Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.
Londres, Inglaterra. 10 de mayo de 2016. El nuevo alcalde londinense, Sadiq Khan, responde a las preguntas de la prensa sobre los comentarios hechos respecto al Islam por el precandidato republicano, Donald Trump. El abogado de origen paquistaní y de fe mahometana responde: “La perspectiva ignorante de Donald Trump del Islam podría hacer menos seguros a nuestros países, pues se corre el riesgo de alienar a los musulmanes de la corriente principal alrededor del mundo y esto favorece a los extremistas”.
El letrado de pelo entrecano y nariz prominente agrega: “Donald Trump y los que están alrededor de él piensan que los valores liberales occidentales son incompatibles con la corriente principal del Islam. Londres les ha demostrado que están equivocados”.
La escena arriba descrita sirve como prefacio al presente artículo, el cual pretende explicar por qué Londres demuestra, a través de su reciente elección de alcalde, su desviacionismo con respecto a dos temas torales: la islamofobia en Occidente; y la eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea, el denominado “Brexit”.
Para el diccionario Larousse, desviacionismo es la “separación o distanciamiento de la línea que determina un partido político u otra organización de los que se forma parte”.
Hay que decirlo: la islamofobia infecta a Occidente, pues debido a las guerras en Afganistán e Irak; los atentados terroristas en Nueva York, Madrid, Londres y París; y la crisis migratoria en Europa, en donde la mayoría de los desplazados provienen de países musulmanes, se han generado sentimientos adversos a los seguidores del profeta Mahoma.
Dentro de este contexto, Donald Trump propuso, en diciembre de 2015, un cierre temporal “total y completo” de las fronteras de la Unión Americana a los musulmanes tras los ataques terroristas de San Bernardino. Esta visión que percibe al Islam como enemigo de los Estados Unidos es, según una encuesta de YouGov y Huffington Post, apoyada por una mayoría de los norteamericanos, quienes, además, favorecen la propuesta del ex precandidato Ted Cruz de “patrullar y asegurar” 3 los barrios musulmanes.
Esto sentimientos antimusulmanes no son exclusivos de los estadounidenses: el 7 de mayo miles de manifestantes desfilaron por Berlín, criticando a la canciller Angela Merkel por su política de inmigración. Asimismo, Austria podría elegir como presidente a Norbert Hofer, político perteneciente al Partido de la Libertad, el cual tiene una postura contraria al Islam. Sin embargo, serán las elecciones presidenciales de Francia, golpeada por el terrorismo islámico, las cuales serían el fulcro de la islamofobia, pues el Frente Nacional, con su abanderada Marine Le Pen, podría llegar al poder.
Dentro de este contexto, Londres es desviacionista pues, desde su fundación en el año 43 d.C. por los romanos, ha sido un “río genético, alimentado por numerosos afluentes”1. Es decir: celtas, anglosajones, daneses, normandos, italianos, flamencos y germanos han dejado su impronta en la ciudad. Asimismo, judíos provenientes de Europa central y oriental, irlandeses y en tiempos más recientes miles de inmigrantes provenientes del Imperio británico: indios, paquistaníes y caribeños le han otorgado a Londres un carácter multiétnico, multirracial y, por lo tanto, con una vocación de tolerancia y pluralidad.
Segundo, Londres, en tiempos recientes, se ha convertido en el epicentro de la música, la moda, el cine y el arte. El 15 de abril de 1966, la revista Time publicó un número entero a explicar por qué Londres había devenido en el núcleo de la moda y de la cultura pop y le daba el apodo de swinging –“oscilante” o “que toca con ritmo”, en inglés. El Londres de los años 60 se caracterizó por las modelos Twiggy y Jean Shrimpton, los actores Michael Caine y Albert Finney, y en la música: The Beatles y The Rolling Stones.
Pasarían tres décadas para que, el 4 de noviembre de 1996, el semanario Newsweek dedicara una portada a Londres, a la cual describía como “la ciudad más padre del planeta”. El Londres de finales del siglo XX mostraba una vitalidad inigualable: en moda, los diseñadores John Galliano y Alexander McQueen, y las maniquíes Naomi Campbell y Kate Moss; en la música, los reyes del Britpop, Oasis; en arquitectura, Norman Foster, Rick Mather y Richard Rogers.
Todo este legado de inclusión étnica, racial y religiosa, aunado a su dinamismo cultural se manifestó en la elección para alcalde de Londres, pues los londinenses eligieron al representante laborista, Sadiq Khan, un musulmán profeso, por sobre el abanderado conservador, Zac Goldsmith, un millonario judío, quien fue acusado de ser “racista” e “islamófobo”.
¿Por qué Londres es desviacionista? En el caso del Brexit, la capital británica es “la apoteosis de la civilización del capitalismo” (Joseph Schumpeter dixit), pues desde la desregulación financiera implementada por Margaret Thatcher en 1986, el famoso “Big Bang”, Londres ha devenido en el mayor centro financiero de la Unión Europea.
El contingente abandono de la membresía de la Unión Europea pondría en peligro a la industria financiera en Londres, la cual genera 1.4 millones de empleos, donde tienen su sede de más de 250 bancos extranjeros y hace del Reino Unido el mayor exportador neto de servicios financieros, seguros y pensiones en el planeta. Asimismo, Londres tiene “un mercado de divisas extranjeras con un valor de 3.5 trillones de dólares y compite con Nueva York por el título de la rey de las finanzas globales”2.
La elección en Londres demostró que la capital británica es pro Europa y proglobalización pues Zac Goldsmith, el candidato perdedor, había anunciado su apoyo a la campaña a favor de abandonar la Unión Europea.
Al elegir a su primer alcalde de origen musulmán e hijo de inmigrantes paquistaníes y oponerse, principalmente por razones económicas, al Brexit, Londres, ciudad que impone las nuevas tendencias planetarias sobre moda, música, arte o vida, quizás ha enviado un mensaje de apertura y tolerancia al orbe, en momentos en que hay individuos que pretenden construir muros y discriminar a los que profesan otra religión, y otros que desean hacer de Inglaterra una “pequeña isla”.
Aide-Mémoire.- Artimañas y mañas enseñorean la política brasileña.
- – Rutherfurd, Edward. London. Barcelona., Ediciones B, 1998, p. 1129
- – Possibility of ‘Brexit’ threatens London’s prospects http://goo.gl/jqKE3e
- – Majority of Americans now support Donald Trump´s proposed Muslim ban, poll shows https://goo.gl/qOnSXI