De La Habana a Bruselas / Taktika - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.

 

La Habana, Cuba. 21 de marzo de 2016. Las figuras de Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos son mudos testigos de lo que parecía imposible: el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, coloca una ofrenda floral ante el monumento al prócer cubano, José Martí. Inmediatamente, el cántico de la Unión Americana, The Star Spangled Banner, se escucha en la Plaza de la Revolución, seguido después por las marciales notas compuestas por Perucho Figueredo, el Himno de Bayamo.

Bruselas, Bélgica. 22 de marzo de 2016. Dos explosiones simultáneas zarandean el aeropuerto internacional Zaventem. Minutos después, la estación de metro Maelbeek, cerca de las oficinas de la Unión Europea, es sacudida por una explosión. El polvo y los escombros se mezclan con el llanto de los heridos y los quejidos de los moribundos formando un escenario dantesco.

Las escenas arriba descritas sirven como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar por qué la visita de Barack Obama a la mayor de las Antillas es un ejercicio de “gatopardismo” y explicar qué provocó los ataques terroristas en Bruselas, Bélgica.

El gatopardo es una novela redactada por Giuseppe Tomasi di Lampedusa y publicada póstumamente. En 1963 Luchino Visconti la llevó a la pantalla grande, en donde contó con las actuaciones de los histriones Burt Lancaster y Claudia Cardinale. La mencionada cinta logró la Palma de Oro en el festival de cine de Cannes.

En la novela, ambientada durante la unificación de Italia, don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, dice al funcionario piamontés, Aimone Chevalley de Monterzuolo: “Algo debe cambiar para que todo siga igual”.

¿Por qué afirmar que la visita de Barack Obama a Cuba es un despliegue de “gatopardismo”? Primero, las leyes Torricelli de 1992, la cual prohíbe el comercio de las subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países con Cuba, y Helms Burton de 1996, cuya sección 102 otorga la categoría de estatuto pues establece que el presidente de los Estados Unidos no podrá normalizar relaciones con Cuba ni formular política para ese país sin una ley del Congreso, siguen vigentes.

Interrogado al respecto, el mandatario norteamericano respondió que el embargo “acabará” y añadió: “Lo que no estoy del todo seguro es cuando”. Aquí Obama tiene razón pues la derogación de las precitadas leyes depende del Congreso estadounidense, el cual está dominado por los republicanos y secuestrado por el lobby anticastrista de Miami.


Segundo, si bien Raúl Castro y Barack Obama derramaron humor y bonhomía, el menor del clan Castro Ruiz dejó en claro que la terminación del embargo y la devolución de la base naval de Guantánamo, cedida a perpetuidad a la Unión Americana gracias a la enmienda Platt, son requisitos indispensables para una total normalización de la relación bilateral.

Tercero, los Estados Unidos buscan minar al régimen castrista, el último bastión del marxismo-leninismo en el hemisferio occidental, haciendo hincapié en la situación de los derechos humanos en Cuba y la falta de pluralidad de su sistema político.

Por último, Barack Obama presentó el viaje a Cuba como un “éxito”, el cual le servirá para dejar un legado presidencial y de paso apuntalar la alicaída precampaña presidencial de la abanderada demócrata, Hillary Clinton.

Es probable que por lo arriba mencionado, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel, no recibió a Obama. Sin embargo, el 19 de marzo próximo pasado el comandante agasajó en su casa al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, quien viajó a la isla para recibir la Orden José Martí de manos de Raúl Castro, quien reiteró su liga con la Revolución bolivariana.

Fidel, el ángel barbudo de Sierra Maestra, sabe que “Washington nunca permitiría que Cuba sea realmente independiente”1, pues la isla en forma de cocodrilo “tiene un importancia en la suma del interés nacional”2 de los Estados Unidos.

A miles de kilómetros de la soleada Cuba, en el corazón de la Unión Europea, los pervertidores de la fe del profeta Mahoma, varios de ellos veteranos de las guerras en Irak y Siria, tomaron venganza por la detención el pasado viernes del cerebro logístico de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, Francia, Salah Abdeslam.

Al momento de redactar estas líneas, se sospecha que “los ataques estaban siendo planeados y debido a los arrestos específicos fueron acelerados porque los terroristas sabían que estaban siendo cazados” 3.

Asimismo, los atentados terroristas demostraron las deficiencias de las agencias de seguridad de Bélgica, pues la policía nacional no comparte inteligencia con los servicios secretos de su propio país y otras naciones europeas. Además, el sistema de circuito cerrado de televisión de Bruselas no es tan sofisticado como los de Londres o París.

El gatopardo nacido en Hawai, Barack Obama, presentará al pueblo norteamericano su viaje a Cuba como un logro en el ocaso de su administración. Aunque todavía hay mucho camino por recorrer en la normalización de la relación Cuba-Estados Unidos.

Finalmente, los dementes que llevaron a cabo los ataques terroristas en Bruselas parecen confirmar lo que sir William Muir declaró alguna vez sobre los mahometanos extremistas: “La espada de Mahoma y el Corán son los enemigos más tenaces de la civilización, la libertad y la verdad que el mundo ha conocido”.

Aide-Mémoire.- Benito Juárez fue, es y será el más grande estadista que México haya visto.

 

1.- Dobbs, Michael. One Minute to Midnight Kennedy, Khrushchev, and Castro on the Brink of Nuclear War. Vintage Books, New York, 2009, p. 77

2.- Ibidem, p. 19

3.- “Brussels explosions: Why has Belgium’s capital been attacked?”. CNN, http://www.bbc.com/news/world-europe-35870957


Show Full Content
Previous USA-Cuba: al fin se consuma el largo adiós a la Guerra Fría / Extravíos
Next El payaso de rodeo / Ciudadanía económica
Close

NEXT STORY

Close

AMLO presume sus dotes de beisból y comparte sus jugadas en redes sociales

02/03/2021
Close