Crisis y barbarie, del terror al odio / Ciudadanía económica - LJA Aguascalientes
15/01/2025

«El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento»

Maestro Yoda/Guerra de las Galaxias

El presidente francés ha declarado que los atentados en París del pasado viernes 13/11 serán considerados actos de guerra. Esto implica que el Estado francés aplicará todo el peso de su poder en una guerra contra quienes perpetraron estos atentados mortales. Una guerra feroz, implacable por el dolor que han causado, por la barbarie y cobardía que causaron la muerte de inocentes. Una guerra sin cuartel, sin piedad contra el “Estado Islámico”… Un momento,  ¿qué?

¿Qué es el Estado Islámico, EI? ¿Quién lo soporta y financia? ¿De dónde obtiene sus armas? ¿Qué tan poderoso es el EI que puede realizar un ataque a la sociedad civil francesa sin que los servicios de seguridad franceses lo pudieran detectar? Y tendríamos que hacernos algunas preguntas un poco más detenidamente… ¿Quién gana con el odio que se pudiera despertar contra todas las personas que profesan el Islam? ¿No hemos visto suficientemente lo que provoca el odio interreligioso, interétnico, interregional? ¿A quién benefician las guerras? ¿Quiénes ganan millones en “dineros” mientras adormecen y distraen a la población con el temor inducido y el consumo cotidiano?

La violencia en el mundo es cada día más evidente, como lo ha sido con los atentados de Turquía de hace unas semanas, con el derribo del avión ruso en el Sinaí, con la guerra en Siria, con el drama de los refugiados, la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, la desaparición de miles de personas en México ligada a la masiva introducción de armas de los EUA a nuestro país.

La violencia tiene hoy en día muchas formas. Y posiblemente hasta nos estemos acostumbrando a ellas. Garry Leech, analista crítico estadounidense, ha integrado una contundente denuncia del status quo a través del libro Capitalismo: Un genocidio estructural. Esencialmente, él argumenta en este trabajo que la violencia estructural devastadora que experimentan las sociedades sujetas a los dictados del capital desde su aparición histórica -y que sufren particularmente las mayorías sociales empobrecidas del mundo en la actualidad -, en vez de ser una aberración o una distorsión de los imperativos del mercado, resulta ser elemento central e inherente a la división de la sociedad segmentándola en clases.  

En este libro, Leech guía a sus lectores a través de un examen teórico del concepto de genocidio, demostrando por qué el concepto debería aplicarse al modo capitalista de producción. Ilustra la proclividad genocida del capitalismo explorando cuatro casos de estudio: los efectos y consecuencias en México del legado del Tratado de Libre Comercio Norteamericano, TLCAN, de 1994; la relación entre la liberalización comercial de semillas genéticamente modificadas, por una parte, y el suicidio masivo de agricultores de la India, por la otra; pauperización y muerte prematura de miles de personas en todo el continente africano como resultado del hambre, epidemias y enfermedades que pudieron prevenirse; y la cada vez mayor crisis ambiental provocada por la devastación a causa del desmedido afán de lucro (Leech, Garry; Capitalism: A Structural Genocide. Zed Books, 2012)

El sistema capitalista necesita de las crisis y la guerra como medio fundamental de supervivencia, al igual que del consumo ilimitado, para mantener andando el proceso de generación infinita de dinero bancario. Hay quienes afirman que los líderes occidentales, con ese propósito, llevan al mundo hacia el concepto de un “nuevo orden mundial”, donde toda la vida sobre el planeta gire en torno este ciclo que enriquece continuamente a una élite que controla el proceso, a costa del empobrecimiento de los demás.

Daniel Estulin, escritor, exagente del servicio de contrainteligencia ruso, nominado al Pulitzer y al Nobel de la Paz 2015, afirma en su último libro Fuera de control que Estados Unidos ha creado el “Estado Islámico” con el objetivo de controlar Oriente Medio, Asia Central y el norte de África. Argumenta con cientos de documentos que el objetivo final norteamericano es establecer un nuevo orden mundial. “Los medios de comunicación y los gobiernos occidentales se esfuerzan en hacernos creer que, por ejemplo, los atentados terroristas de Charlie Hebdo en París fueron exclusivamente obra de los radicales yihadistas, pero la realidad nos enseña una lección muy distinta. Lo que está ocurriendo no es una guerra de religión, son las huellas de un complejo juego geopolítico desarrollado por los Amos del mundo. A día de hoy, Estados Unidos, sus socios de la OTAN y sus socios regionales, como Israel, Arabia Saudí y Qatar están armando, financiando, protegiendo, formando y apoyando a los extremistas islámicos”.


El mundo vive una feroz incitación al odio y la violencia, tan intensa como la incitación al consumismo y al embrutecimiento por medio de drogas químicas y la droga electrónica-mediática de la TV, que transmite las noticias que redactan los servicios informativos al servicio de la élite bancaria-monetaria global.

No dejemos que el odio nos ciegue y nos impida ver los aviesos intereses detrás de la provocación de miedo y terror, que incita al odio y al engaño. Los seres humanos, por naturaleza, no nos odiamos mutuamente.

 

[email protected]                                  Twitter: @jlgutierrez

 


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