Hay diferencia muy amplia en lo que se cobra a los usuarios y lo que cuesta extraer el agua

• Inicia proyecto de fomento a la cultura del pago de servicio y cultura del cuidado del agua
• Alcaldes y ciudadanos requieren dialogar para terminar con el conflicto del servicio del agua

Como dependencia estatal, el Instituto del Agua (Inagua), lamenta que la ciudadanía se aproveche en algunos casos de la reforma para evitar los cortes de agua por falta de pago, ya que esto no solo afecta al Ayuntamiento, sino también a la posibilidad de ofrecer un servicio de calidad, “es un círculo vicioso: no te pago porque no hay servicio, no hay servicio porque no me pagas”, detalló su titular, Guillermo Alejandro Saúl Rivera.

Por lo cual se inició un proyecto de fomento al pago de servicios a través de sus programas de cultura del agua, mediante los cuales se trabaja la sensibilización y concientización de la ciudadanía hacia el cuidado de este recurso natural, así como la necesidad de pagar su cuota al organismo operador del agua, para no disminuir la eficiencia en el servicio, “como ciudadanos tenemos esa responsabilidad”.

A pesar de que muchos alcaldes se han manifestado en contra de la reforma, solicitada por el presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Jesús Rangel de Lira; el Inagua no tiene registros de una baja grave de la recaudación, “yo creo que todo es falta de comunicación, si a ambas partes se les explica la situación, todos entenderían que se requiere del apoyo de todos”, de ahí su participación en el fomento de la cultura del pago pero también del buen servicio, sobre todo en los municipios alejados de la capital, ya que son los que tienen menos recursos para subsidiar el servicio del agua.

El funcionario estatal aclaró que el problema viene desde el costo real que implica la extracción y el suministro del agua en los hogares, pues existe una diferencia muy amplia en el costo que se les cobra a los usuarios y lo que el organismo operador o el Ayuntamiento paga por obtener el recurso natural, “en muchos de los casos, el municipio ni siquiera cobra lo que debería”, debido a que su homologación representaría un conflicto con la sociedad al elevar mucho la cuota; se destacó ser un asunto muy escabroso que poco se quiere sacar a la luz pública porque se llega a politizar, “luego lo agarran de bandera política, y eso sólo afecta aún más la situación”.

Se subrayó que al revisar las tarifas de los municipios del interior, se percatarán de que son muy bajas, debido a que no se trabajó una homologación de costos paulatinamente, y de hacerlo ahora significaría un aumento muy alto que ningún alcalde se atrevería a ejecutar.

Desde el Inagua, se propuso que primero haya una medición para que el cobro sea por lo que se use, y si ya se excede de un tope máximo que se le ejecute un precio real, “esto es para evitar un consumo desmedido”, además de que le ahorraría un gasto mayor de energía eléctrica al organismo operador; y en segundo lugar, llevar los precios a un valor real gradualmente, sin afectar de un solo golpe a la economía de los ciudadanos.

Como funcionario y ciudadano, puso énfasis en la necesidad de que todos los alcaldes dialoguen con la población, donde se muestre todo el panorama que conlleva al ayuntamiento cuando un ciudadano no paga, y viceversa, cuando el servicio que llega a los hogares es deficiente; para que una vez planteados todos los puntos de vista, se pueda llegar a un acuerdo que evite la falta de pago y en consecuencia un mal servicio.