Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.
Columbus, Nuevo México, Unión Americana. 4:25 am. 9 de marzo de 1916. El sosiego del pueblecito fronterizo es roto por los gritos de “¡Viva Villa!”, “¡Viva México!” y “¡Gringos hijos de la tiznada!”. Los disparos se escuchan por doquier. Asimismo, un incendio consume la tienda principal y el hotel de la población. El sonido producido por el chasquido de las ametralladoras y de los fusiles norteamericanos se mezcla con las exclamaciones de: Shoot the fucking greasers! Y Die, treacherous beaners!
Tras tres horas de combate, Francisco Villa y sus leales asombran al mundo con lo que parecía imposible: la primera incursión en suelo estadounidense desde que los británicos quemaron la Casa Blanca y el Capitolio en 1814.
Las escenas arriba descritas sirven como introducción al presente artículo, el cual pretende hacer recuento de los acontecimientos que ocurrieron durante la última invasión estadounidense a suelo mexicano: la Expedición Punitiva.
Tras ser derrotado en las batallas de El Bajío, Francisco Villa y su División del Norte se replegaron hacia Coahuila y Chihuahua. Al mismo tiempo, los espías alemanes realizaban preparativos para establecer una línea logística que permitiera a los reservistas germanos en la Unión Americana cruzar la frontera con México para apoyar el regreso de Victoriano Huerta.
Con Huerta en el poder, creían los alemanes, el suministro de combustible de la Huasteca, en ese entonces la segunda cuenca petrolera del mundo, sería “cortado a Inglaterra, los submarinos alemanes podrían encontrar refugio en el Golfo de México, y los Estados Unidos se encontrarían empantanados, lo cual les impediría combatir en Europa”1. Sin embargo, Los estadounidenses detuvieron a Victoriano Huerta y a su acólito, Pascual Orozco, quien después fue muerto por los Texas Rangers.
Simultáneamente, Francisco Villa y Venustiano Carranza imponían contribuciones económicas a las compañías estadounidenses. Carranza, en particular, anunció importantes aumentos en los impuestos sobre el petróleo producido en México y “al principal producto de exportación de Yucatán, el henequén”2.
El rompecabezas mexicano era un verdadero galimatías para el secretario de Estado, Robert Lansing. Sin embargo una cosa era clara para el jefe de la diplomacia estadounidense: la Unión Americana debía evitar, a toda costa, que Alemania arrastrara al país de las barras y las estrellas a una guerra contra México. Para lograr esto, Washington debía reconocer a “una facción como la dominante”3. Es decir, los norteamericanos apoyarían a Carranza en vez de a Villa.
El 19 de octubre de 1915 Villa recibió un golpe seco: el presidente Woodrow Wilson otorgó el reconocimiento a Carranza y prohibió oficialmente la venta de armas a los villistas. Entonces, Villa ordenó el avance sobre Agua Prieta, Sonora. Como respuesta, Wilson permitió que el ferrocarril Southern Pacific transportara a las tropas carrancistas desde El Paso, Texas hasta Douglas, Arizona para apuntalar al general Plutarco Elías Calles.
La División del Norte se estrelló contra las defensas carrancistas. Durante los ataques nocturnos, Calles utilizó reflectores, cuya electricidad era suministrada por los norteamericanos. Villa perdió y entonces publicó un manifiesto en Naco, Sonora, en donde acusaba a Carranza de vender a México a los yanquis. Finalmente, Villa asumió la tarea de “salvaguardar la independencia de México y romper lo que él consideraba el domino estrangulante de los norteamericanos sobre su patria”4.
Tras su fracaso en Hermosillo, Villa disolvió a la División del Norte en diciembre de 1915. El 17 de febrero de 1916, Villa reunió a sus leales y, sobre la marcha, les explicó que su destino era Columbus, Nuevo México. El objetivo principal era los hermanos Sam y Louis Revel, quienes habían vendido “parque de palo” -munición defectuosa- a la División del Norte.
Cuando el público estadounidense se enteró de la incursión villista, presionó a Wilson para que interviniera en México. Wilson invocó un antiguo tratado entre México y la Unión Americana que autorizaba entrar al territorio de cada uno en “búsqueda de bandidos”. Carranza, deseoso de eliminar a Villa, autorizó la entrada de las tropas norteamericanas.
El 15 de marzo de 1916, 12 mil soldados, apoyados por exploradores apaches y equipados con aeroplanos y camiones, se internaron en Chihuahua. Su comandante era John J. Pershing, un hijo de inmigrantes alemanes nacido en Missouri, veterano de las Guerra Indias, Cuba y Las Filipinas, conocido por el mote de Black Jack, debido a que había comandado a soldados afroamericanos durante la Guerra Hispano-Americana de 1898.
El objetivo exotérico de la Expedición Punitiva era capturar “vivo o muerto” a Francisco Villa. Su objetivo esotérico era establecer un protectorado estadounidense, que se extendería desde “Tampico y los campos petroleros hasta Mazatlán y las haciendas estadounidenses en sus alrededores. Los mapas identificaban la ciudad de Parral como la capital de la zona de ocupación”5.
Francisco Villa, sin embargo, resultó herido en una escaramuza con los carrancistas y se ocultó por 45 días en la cueva del Coscomate. La defensa de la soberanía nacional recayó en el pueblo de Chihuahua y el Ejército Mexicano.
El 12 de abril, soldados norteamericanos entraron a Parral. La intromisión molestó a una agraciada y encumbrada joven, Elisa Griensen Zambrano, quien, ante la pasividad de las autoridades municipales, tomó la bandera nacional y armada con un máuser incitó a la niñez de la población para que defendiera su patria. Ante la sublevación popular, los yanquis se retiraron.
Otro incidente grave ocurrió el 17 de junio en El Carrizal. Los norteamericanos intentaron avanzar, a pesar de la advertencia mexicana, y se desató un combate, cuyo resultado fue: 12 muertos, 10 heridos y 24 prisioneros por parte yanqui; los mexicanos perdieron 30 hombres y 40 fueron heridos.
Carranza y Wilson calmaron los ánimos y entablaron negociaciones. Finalmente, la tenacidad mexicana y la amenaza de guerra en Europa influyeron para que Wilson, quien no había logrado establecer un protectorado estadounidense en el norte de México y “castigar” a Francisco Villa, ordenara el retiro de la Expedición Punitiva.
La figura de Francisco Villa, símbolo de la mexicanidad, y la resistencia popular contra la Expedición Punitiva deben constituir un acicate en estos momentos tensos, pues un neoyorquino demagogo cree que con la erección de muros de odio, cuyo costo supuestamente pagarán nuestros paisanos con sus remesas, el problema de la migración será solucionado.
Aide-Mémoire.- ¿Será cierto lo que dice el Huffington Post, de que hay un complot contra Donald Trump?
- – Tuchman, Barbara W. The Zimmermann Telegram. Random House, New York, 2014, p. 91
- – Katz, Friedrich. La guerra secreta en México. Ediciones Era, México, D.F., 2014, p. 345
3.- Ibidem, p. 344
4.- Ibidem, p. 350
5.- Hart, John M. “El México migrante”, Proceso, número 18, septiembre de 2010, p. 25