El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive
Henry F. Amiel
Inicio con esta frase del filósofo, moralista y escritor suizo, para referirme a lo contradictoria y moralina que ha llegado a ser la religión frente a un tema que la ha rebasado, que sin duda sigue provocando malestar en los grupos conservadores de nuestra sociedad, particularmente en lo local.
Si no, hay que ir a preguntarle al obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre, cómo le cayó a la Iglesia Católica la iniciativa de reformas a la legislación federal anunciada recientemente por el presidente Enrique Peña Nieto y que plantea adecuaciones a la ley para que las uniones civiles entre personas del mismo sexo puedan realizarse en todo el territorio nacional.
También hay que destacar que a pesar de la oposición de nuestros “flamantes” diputados locales, que se negaron durante estos tres años a entrarle a este y otros tópicos -incluido el de las adopciones de estas parejas- por considerar que no “estamos preparados como sociedad para aceptarlos, parece que será y esperemos que en el corto plazo, una realidad para muchos que han visto violentados sus derechos por la simple y sencilla razón de tener “distintas” preferencias sexuales.
El asunto es que la lucha por legitimar las uniones entre personas del mismo sexo, pero en general el respeto a su vida y a sus decisiones, ha dado pasos agigantados. Sin embargo no dejamos de ver y escuchar declaraciones que a muchos nos parecen aberrantes como las de algunos clérigos e integrantes de asociaciones religiosas que contradictoriamente profesan el amor hacia el prójimo.
Vuelvo con las declaraciones del obispo, José María de la Torre quien fue muy claro al señalar hace unos meses que si esta medida se avala, más tarde se permitirá que los humanos se casen con los animales: “Sí se permiten las bodas entre homosexuales, mañana van a permitir que un señor se case con un perro y puedan heredar a los perritos”, aseveró textualmente.
Y fue más allá al conocer la propuesta federal anunciada la semana pasada por el mandatario de la nación, señalando que buscarán que se respete el “derecho de la iglesia” para conservar lo que dijo es el “valor de la familia tradicional” y no obligar a los sacerdotes a realizar estas uniones matrimoniales.
No cabe duda que lo que debiera constituirse como un cimiento en la formación en valores de las personas, como debiera ser la religión, está muy lejos de la realidad. El odio y la discriminación siguen fomentándose al apoyar actitudes con las que se descalifica a una persona que piensa distinto o que tiene preferencias diferentes.
Ojalá la iluminación divina llegara a esas conciencias retrógradas que no ven más allá de lo que hoy es una realidad. El hecho es que simplemente somos personas, y bajo las leyes de Dios o de los hombres, nos debemos conducir respetándonos unos a otros.
Mientras no avancemos en lo que considero es la base de una sociedad, no podremos mejorar ni el tema político, ni en el económico, ni en el cultural, ni en ninguno que nos permita lo que tanto anhelamos todos, una mejor calidad de vida.
Totalmente de acuerdo.
Magnífico artículo.
Congratulaciones.
Todavía no logro comprender como se le permitió tanto poderyval obispo de Aguascalientes y lo más triste es los funcionarios permitan que se.entrometa, y lo más grave es que no se ha enviado una amonestación.