Elección extraordinaria: el abuso de la partidocracia / Valor público - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Lo más importante de los comicios en el Distrito Electoral federal I con cabecera en Jesús María, Aguascalientes, no fue la elección del diputado federal 499, tan solo fue el pretexto para escenificar una tremenda guerra de intereses políticos nacionales entre grupos de poder que controlan a los dirigentes de los partidos políticos en México. Si ganaba nuevamente el abogado Goyo Zamarripa, ahora a través de una Coalición PRI-PVEM, o si como sucedió finalmente, el candidato de la Coalición PAN-Panal, Gerardo Salas, obtenía el triunfo, no tenía la menor importancia. Me explico.

Lo que realmente se jugaba en la elección extraordinaria del domingo 6 de junio de 2015 eran dos asuntos políticos partidistas de carácter nacional que tienen una importancia vital en los acuerdos de política electoral de México con miras a las elecciones presidenciales de 2018. Cuando aparentemente se formaran varios frentes de partidos con el objeto de evitar que Andrés Manuel López Obrador, con su Morena, los rebase por la derecha.

Un primer asunto de carácter nacional se refiere a la estrategia electoral pactada entre la “partidocracia de izquierda”, integrada por los dirigentes de los partidos del Trabajo (PT), la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento Ciudadano (MC), que determinó generar condiciones electorales para que sus militantes “voten todos en favor de la sobrevivencia del Partido del Trabajo”. Para el efecto, el PRD y MC omitieron postular a sus propios candidatos a diputados y hacer “bolita”. El nombre del candidato del PT no tenía importancia; el objeto era sumar los votos necesarios ¡y al precio que fuese!, para que el PT tuviera la votación suficiente y garantizar su registro como partido político nacional.

Más allá de que alguien pueda calificar de “políticamente inmoral” la estrategia electoral generada por el PT, PRD y MC, su objetivo se cumplió. Aunque al parecer a sus promotores y financiadores “se les pasó la mano”, el PT realizó una campaña política y electoral exitosa que se reflejará en un jugoso financiamiento público de cientos de millones de pesos durante los siguientes tres años para promover la “ronchita de la izquierda” y postular un candidato propio a la Presidencia de la República, capaz de competirle y, tal vez sepultar al señor Andrés Manuel López Obrador, quien es calificado como “traidor” entre los dirigentes de esos tres partidos políticos y que pretende obligar a esos partidos a postularlo por tercera ocasión como su candidato presidencial.

El segundo tema también tuvo un desenlace exitoso. La Partidocracia que dirige al Partido Nueva Alianza (Panal), resolvió una vieja pugna entre líderes del magisterio nacional. El Panal se propuso evitar que Rafael Ochoa Guzmán, exdirigente nacional del SNTE, que en abril de 2008 dejó de participar en el Panal y se afilió al MC, y enemigo declarado de Elba Esther Gordillo, accediera a la curul 500 de la Cámara de Diputados por la vía plurinominal postulado por el Partido del Movimiento Ciudadano. La única posibilidad que tenía Rafael Ochoa de convertirse en legislador por el MC era que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuviera la victoria en el Distrito electoral federal I en Aguascalientes. Para evitar que Ochoa lograra su objetivo, la dirigencia nacional del Panal le ofreció un “arreglo muy conveniente” al Partido Acción Nacional olvidándose de su tradicional coalición con el PRI. Así las cosas, sin más trámite, los del Panal pactaron una “conveniente” coalición electoral con el PAN: “sólo para la elección extraordinaria” y en apoyo al propio candidato panista Gerardo Salas. La estrategia tuvo éxito y los líderes magisteriales locales, aún leales a Elba Esther Gordillo, le cobraron una factura pendiente al señor Ochoa y de paso mostraron “su músculo electoral”. Ahora, para los comicios del primer domingo de 2016, el Panal tiene argumentos y votos suficientes para imponer sus condiciones al PRI ¿O será al PAN? ¿Quién ofrece más?

Para deleite de mis lectores, ofrezco las siguientes observaciones de esta experiencia electoral “sui generis”. Con información de resultados oficiales del 5 de junio y los resultados preliminares del el PREP del 6 de diciembre (aún faltan por computar cuatro casillas).

1.- Sólo tres partidos aumentaron su votación entre el 5 de junio y el 6 de diciembre. El PAN del 29.6% pasó al 32.6% de la votación obtuvo dos mil 49 votos más. El PRI del 30% obtenido el 5 de junio pasó al 32.6% el 6 de diciembre obtuvo mil 607 votos más. Y el PT pasó del 3% obtenidos el 5 de junio al 12.7% del 6 de diciembre, obtuvo nueve mil 928 votos más, algo extraordinario.

2.- Cinco partidos perdieron votos en la elección del 6 de diciembre con respecto del 5 de junio: el PVEM fue el partido con mayor pérdida de votación paso del 6.6% del 5 de junio al 2.7% el 6 de diciembre; perdió cuatro mil 320 votos. Morena perdió mil 881 votos al pasar del 3% el 5 de junio al 1.3% el 6 de diciembre. El Panal perdió también mil 625 votos al pasar del 12% obtenido el 5 de junio al 10.8% el 6 de diciembre. El  Humanista perdió mil 685 votos al pasar del 2.3% el 5 de junio al 0.7% el 6 de diciembre. Encuentro Social fue quien perdió menos votos, sólo mil 378 votos al pasar del 2.1% del 5 de junio al 0.9% el 6 de diciembre.

3.- Si sumamos los votos obtenidos por el PAN-Panal y del PRI-PVEM obtenidos el 5 de junio y los comparamos con los obtenidos el 6 de diciembre tenemos que: la coalición PAN-Panal obtiene mil 601 votos más,  mientras que la Coalición  PRI-PVEM pierde mil 557 votos.


4.- Si sumamos los votos obtenidos por la triada PT-PRD-MC el 5 de junio y la comparamos con los obtenidos el 6 de diciembre observamos un crecimiento de tres 534 votos más.

5.- Los votos nulos del 5 de junio representaron el 5.2% mientras que el 6 de diciembre fueron el 3.4%, esto es una reducción de dos mil 55 sufragios.

6.- La votación total emitida el 5 de junio fue de 107 mil 158 votos que corresponde al 38.5% de la lista nominal, pero el 6 de diciembre votaron solamente 103 mil 684 ciudadanos correspondiente al 36.8% de la lista nominal. Esto significa que en las extraordinarias votaron tres mil 474 ciudadanos menos que en las ordinarias.

7.- Bis a Bis, el 6 de diciembre de 2015 el PRI, como partido, nuevamente venció al PAN, sólo que ahora con cinco votos de diferencia: el 5 de junio, en otro escenario y sin coaliciones, el cómputo distrital favoreció por más de 500 sufragios al PRI, pero el PAN solicitó se anulara la elección. ¡Pero esa es otra historia!

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