Estimado lector, espero esté listo para acabar el año como se debe; si se aventuró a participar en el maratón Guadalupe Reyes le deseo un cierre fenomenal, como los grandes, guarde energías para cruzar la meta como un digno triunfador.
Desde tiempos ancestrales, nosotros los habitantes de este planeta nos ponemos metas para cumplir, fechas, ciclos, aperturas y cierres, éste es el momento precisamente para cerrar 2015 y apostarle a 2016.
Le comento: mientras cohabitaba por unos días el estado 32 de esta hermosa República Mexicana, disfrutando de su aparente calma y tránsito ejemplar, hubo la necesidad de abordar un taxi y como los trayectos son considerablemente largos se dio la oportunidad de escuchar las palabras sabias de un novel taxista, no por la edad sino por el tiempo que lleva desempeñándose como conductor. De esas personas que de pronto le mandan a uno para que reflexione en serio, un hombre entrado en años, de barba blanca y un tono de voz agradable conocedor del entorno, no solamente de la capital sino del resto del país, comenzó con un rompehielos poco habitual: “A pesar de decir que no tenemos dinero, la gente viaja y viaja y viaja, no sé de dónde sacan para poder vacacionar, por ejemplo, en los puentes las personas se concentran en las centrales de autobuses como ésta (central de autobuses de Taxqueña) en estas fechas, en abril, pero en verano es cuando más clientes tenemos”. Un servidor interpretó el comentario como queja, pero no, el señor conductor hacia la reflexión para hacerme entender que a pesar de nuestros malos gobiernos (en general) el poder lo tiene la gente, es quien decide. Me puso de ejemplo cómo es la convivencia social en Tenochtitlan, qué es lo que perciben los habitantes de la ciudad más poblada del país. Sin identificar una preferencia partidista, nuestro experto taxista hizo una reflexión sobre cómo el gobierno de Marcelo disminuyó la inseguridad: “A mí me tocó el final de la administración de Ebrard ya en este trabajo y le puedo decir que la inseguridad bajo, pero gracias a las demandas de todos nosotros, exigimos tanto que por fin ese hombre nos escuchó, no le quedó de otra, seguramente y no por ser buen gobernante sino por sus aspiraciones políticas, sus ganas de ser presidente, el chiste es que cuando yo tenía viajes a Iztapalapa (zona brava de chilangolandia) y bajaba al pasaje siempre se acercaba una patrulla para corroborar que todo estuviera bien”. No, pensé mal, ya sabe, para mí que este hombre es ebrardista porque remató afirmando que el gobierno de López Obrador si bien se dedicó a apoyar a los adultos mayores no combatió la inseguridad como Marcelo, qué más prueba de su amor por el otrora jefe de gobierno de izquierda pero fresa al fin.
Total que la charla siguió con mis reservas claro está, pero cuando arremetió contra Miguel Ángel Mancera, actual jefe de gobierno del extinto Gobierno del Distrito Federal, pensé, este don no es perredista, observa lo bueno y señala lo malo de los últimos gobernantes del gran imperio azteca. Después compartió su opinión, sin pedirla verdad, sobre los atentados contra las figuras políticas que están en contra del sistema, y me puso de ejemplo al mal logrado Juan Camilo Mouriño. “Fíjese, yo tengo un amigo que es piloto y me confirmó que la estela de viento que deja un aeronave detrás de ella no provoca que otro avión pierda el control a tal grado de desplomarse, como la hipótesis que dieron a conocer, cuando un político no encaje en el sistema entonces no tiene cabida en esta patria”.
Y así, este buen hombre arremetió contra los gobiernos de todos los colores, mi operador de taxi rosa era todo un analista, tenía que aprovechar la oportunidad para preguntarle qué opinión le merecía el panorama político en Aguascalientes y entonces, su rostro cambió, me volteó a ver con cierta incredulidad: “Mire, de ese estado sólo sé que el gobernador por andar haciendo proselitismo el día de las elecciones en su autobús anularon los comicios y a final de cuentas acabó perdiendo el PRI, de ahí en fuera no sé nada”. Desinformado el hombre, pensé, o será que de plano no figuramos en el ámbito nacional.
Y como este señor taxista, deben existir muchísimas más personas con esa capacidad de análisis, tan solo es escuchar, reunir, acordar y hacer propuestas claras para detonar el cambio que le urge a nuestro país.
Que sea propósito de año nuevo el ser más conscientes de nuestro entorno, pero también de la agenda nacional, pongamos atención a lo que pasa con nuestro medio ambiente, mantengámonos atentos a las cosas más sencillas, que a final del día son las más importantes.
Hagamos conciencia, cerremos fuerte, abramos con toda la actitud, dejemos de lado lo que nos daña, fijemos un punto para enfocarnos y lograr el objetivo trazado, no estrene calzones rojos ni amarillos, mejor prepare la estrategia para llegar a dónde usted quiere.
Feliz 2016, muchas gracias por leer esta columna aunque sea de vez en cuando, espero de verdad que todo lo que usted tenga en mente, siempre y cuando sea positivo para usted y para todos, se cumpla.
@ericazocar