- Para un bosque no es saludable explotar todos los árboles muertos
- Los ejemplares en el piso favorecen la recarga de los mantos acuíferos
- La explotación de madera en la Sierra Fría no cuenta con la supervisión necesaria.
El ambientalista Carlos Flores de Anda consideró que la delegación de la Comisión Nacional Forestal podría modificar los parámetros de explotación de maderas en zonas como la Sierra Fría, donde la tala clandestina aún ocurre.
Dado el cambio climático, consideró, este sería momento para restringir la emisión de permisos para corte y levantamiento de leña.
“Hay una reserva forestal muy importante en Polonia, está legalmente protegida para que ni siquiera la madera que se cae al suelo pueda ser recogida. Es otro tipo de administración, se está reconociendo el valor que muchas de las veces da la madera muerta para el enriquecimiento del suelo (…), cuando tenemos una mayor cantidad de materia orgánica en la superficie del bosque hay una mayor posibilidad de que esa esponja le dé infiltración al acuífero”.
Añadió que “entre más árboles (muertos) estemos quitando, estamos quitando lugares donde se reproducen los elementos bióticos que regulan muchas plagas: pájaros carpinteros, trepadores, son especies que viven en los árboles muertos, que se reproducen ahí. En un árbol vivo no pueden aprovechar la madera, en la madera podrida de un árbol muerto es mucho más fácil hacer un nido”.
Reptiles y mamíferos de pequeña talla también habitan en esta clase de espacios.
Encinos, pinos y enebros requieren mayor protección legal, pues constituyen parte del ecosistema aún durante el proceso de muerte.
“En la Sierra Fría como en cualquier otro bosque que se maneje de manera responsable debe privilegiarse y promoverse el aprovechamiento de ciertas materias vegetales secas, pero en otras debe privilegiarse su conservación.”
De acuerdo con Carlos Flores el arbusto de manzanilla es una opción para uso humano una vez que se encuentra seco.
–¿Hay supervisión?
–Ese problema se tiene registrado desde hace muchos años. Quizás hace falta una plantilla laboral más amplia, sería lo deseable porque en la realidad no se pueden cubrir todos los aprovechamientos. La gente que tiene concesiones para sacar leña muerta la falta de supervisión para cortar árboles vivos, con motosierra, los dejan secar uno o dos meses y después los recogen.
La tala hormiga, añadió, ha reducido a 30 por ciento del tamaño original reservas como la de la mariposa monarca.
–¿Quién define si un árbol está vivo o está muerto?
–Es entre la Semarnat y la Comisión Nacional Forestal, mediante peritos o técnicos pueden determinar si un árbol es susceptible a aprovecharse o a dejarse como parte del ecosistema.
“No hay una adecuada cantidad de personas que puedan cubrir todos los aprovechamientos. Se corre el riesgo de que se esté talando clandestinamente árboles muertos que todavía tienen vida para el bosque.”