En estas vacaciones algunos aprovechan para ver las películas que tenían pendientes y que su agenda no se los permitía. Pero hay algunas películas que enseñan más de política y de sociedad que los mismos Weber, Bobbio, Sartori, Marx o Pasquino.
Batman, aunque está de moda y no he visto la última versión, en Batman he aprendido muchas actitudes e instituciones de la vida en sociedad. Por ejemplo, hablemos de corrupción e impunidad en Ciudad Gótica, en la última edición de la serie de Christopher Nolan; Bane, el villano de la película, que luego nos enteraríamos que es un humilde servidor de la verdadera villana, pone el caos en Ciudad Gótica, libera a los presos y establece un nuevo modelo de justicia en la que los corruptos, ladrones y millonarios eran despojados de sus bienes, bienes que fueron repartidos a todos los ciudadanos, estos eran asesinados o condenados a caminar sobre el hielo de Ciudad Gótica, mientras Batman sucumbía con la espalda rota.
Muchos afirman que en esa película Batman fue el realmente malo, lo que había hecho Bane era instaurar el sistema más justo y equitativo, dar bienes a la clase desposeída y esclavizada, la revolución de los ciudadanos y del conocimiento, dando a conocer decisiones falsas y sometidas a los intereses de Gordon, el jefe de la policía, para encubrir al delincuente que terminó siendo Harvey Dent.
Recordemos que Batichica le dice a Batman que eso es lo que ella buscaba pero que esa no era la manera. Batman vuelve, restaura el orden, mata a Bane y las cosas vuelven a la normalidad, sin Batman. ¿No es Batman el defensor de la oligarquía? ¿De la corrupción, del enriquecimiento, del modelo económico esclavizante? ¿No es Bane el líder social que muchos países latinoamericanos exigen? ¿No hay una intención oculta en hacernos creer que lo que hace Batman está bien aunque eso implique defender a los gobiernos y empresarios corruptos?
Juegos del Hambre, Divergente, Maze Runner, The Giver, películas ciertamente domingueras, pero que en el fondo comunican una misma cosa: la sociedad es manipulada para defender el orden establecido que beneficie a unos cuantos. Recordemos a Katniss, revolucionaria que descubre que lo que hacen en Panem es una simulación para mantener el orden y miedo a la autoridad, romper con el status quo, escaparse, cambiar el sistema, destituir al líder, ese es el principal objetivo de los Juegos del Hambre.
Por otro lado en Divergente y un poco de manera similar en The Giver los ciudadanos son clasificados según sus cualidades o talentos, no pueden hacer otra cosa más que servir en la guerra, o en una empresa de tecnología. Sin embargo, los héroes de estas películas son los que rompen ese estatus, los que comprenden que no se puede manipular a los ciudadanos y delimitarlos en sus capacidades o en sus pretensiones de trascender.
Y eso es lo que hace el modelo económico actual y muchos gobiernos autoritarios, o algunos que se dicen democráticos sólo por ser “electos” en un proceso electoral, pero que en realidad sus instituciones, políticas y acciones son antidemocráticas. Son instituciones y sociedades que limitan la libertad de expresión, la libertad de ejercer una profesión, de estudiar, de diversidad sexual y de muchos otros aspectos. Es decir, según Divergente los de Cordialidad no pueden ser de abnegación. (Imaginen un reino llamado Abnegación en la vida real) ¿Existe? Y así, en nuestra vida real, los pobres no pueden ser gobernantes, los homosexuales no pueden amarse libremente en las calles, los que estudian en una universidad privada son fresas, los de la pública pobres, los que profesan una fe ignorantes. Nuestra sociedad e instituciones son como las de la ficción. O ¿no es lo que pasa con las mujeres y el país machista en el que vivimos?
La realidad supera a la ficción, no quiero hablar de películas meramente políticas como El Padrino, Spotlight o de House of Cards. Quiero cerrar esta columna hablando de la segunda película de la saga de Nolan, Batman, El Caballero de la Noche, la película del Guasón. Cuando muere Harvey Dent y Batman huye, el hijo de Gordon pregunta por qué huye Batman y Gordon, en un discurso que el niño pudo no haber entendido muy bien, afirma que Gótica no está lista para héroes como Batman sino para héroes como Dent, un héroe que se dejó corromper por el mal y que terminó siendo un asesino, porque esos son los héroes que se merece Ciudad Gótica.
¿No tendremos los gobernantes que nos merecemos? ¿Seremos ciudadanos informados, activos y participantes que merezcan un mejor gobierno? ¿Nos manipulan nuestras instituciones gubernamentales y los medios de comunicación? ¿Nos dejamos manipular y perdemos la libertad de ser lo que queramos, decir lo que queramos, expresarnos, ser libres en nuestros pensamientos? ¿O somos actores de reparto de esta ficción de la vida real?
Se me fue un poco la seriedad, estoy de vacaciones y quise hablar de películas. ¿Batman es malo? ¿Daniel San es el villano en Karate Kid?
@caguirrearias