Más vale que le corra don Jorge o no va a encontrar nada, recuerde que somos una nación volátil, fácil de enamorar y de apantallar, de memoria corta y condescendiente con los extranjeros.
En alguna ocasión cuando pensamos que íbamos derechito al primer mundo, y con el pretexto de simplificar y casi homologar las monedas de los países participantes en el Tratado del Libre Comercio (TLC), me refiero a los vecinos inmediatos, también por supuesto a los de la hoja de maple, el gobierno de don Carlos decidió quitarle tres ceros al peso, lo recuerda, ¿verdad?, y entonces nosotros envueltos en la desinformación (como siempre) lo aceptamos. Usted podía juntar un millón de pesos para un viaje a la playa; con el nuevo peso las cosas habían mejorado, ya sólo tenía que ahorrar mil pesos. Genial, ¿no?, todo era más barato aunque a decir verdad los salarios también eran inferiores. El dólar, de costar $3,100.00 bajó a tan solo tres pesos con diez centavos, mejor que el añorado doce cincuenta y uno, a todo dar.
Y así nos fuimos, envueltos en los números y creyendo que la decisión había sido atinada, los nuevos pesos nos rebasaron y olvidamos su verdadero origen, la descomunal inflación por la que atravesaba México en ese entonces.
Ahora, 23 años más tarde y con el dólar a punto de alcanzar los 20 mil viejos pesos, nos asustamos un poquito y buscamos respuesta en donde sea; es ahí cuando entra don Jorge en acción. ¿Nos podrá echar la mano para recuperar nuestra estabilidad económica, le sabe a eso de las finanzas y la bolsa, podrá hacer que el barril de la mezcla mexicana se pueda vender un poco más caro, nos ayuda? No lo moleste con estas cosas tan frívolas, eso déjeselo a don Agus, no el papá de Pepe sino Carstens, ya dijo que “hay una desaceleración económica, pero no una crisis, el país saldrá adelante pese a que el mundo está muy revuelto”. Así que por favor no incomode a la visita con estás cosas que casi están resueltas.
Todo está bajo control, se vale equivocarse y corregir, ¿no cree?, así don Quique nuevamente hace cambios en su alineación, lástima por Mercedes Juan López y Emilio Lozoya Austin, ya no van a conocer de cerca a don Jorge, salvo que nuestro invitado los mande llamar para pedirles cuentas por su comportamiento y su fe.
Es mejor tener todo en orden, recuerde que no es bueno limpiar sólo por donde la suegra ve, imagínese, el sustituto de Mercedes Juan, otrora Secretaría de Salud fue presidente de la Fundación Cambio XXI. En la administración de don Carlos (el mismo que le quitó los ceros al peso) fue secretario general del IMSS bajo las órdenes directas de Emilio Gamboa Patrón, cerró sexenio como subsecretario de Gobernación. Ya con ese currículum adquirido a lo largo de los años, el jefe Ernesto no pudo aguantar la tentación y lo convocó a formar parte de su historia, esta vez como subsecretario de Salud, sólo que el ahora flamante secretario de Salud en aquellos tiempos decidió encaminar sus pasos hacia la casa de los pumas y así llegar a la silla de la rectoría de la máxima casa de estudios. Que suerte para don José, además de conocer de cerca a don Jorge y seguramente tener la bendición papal, será el nuevo súper héroe que acabe con la futura pandemia ocasionada por los sancudos zikas.
Qué me dice de Emilio Lozoya hijo, involucrado en un escándalo de audios vía YouTube en una supuesta licitación para OHL de Juan Miguel Villar Mir. En su lugar entra al quite y seguramente con el visto bueno celestial José Antonio González Anaya; búsquele un poquito y encontrará que en 1991 participó en proyectos carreteros y en el diseño del horario de verano bajo el mando de José Córdova Montoya, también formó parte del equipo de Pedro Aspe Armella en la Secretaría de Hacienda durante el sexenio de… exacto, atinó, de don Carlos el de los tres ceros al peso. Por si no fuera poco, el papá del ahora director de Pemex es contratista en Coatzacoalcos de la paraestatal y el tío fue presidente municipal del citado municipio. Total que Pepe está bien cobijado, fíjese, su esposa se apellida igual que la del presidente más carismático y neoliberal que ha tenido México, y creo que de pequeñas, Gabriela y Ana Paula le decían mamá a la misma persona; todo queda en familia, como debe ser.
Así que, a comportarse con las visitas, no sea que nos vayan a ver con malos ojos, tenemos que dejar una buena imagen para que cuando don Jorge se sienta mexicano y los mexicanos nos sintamos argentinos, cuando nuestra sumisión sea sublime y la bendición nos convierta en franciscanos, en ese momento de entrega total a la fe vía hombre terrenal, ahí, precisamente ahí, descienda del cielo la luz que tanto estamos esperando, como un tobogán por donde bajarán todos los que estamos esperando volver a ver, encabezando la fila Anabel Flores Salazar, luego cinco muchachos, 43 más, los colegas de Anabel, familias enteras, empresarios, en fin medio país de desaparecidos de regreso al infierno y hasta ese momento, ellos y nosotros nos daremos cuenta de dónde estamos parados, el cielos es el cielo y el infierno es el que todos hemos construido con tanto esfuerzo.
Así somos, devotos, sumisos, fiesteros, altaneros, orgullosos de nuestro pasado y molestos por nuestro presente, pero fieles; México siempre fiel.
@ericazocar