- La propuesta de ley se sustentará en una investigación dirigida por la Universidad Autónoma de Aguascalientes
- Un estado no puede ser democrático ni incluyente si no hay ciudades seguras para las mujeres: Cidce
El Centro de Investigación, Desarrollo, Capacitación y Emprendimiento (Cidce), la fundación Tlanemani y la carrera de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) preparan una iniciativa ciudadana para penalizar el acoso callejero, que tiene por finalidad garantizar a las aguascalentenses el tránsito libre y seguro a través de los espacios públicos.
El acoso callejero es una forma de violencia de género ejercida contra las mujeres por el simple hecho de pertenecer al género femenino. Engloba expresiones con connotaciones sexuales, miradas lascivas, contacto físico no deseado o exhibicionismo, detalló Karina Barba Macías, fundadora de Tlanemani: “cuántas de nosotras no hemos bajado la mirada cuando caminamos cerca de un taller mecánico queriéndonos hacer invisibles”.
Durante la presentación de los avances de la campaña “No es piropo es acoso”, la activista lamentó que esta práctica se haya naturalizado en la sociedad, cuando en realidad se traduce un problema de seguridad pública: “ya que tenemos que cambiar nuestras rutas de camino, modificar nuestras formas de vestir porque no queremos que nos falten al respeto”. Dicha campaña tiene por objeto concientizar a hombres y mujeres, generar políticas públicas e integrar una iniciativa de ley orientada a prevenir, sancionar y erradicar el acoso callejero.
En una primera etapa se han buscado rostros de mujeres afectadas por esta práctica; los testimonios se han difundido con imágenes en Facebook junto con el nombre, edad, ocupación y una opinión acerca del acoso callejero de la víctima.
Belem Hernández González, directora del Centro de Investigación, Desarrollo, Capacitación y Emprendimiento (Cidce), informó que la propuesta de ley se sustentará de un trabajo de investigación. Con base en lo que se diagnostique, se construirán propuestas de políticas públicas factibles y sólidas contenidas en una agenda antisexista, anticlasista y antihomofóbica.
El cuestionario, redactado con base en la metodología del Observatorio Urbano de la Universidad Santiago de Chile -donde incluso se aprobó una ley que sanciona estos actos-, se aplicará a una muestra representativa de 400 alumnas de la UAA, que tratará de replicarse en universidades privadas y colonias de la periferia. También se proyecta explorar porque los varones reproducen este tipo de conductas “a todos los que hemos encuestado han incurrido en acoso callejero”.
Para la investigadora, “un estado no puede ser democrático ni incluyente si no hay ciudades seguras para las mujeres”. El levantamiento de los datos se realizará en los meses de abril y mayo; para agosto se formalizará la propuesta legislativa.
María Zapopan Tejeda Caldera, jefa del departamento de Trabajo Social, añadió que se tienen estudios que demuestran que el acoso callejero también se presenta contra el género masculino, motivado principalmente por su orientación sexual.
Este conjunto de acciones se desprende del programa Ciudades Seguras para las Mujeres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).