse como un voto de castigo, como una oportunidad para la autocrítica sobre qué pasó en el sexenio de CLT, qué pasó en las últimas alcaldías tricolores, qué pasó en la estructura del partido, qué pasó en la inclusión de grupos y sectores, qué pasó en la forma de hacer campaña. Más que una victoria del PAN, fue una derrota del PRI.
- Por otro lado, la ascensión del PAN debe significar una oportunidad para que la oposición se unifique, se responsabilice de los contrapesos políticos, que se reconcilie con el ciudadano y le represente ante un ejercicio del poder que -si se descuida- puede ser aplastante y avasallador.
- De ratificarse el resultado, de los 18 escaños en la elección al legislativo -en los cargos uninominales- llegarán 11 mujeres. Sin embargo este dato no dice nada, si las legisladoras electas no entienden sobre la lucha de género ¿Ah, que no sólo las del PAN ignoran la lucha por la equidad? El lado bueno es que florecerá aún más el necesario activismo feminista ante un legislativo así.
- El contraste entre las encuestas y los resultados nos revelan -otra vez- que ese mundillo está lleno de pillos y charlatanes, y que los partidos siguen comprando la carísima tela del traje nuevo del emperador; peor todavía, los electores aún caen en el timo.
- El nada desestimable cúmulo de votos que acopió MGL con su candidatura “independiente” es un fuerte llamado de atención a la clase política y a los partidos en general. El que la gente prefiera votar por alguien sin proyecto (incluso por encima de propuestas inteligentes y plausibles, como la del PRD), sólo porque “no viene de un partido”, es cuando menos alarmante. Bueno, tampoco es que los demás partidos hayan tenido mucho proyecto, eh.
Así la democracia, la menos peor de las formas de organizarnos, porque siempre será preferible elegir un resultado como el que tuvimos, que no poder elegir ninguno. Somos un electorado que debe madurar, pero un electorado que tiene la facultad de elegir, de premiar o castigar en las urnas, y debemos apropiarnos consciente y responsablemente de ese poder y usarlo por las razones correctas.
Post data. La semana anterior escribí sobre el papel histórico de Radio UAA y critiqué su silencio en la cobertura electoral del 5 de junio. Hacia la noche de ese jueves, recibí una llamada del siempre fraterno Rafael Ladislao Juárez Rodríguez en la que me decía que las autoridades universitarias recapacitaban y daban la instrucción de cubrir la elección. Agradezco la llamada y el motivo. Buenas señales entre la tenebra.
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