Más ciudadanos, menos corruptos / Política for dummies - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Según el tomo que habla sobre corrupción en la colección que presentó la UNAM sobre cómo nos vemos los mexicanos, el segundo principal problema de los mexicanos es la corrupción, detrás de la inseguridad y 92% de los mexicanos afirmamos que México tiene corrupción. Es decir, sabemos que somos corruptos y sabemos que es nuestro principal problema. Como en todo, los mexicanos somos únicos y ni nosotros mismos nos entendemos.

La corrupción es una epidemia, una de las peores tradiciones y costumbres que tenemos y que seguiremos teniendo si no existe la voluntad política para cambiarla. La corrupción es un acto ilícito que tiene como objetivo final lograr un fin particular a través de medios materiales o económicos de manera ilícita. Es decir, que no me suban al torito o que no me pongan multa por pasarme un alto es el beneficio que obtengo a partir de otorgar recursos económicos, eso es ilegal.

En un video de Reporte Índigo sobre la corrupción se afirma que la corrupción debe tipificarse como delincuencia organizada porque muchas veces de eso se trata, al menos en gobierno, de un grupo de personas que repite actos corruptos de manera organizada. La definición de crimen organizado no está meramente ligada con el narcotráfico sino con la organización de personas para cometer un crimen: los que son corruptos así son. En ese supuesto la policía vial más corrupta es culpable de crimen organizado porque cometen un crimen en grupo y de manera repetida.

Fernando del Paso se preguntó: ¿A qué horas, cuándo, permitimos que México se corrompiera hasta los huesos? Sí, don Fernando, ahora reconocido por el Premio Cervantes, México está corrompido hasta los huesos. No sólo son las grandes licitaciones a nivel federal, estatal o municipal, no sólo son los moches para asignar presupuesto a una partida privilegiada, no sólo son los policías para no encarcelar a grandes criminales o liberar al narcotraficante más buscado, no sólo son WalMart entrando al territorio mexicano, no sólo son las mordidas de la policía vial, no sólo son las mordidas a las autoridades municipales de parte de los ambulantes que venden piratería, no sólo son los pagos a un maestro por una calificación, a un comerciante para que venda o no un producto, es eso y todo lo demás. En nuestro país todo es corrupción.

No se trata de un predicamento moral, aunque influye mucho y en realidad la ausencia moral es el nacimiento de la corrupción, se trata ya de una estructura más fuerte que el Estado mismo, una estructura psicológica de la corrupción. Partimos desde el punto de vista de que corromper está bien, cuando debemos de partir desde el punto de vista de que corromper está mal, muy mal.

Don Fernando del Paso nos llegó hasta los huesos y sí supimos cómo. La corrupción nos llegó cuando perdimos la vergüenza, antes, dar una mordida era causa de vergüenza y nos escondíamos en el anonimato de la infracción, poco a poco descubrimos que todo el mundo lo hacía y así dejamos de sentir culpa y vergüenza, así comenzamos a ser de huesos corruptos. Somos, como siempre hemos sido esas dos caras de la moneda, una cara corrupta y otra cara inquisidora.

Permitimos que la corrupción impregne nuestras vidas pero la cuestionamos en los políticos, la atacamos, juzgamos y condenamos, pedimos renuncias y no nos damos cuenta de que somos parte de ese sistema endémico. De esa corrupción hasta los huesos. Si los políticos son corruptos es porque para ellos también fue sencillo adoptar ese modus vivendi. Los mexicanos poco a poco adoptamos un estilo de vida muy peculiar, lo educamos y lo transmitimos de generación en generación, se convirtió en nuestra idea de vida: el que no transa no avanza. Pero es momento de entender que si transamos no avanzamos, como afirma el IMCO.

Con datos duros se puede comprobar que la corrupción nos ha llevado a los peores lugares en materia de competitividad y que perdemos aproximadamente 62 mil millones de dólares por corrupción al año. No es de moral y materia política, también se trata de desarrollo económico, humano y calidad de vida.

Para combatir la corrupción tenemos que cambiar nuestra perspectiva al respecto, don Fernando, todos permitimos que la corrupción nos llegara hasta los huesos, fuimos todos y no fue el gobierno nada más, como muchos pensamos. No son ellos los que tienen que dejar de ser corruptos, es todo el sistema, somos los ciudadanos también. Para combatir la corrupción se necesita un compromiso cívico y político demasiado alto, sanciones ejemplares, gobernantes que paguen un castigo por actos de corrupción, en México el 92% de los casos se quedan impunes mientras que en USA el 100% de los denunciados por corrupción pagan su castigo.


Es cuestión de voluntad política y ciudadana es cuestión de que los ciudadanos dejemos de ser corruptos a la primera oportunidad y denunciemos los actos de corrupción, esta lógica de corruptelas nos han llevado a donde estamos, a que nuestro sistema de salud, seguridad, educación, financiero y penal no funcionen, detengamos esa lógica seamos un poco más ciudadanos responsables y un mucho menos ciudadanos corruptos.

@pochaquito

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