Francisco, el diplomático misericordioso / Taktika - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

 

Ciudad del Vaticano. 3 de febrero de 2016. Desde un  austero salón decorado con una pintura de Nuestra Señora Knotenlöserin, representación de la Inmaculada Concepción oriunda de Alemania, el papa Francisco responde a las preguntas formuladas por Notimex. El vicario de Cristo dice: “el México de la violencia, de la corrupción, del tráfico de drogas, de los cárteles no es el México que quiere” ver la virgen morena, María de Guadalupe.

El sucesor de san Pedro agrega: “voy como peregrino, a buscar en el pueblo mexicano que me den algo. No voy a pasar la canastita, quédense tranquilos, pero voy a buscar la riqueza de la fe”.

Las escenas arribas descritas sirven como prefacio al presente artículo, el cual pretende analizar los  mensajes y movimientos diplomáticos ejercidos por el papa Francisco con respecto a China, Rusia y México.

Diplomacia es “el manejo de las relaciones internacionales mediante la negociación”1. Misericordia, según el diccionario Larousse, es “la compasión que impulsa a ayudar o perdonar”.

Jorge Mario Bergoglio, nombre mundano del pontífice, fue entrevistado el 28 de enero por Francesco Sisci, columnista del diario Asia Times e investigador senior de la Universidad Renmin. El académico italiano inquirió al obispo de Roma sobre su visión de China y el rol que el jesuita Mateo Ricci jugó en la generación de cientos de conversos para el catolicismo.

Francisco respondió que el “pueblo chino” se encuentra en “un momento positivo”. Asimismo, urgió al resto del orbe a “no temer al auge de China”2. Finalmente, Bergoglio envió un mensaje de felicitaciones por el Año Lunar al pueblo chino y a su presidente, Xi Jinping. Esta congratulación es histórica, pues es la primera vez en dos mil años que un papa extiende sus saludos a un líder chino.

Cabe mencionar que la Santa Sede y Beijing rompieron relaciones diplomáticas en 1949, pues el gobierno chino, de extracción comunista, insiste en nombrar a los cardenales y obispos que pastorean a los 12 millones de católicos que viven en aquel país asiático, una prerrogativa exclusiva del sumo pontífice.


Sin embargo, es la reunión entre el papa Francisco y el patriarca Cirilo I el resultado de dos años de discretas conversaciones diplomáticas, la que ha sorprendido a propios y extraños, pues es la primera vez desde el Gran Cisma de 1054, cuando los antecesores de los precitados líderes religiosos se excomulgaron mutuamente, que hay un acercamiento entre las dos vertientes del cristianismo, el catolicismo y la ortodoxia.

Rusia es la heredera de Bizancio, la civilización que preservó, “sin adulterar el saber y la literatura de la antigua Grecia”3. El cristianismo dio a Rusia “el sentido de pertenecer al mundo civilizado”. Además, la influencia cultural bizantina se manifestó, principalmente, en la pintura de los iconos, los frescos y mosaicos religiosos y en el alfabeto cirílico. Por todo ello, los rusos se consideran los herederos directos de Bizancio. Es decir: la tercera Roma.

El cenáculo entre el obispo de Roma y el patriarca de Moscú ha sido calificado de “extraordinaria importancia” por el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, pues Cirilo I “viaja a La Habana no sólo como el líder de la Iglesia ortodoxa rusa sino también como un diplomático que representa los intereses rusos”4.

Los intereses del Kremlin y la Santa Sede convergen en varios aspectos: la defensa de las comunidades cristianas en Medio Oriente; una postura común en lo referente a la defensa de la familia tradicional, el rechazo a las uniones entre personas del mismo sexo, y la oposición a la eutanasia.

En cuanto a México, la visita del papa Francisco levantó la expectación de que el siervo de siervos se convertiría en una especie de juez del Gobierno de la República. Algo que va en contra del artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que, en el remoto caso de hacerlo, abriría viejas heridas, ya restañadas, provocadas por la Guerra de Reforma (1858-1861), cuando México, dirigido por su mayor estadista, Benito Juárez, proclamó la separación de la Iglesia y el Estado; y la Cristiada (1926-1929), rebelión popular en el centro-occidente de México contra las políticas de Plutarco Elías Calles.

Lo anterior no significa que Bergoglio sea inmune al clamor del pueblo mexicano. El papa Francisco es un devoto seguidor del enfoque indirecto, propugnado por el estratega británico Basil Liddell Hart, el cual implica “escoger el curso de acción menos esperado” y “explotar la línea de menor resistencia”5.

Con actos bien calculados, carentes de estridencia, como la visita a la tumba de don Samuel Ruiz, y tras bambalinas, Francisco hará sentir y dirá a los actores políticos su preocupación por la situación de violencia, corrupción e impunidad que priva en México.

El vicario de Cristo sabe, al igual que Hermann Rauschning y Martin Luther King, que “una religión que no se preocupa por los problemas que aquejan el alma de los hombres es socialmente una religión moribunda”.

Miserere México, Deus

Aide-Mémoire.- Arabia Saudita, Corea del Norte y Turquía son vulgares atizadores de la guerra.

 

  1. Nicholson, Harold. La Diplomacia. Fondo de Cultura Económica, México, 1962, p. 20
  2. http://goo.gl/EFF7Ew

3.- Kaplan, Robert D. Invierno Mediterráneo. Ediciones B, Barcelona, 2004, p. 243

4.- http://goo.gl/1RV4j8

5.- Heuser, Beatrice. The  Evolution of Strategy. Thinking War from Antiquity to the Present. Cambridge University Press, 2010, p.108

 


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