- En Aguascalientes no hay políticas públicas al respecto
- No hay cultura de denuncia por mecanismos deficientes
Aguascalientes carece de una estadística que refiera el grado de violencia y acoso que viven las mujeres a diario en el transporte público, desde camiones urbanos hasta taxis, la violencia de género es otra cifra negra en la invisible estadística que los gobiernos se rehúsan a generar, por considerar que no es un problema grave en el estado.
Mariana Ávila Montejano, coordinadora del Observatorio de Violencia y de Género (OVSG), opinó que en el ámbito del transporte público persiste la resistencia por generar políticas públicas para prevenir la violencia hacia la mujer: “Los riesgos de violencia y de acoso hacia las mujeres y hacia la diversidad son muy altos. El análisis y los diagnósticos en el tema de movilidad urbana relacionada con la violencia de género está muy retrasado o por lo menos las autoridades no se han enfocado a hacerlo visible, se ha quedado como muchas otras violencias en la invisibilidad y se han naturalizado los ataques”.
Para la activista, la Secretaría de Gestión Urbanística y Ordenamiento Territorial (Seguot) carece de control para con los operadores del transporte público. Al OVSG han llegado testimonios de mujeres que han sido obligadas a prácticas sexuales, acosadas o insultadas por los operadores del transporte sin que existan consecuencias al respecto: “No hay seguimiento para las denuncias, tampoco un padrón efectivo, real, público y transparente. La mayoría de los hombres que toman decisiones en este ámbito, son hombres que no viven y no pasa por su cuerpo esta violencia y por eso no les parece algo grave y delicado. Se tiene que obligar a los actuales concesionarios de los taxis y camiones urbanos a mejorar las condiciones, porque son indignas, violatorias de los derechos humanos y porque sí se han registrado muchos hechos de violencia a bordo de estas unidades en el estado”.
Apuntó que la ausencia de denuncia por parte de las mujeres deriva de mecanismos poco eficientes de respuesta y miedo a estar expuestas a otro episodio de violencia: “Estás con el agresor en un espacio muy pequeño en donde de alguna manera conoce tus datos, te lleva a tu casa, es muy difícil, y aparte no tener mecanismo eficaz, suficiente del acceso a la justicia que es una problemática todo el tiempo. No hay tampoco una cultura de respeto, educación contra el caso, no hay nada de esto, es una serie de omisiones por parte de muchas instituciones que nos ponen en una condición de vulnerabilidad que no se está atacando”.