El proceso electoral es el primero de una serie de desafíos que enfrentará quien dirija los destinos de Aguascalientes en los próximos seis años. El escenario económico va a ser cada vez más complejo, va a obligar a los gobernantes a tomar decisiones que permitan corregir procesos que se vuelven en contra de importantes capas de la población.
Los desafíos se centran fundamentalmente en fórmulas que puedan reducir la desigualdad. Mi fuente de esta afirmación se deriva de una entrevista que hace La jornada a Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, organismo regional de Naciones Unidas.
Establece que la desigualdad que se presenta en América Latina es de tal magnitud que se ha vuelto un obstáculo para el desarrollo de la región. La igualdad tiene que estar en el centro de las preocupaciones del quehacer público: “Porque lo que ha aumentado en nuestra región es la disparidad, la desigualdad entre el que más tiene y el que menos tiene; la desigualdad de ingreso en la distribución de la riqueza, en oportunidades y en acceso a los bienes públicos”. Esa desigualdad, “conspira contra el desarrollo, contra la habitabilidad, la armonía, la seguridad, y la prosperidad en general”.
Es un tema tan importante que va a ser una agenda de la región de aquí al 2030. Establece que el estilo de desarrollo dominante ya no es sostenible y se requieren cambios fundamentales.
Desde el punto de vista de Alicia Bárcenas hay tres factores que hacen insostenible el actual estilo de desarrollo: el PRIMERO, es el patrón de bajo dinamismo económico a escala global que se definió a partir de la crisis 2008-2009. No hay un solo país que esté creciendo al ritmo que su población requiere, considera que es necesario la coordinación económica entre los países de la región para articular el uso de instrumentos monetarios, financieros, económicos y fiscales.
Solo con este tipo de medidas se puede apuntalar nuevamente el consumo que está muy deteriorado y se agrava en las etapas de poco crecimiento económico. El SEGUNDO factor está relacionado con la creciente desigualdad. La llave maestra para atacarlo dice, es el empleo bien remunerado, digno y con derechos de protección social. Un desafío es la robotización que desplaza mano de obra y que enfrenta grandes migraciones a los países donde hay trabajo.
El TERCER factor es el deterioro del medio ambiente porque el cambio climático y los desastres que se derivan de este, genera costos económicos y sociales muy altos a la población.
Agrega que la evasión fiscal es otro elemento que impide la distribución adecuada de la riqueza que se produce en América Latina. Plantea una agudización en la disparidad en materia financiera. Hay conglomerados financieros que están concentrando activos 10 veces mayores al valor de la economía mundial. Hay un “desacople” entre la economía financiera y la economía real, por ello la aparición de paraísos fiscales para diluir las ganancias y las riquezas acumuladas. Hasta aquí el planteamiento de Alicia Bárcenas.
Aunado a lo anterior, para el caso específico de México, hay que agregar la caída de los precios del petróleo ya que la economía no va a poder sustituir en el mediano plazo, los ingresos que ha dejado de recibir por el desplome de los precios del petróleo.
La evasión fiscal es otro gran problema que enfrenta México como elemento redistributivo. Uno más que se suma de manera importante al problema de desigualdad es la corrupción. Es la práctica indebida de quienes utilizan cargos de responsabilidad pública para apropiarse de recursos que provienen del esfuerzo colectivo.
Parecería que estos problemas están lejos del entorno de Aguascalientes, pero no es así. El escenario que enfrentará el estado en materia económica y social en los próximos años, estará determinado por estos aspectos que provienen del exterior.
Visualizar los cuellos de botella y tener respuestas para enfrentarlos, dependerá del instrumento analítico del que se parta. Quien quede al frente del ejercicio de gobierno deberá tenerlo muy presente.
@normaglzz