Estimado lector, el día de hoy hablaremos de los cambios en las preferencias de los consumidores que han hecho que empresas grandes, tanto de hace mucho tiempo como algunas más modernas tengan que replantearse totalmente la forma en que quieren llegar al cliente o verán su futuro de manera cada vez más incierta.
En este año, hemos sido testigos de cómo Televisa y TV Azteca han pasado de una predominancia en el mercado televisivo mexicano y ganancias y utilidades grandes y extraordinarias, a una pérdida de audiencia y por tanto, de patrocinadores y anunciantes. El primer cambio fue la irrupción de la televisión de paga y el cambio de algunos equipos de futbol de primera división de la televisión abierta a la televisión de paga. Eso les vio mermar de manera importante sus ingresos, sobre todo a TV Azteca, que era la dueña de los derechos de transmisión de los equipos León y Pachuca que fueron a dar a FOX Sports. Actualmente, Televisa perdió a uno de los dos equipos que son la joya de la corona en cuanto a futbol se refiere, las Chivas del Guadalajara, que apuestan a contenidos propios en línea. Además de esas pérdidas importantes, llegan las apuestas on line para que la teleaudiencia tenga más opciones. Llega Netflix con contenidos propios de gran calidad y eso lleva a mayor pérdida de audiencia. Televisa ha querido atenuar este problema con el lanzamiento de Blim, pero parece una apuesta perdida. Los cambios en sus noticieros que están faltos de credibilidad desde hace por lo menos cuatro décadas, gracias a la política de que son los “soldados” del PRI, los lleva a poner ahora en los espacios más importantes a periodistas reconocidos que se la están jugando para que la gente cambie la percepción. Pero eso no garantiza la recuperación de la audiencia. Parece que todavía no dan en el clavo.
Así como Televisa está pasando malas experiencias en su negocio principal, también le está pasando eso a una empresa como Victoria´s Secret, una empresa que hizo glamuroso la venta de lencería y sobre todo, con una buena ganancia, tratando de vender la “ilusión” y contratando a un puñado de mujeres como modelos que podemos bien decir son de las más bellas y a las que se les puso el sobrenombre de “ángeles”. Pues esta empresa no sabe que pasa con el consumidor. Acaba de dar la noticia que uno de sus negocios que le daba a ganar 500 mil millones de dólares, la venta de trajes de baño, la abandona a partir del año siguientes. Y su negocio principal la está pasando muy mal debido a un competidor que apuesta a lo natural, cero retoques y modelos “humanas”, Aerie de American Eagle, que le ha ido de manera sistemática ganando mercado y mermando las utilidades de esta empresa que era considerada un modelo a seguir.
No sólo estas empresas reconocidas de tiempo la están pasando mal. Aeropostále se acaba de declarar en bancarrota y por tanto, se acoge al famoso Chapter 11 para seguir operando para tratar de sanar la empresa. Una empresa que parte de los llamados millenials habían hecho crecer de forma importante y que ahora está en el abismo.
¿Qué sucede en los mercados? ¿Dónde está el cambio, o por qué no se ve?
El cambio radica en que el consumidor está pasando de comprador de ilusiones falsas a comprador de realidades conscientes. Muchas de estas empresas -y puedo nombrar muchas más, como Tommy Hilfigher- lo que hacen es vender una ilusión, un estilo de vida que muy probablemente no se podrá acceder por las situaciones económicas actuales y que los lleva a buscar productos que sean más conscientes con su realidad, y la realidad del mundo actual. Lo orgánico, environmental friendly, la moda para los que tienen panza si son hombres, para las gordibuenas, si son mujeres, es lo que más se está consumiendo. Ya no se está comprando la ropa para hombres esbeltos y musculosos y mujeres salidas de un cuento de hadas. Ahora se busca la ropa que vaya con el estilo de vida normal de todos los consumidores.
Hay que estar atentos a estos cambios, si no logramos como empresa, como empresarios saber hacia dónde va el mercado y los cambios tan repentinos que tiene, iremos a la ruina económica.
Como corolario, estimado lector, hazte y haznos un favor: sal a votar este próximo domingo. El partido de tu elección sin presiones políticas, religiosas, familiares, pero vota. Un pueblo que vota también es un pueblo que puede llegar a exigir.