Hay altos índices de descomposición social en Jesús María

• Propone Sedatu mejorar entornos urbanos para acabar con el fenómeno
• Problemáticas como violencia intrafamiliar, pandillerismo, drogadicción y prostitución son reflejo de una falta de planeación urbana

Jesús María presenta uno de los índices más preocupantes de descomposición social, según la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

De acuerdo a estudios de la dependencia, este municipio tiene el índice más bajo de desempleo y subempleo, lo que se traduce en una mayor marginalidad. Aunque estas condiciones no son exclusivas de dicha demarcación, han llamado la atención de las autoridades el predominio de fenómenos como violencia intrafamiliar, drogadicción, pandillerismo, insalubridad, suicidios, promiscuidad e incluso prostitución en niños, dio a conocer el delegado, Isidoro Armendáriz García.

Para el funcionario federal, el crecimiento urbano combinado con una falta de planeación desbordó estas problemáticas sociales en la cabecera municipal y algunas comunidades. Sin embargo, las deficiencias remontadas a décadas atrás pueden ser corregidas poco a poco mediante acciones de rescate de espacios: “ofertando infraestructura básica de calidad, con la construcción de centros de desarrollo comunitario, parques habilitados para usuarios de todas las edades, centros deportivos, salones de usos múltiples, etcétera”.

Destacó que se han puesto en marcha programas tendientes a la construcción de entornos sociales funcionales como Hábitat, que permite dotar a las colonias de servicios básicos; Rescate de Espacios Públicos, que financia rehabilitación y equipamiento de parques, canchas deportivas, trotapistas, áreas verdes y la Cruzada Nacional contra el Hambre, dirigido a hogares que sufren de pobreza alimentaria.

No obstante, Armendáriz admitió que los resultados no se verán en lo inmediato. El primer escalón es la conformación de colonias y núcleos poblacionales compactos que faciliten el acceso a los servicios de las personas. Aseguró que esa es la clave para mejorar la calidad de vida de las familias en situación de marginación.

Hasta entonces no puede recriminarse a la gente por no llevar una vida socialmente saludable si se carecen de espacios que fomenten la convivencia, la recreación y el contacto con la naturaleza.

Pabellón de Arteaga también aloja fraccionamientos de alta marginación, pues como fue el caso de Jesús María, muchas veces se edifican viviendas en masa sin una visión de futuro y sin tomar en cuenta las necesidades sociales.

Añadió que la situación que se vive en el fraccionamiento capitalino Valle de los Cáctus es similar a la de territorio jesusmariense debido a la falta de sustentabilidad: “en este caso el modelo de fraccionamiento no funcionó, porque al final de cuentas se ha convertido en una especie de vecindad moderna aunque en su momento la construcción fue premiada, pero solamente por la cantidad de casas, no por su calidad”.