- Junto al actor mexicano Silverio Palacios, el Imac prepara su pastorela con actores locales
- Durante la primera semana de diciembre se llevaran 12 funciones a colonias y barrios alejados del centro
“Queremos crear actores con responsabilidad social, no actores plásticos que sólo buscan el dinero”, apunta el actor y gestor cultural mexicano, Silverio Palacios, quien está encargado del proyecto teatral del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (Imac), una pastorela a cargo de diez actores locales, que se ejecutará en el mes de diciembre.
Considerando que un artista tiene que ser un representante social de su espacio, de su momento y de su comunidad, el Imac preparó este proyecto durante el Festival de la Ciudad en el mes de octubre con un equipo artístico elegido a través de una convocatoria abierta a todo el estado.
Posterior a realizarse un taller de actualización actoral, comenzaron el proceso de montaje con un texto propio y no el que en un principio se había elegido, ya que a consideración de lo que se había aprendido, se prefirió crear algo nuevo con base en las cualidades y talentos de cada uno: “se adaptó una trama de acuerdo a las fortalezas del reparto, fue muy atinado porque tenemos a un actor bailarín, un actor acróbata, una actriz cantante y así sucesivamente mucho talento que se conjugan y crea más cosas”, indicó Alan Santacruz Farfán, coordinador de enseñanza artística y ediciones.
Junto a Juan Pablo Acevedo Pérez (al frente de la dirección escénica) y a Concepción Macías Candelas se rediseñó el texto bajo los cánones de las pastorelas, con los nombres tradicionales, la lucha del bien contra el mal y el giro místico, sólo que en esta historia se reflejan los conflictos y vicios humanos de la ciudad en lugar del campo: “se trasladan las conductas de los personajes contra los que finalmente se lucha y se vence”.
Las fechas y lugares exactos están por programarse para la segunda semana de diciembre con 12 funciones, distribuidas en las colonias y barrios de la capital más alejados del centro, puesto que parte del objetivo del proyecto es llevar el teatro a los espacios donde comúnmente las personas no tienen acceso a este tipo de expresiones artísticas: “pretendemos reafirmar que el teatro es para todos, no es para una clase privilegiada ni educada, por así decirlo, ni mucho menos para un consumo interno”, sostuvo el titular del Imac, Alejandro Vázquez Zúñiga.
Además de contar con actores locales y la participación de Silverio Palacios, se tendrá apoyo de un grupo de música norteña para musicalizar en vivo cada función; Palacios destacó que el formato del espectáculo es totalmente familiar, divertido y con la búsqueda de una convivencia vecinal y familiar.
Desde la perspectiva del funcionario municipal, este ejercicio de traer a la capital a artistas o figuras del ámbito cultural de gran experiencia no sólo es para disfrutar dos o tres horas de un espectáculo foráneo, sino para que al convivir con el público y la comunidad artística local por medio de las clínicas, talleres, charlas o puestas en escena, se tenga un contacto real: “les ha pasado ya a Joaquín Cosío, Armando Vega Gil, Pablo Zeta; reconocieron el talento local y se empaparon de cosas nuevas”, ello mediante el intercambio de ideas, de hábitos, vicios y técnicas propias de los aguascalentenses.
“Yo, Silverio Palacios, pretendo, sí, como una obsesión, no encontrarme con actores que creen que actuar es únicamente hacer gestos y generar alguna otra emoción pero que no tiene ninguna responsabilidad con el espectador; por el contrario, quiero encontrar a actores con responsabilidad social y entregados con su comunidad”. Un espectador en un acto de generosidad paga por esperar algo que le genere una o varias sensaciones y si se topa con alguien que hace el mínimo de esfuerzo no se concluye con la reciprocidad que, desde su punto de vista, está por entendida en las artes y la cultura.
Se decidió utilizar una pastorela para llevar no sólo entretenimiento sino reflexión, unión y convivencia social, por ser la herramienta más asequible tanto para el espectador como para los hacedores artísticos, pues de manera tradicional se intercambian inquietudes, necesidades, opiniones y experiencias.
Para el actor mexicano es lamentable que en muchas ocasiones se menosprecie a los públicos de calle, a aquellos que por el llamado “estatus económico” no tienen la oportunidad de pagar un boleto de tres mil pesos para ver una ópera en un teatro de la ciudad: “en ocasiones se cree que sólo el sector de lana y de educación académica elevada es el indicado para llevarle un espectáculo de calidad, cuando en realidad el teatro es libre, no conoce de asuntos políticos ni económicos; el teatro es para todos”.
Es por ello que se coincide con las políticas internas del Imac en cuanto a que con el arte se puede reconstruir el tejido social, por más dañado y dividido que se encuentre siempre y cuando se tengan estrategias bien establecidas con proyectos de calidad y no sólo “eventitos para la foto” que ayuden a ganar adeptos políticos.
Concepción Macías Candelas agregó que en su experiencia en el trabajo teatral dentro del sistema penitenciario durante 23 años pudo corroborar que las artes son un agente de cambio personal y social, ya que de diez internos con los que trabajaban sólo uno reincidía en actos delictivos, poco a poco se les sensibilizaba hasta convencerlos de llevar una vida alejada de los vicios y agresiones a las normas legales: “por eso insistimos como comunidad artística en que, en nuestro caso, el teatro no sirve nada más para entretener sino para educar y transformar ciudadanías”.