Con las últimas designaciones de ministros de la Suprema Corte de Justicia se ha reavivado el debate de las nuevas reglas que debe contener el procedimiento para elegir a los magistrados que integren el máximo tribunal jurisdiccional del país.
La polémica se ha agudizado porque hay un importante sector dentro y fuera de la Corte que mantiene una fuerte resistencia a que la elección de los ministros se politice.
El procedimiento legal vigente consiste en que el presidente de la República propone una terna de tres candidatos y es el Senado quien elige a uno de las tres propuestas con dos tercios de los miembros del Senado presentes. Si se da el caso que no se lograra esta mayoría, el presidente propone nuevamente una segunda terna. Si en la segunda propuesta no logra conformarse una mayoría, el presidente procede a realizar una asignación directa del magistrado.
Una de las razones por la cuales el Poder Judicial está en contra de que se politice la designación de los ministros de la Corte es porque considera absolutamente necesario que conozcan la labor jurisdiccional y lograr con ello un criterio basado en un alto conocimiento del derecho. Además del expertís se requiere también cierta lealtad al cargo.
Hasta hace muy poco se guardaban las formas y el equilibrio. En el pasado se presentaron casos de magistrados con antecedentes en el servicio público, pero fue hasta la designación de Medina Mora cuando se reeditó la polémica de tener una Corte con distancia e independencia al Poder Ejecutivo.
Junto a los argumentos del Poder Judicial hay otro que es igual de importante. En sociedades democráticas un Poder Judicial consolidado ejerce un papel de verdadero contrapeso a los otros dos poderes. El proceso por el que transitamos demanda la consolidación de las instituciones y es la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien dirime las controversias entre poderes, entre particulares y el Estado.
Una sociedad que se jacta de ser moderna es cuando atiende de manera especial el tema de los derechos humanos. Es aquí donde la Suprema Corte de Justicia juega un papel determinante.
Los Estados nacionales están cada vez más sujetos a los convenios internacionales. Anteriormente el ciudadano contaba con 29 garantías, hoy todos los artículos de la Constitución están impregnados de aspiraciones y demandas por el respeto a los derechos humanos.
El amparo que es una facultad de esta instancia jurisdiccional y se volvió una figura de juicio protector de los derechos humanos, muchos de ellos firmados en convenios internacionales y que el Estado mexicano está obligado a acatar.
Por lo tanto la Suprema Corte de Justicia tiene la facultad de ampliar, garantizar o restringir los derechos humanos de los ciudadanos mexicanos. Pondera qué derecho es más importante que otro porque siempre va a haber dos posiciones en conflicto y es la Corte quien determina qué derecho es más importante sobre el otro en disputa.
La Constitución puede mencionarlo, pero es la Corte quien hace la interpretación a favor o en contra de los derechos humanos. Es la Suprema Corte de Justicia quien le da contenido.
Ya se pronunció en asuntos tan delicados y polémicos como es el tema del derecho a la vida desde la concepción y estableció una posición. El derecho a la interrupción al embarazo para el caso específico del Distrito Federal. El derecho a la muerte asistida, el derecho a consumir mariguana con fines recreativos.
Estos además de muchos otros temas requieren de un perfil de alto conocimiento para poder asumir con responsabilidad, respeto y valentía temas polémicos que dividen a la sociedad. También es romper con las políticas paternalistas en donde el Estado le dice al ciudadano qué hacer y qué no hacer. Qué es bueno y qué es malo, cuando en realidad es el ciudadano quien debe asumir las consecuencias de sus actos.
Es por ello que si se politiza la elección de los ministros que componen la Suprema Corte de Justicia se va a obstaculizar por intereses de las élites políticas o del grupo en el poder la defensa y definición del rumbo del país en el tema de los derechos humanos.
@normaglzz