Es fundamental ensanchar nuestra capacidad colectiva para generar mayores oportunidades de desarrollo y movilidad social. Atender este desafío necesariamente nos convoca a sumar esfuerzos comunitarios que incidan en la tarea de elevar la calidad de la educación. Para enaltecer el reconocimiento de la sociedad a los maestros y fortalecer la dignidad de su labor es vital que contemos con docentes y directores capaces, altamente calificados y motivados, apoyados por una comunidad participativa de padres de familia, autoridades y agentes sociales integrados que acompañan y alientan a la niñez y a la juventud a mejorar continuamente su desempeño y sus resultados escolares.
Actualmente en México se sientan las bases y se implementa una estrategia educativa con visión de largo alcance, cuyo fin es dotar a los estudiantes de mayores habilidades y conocimientos óptimos para afrontar los retos de la vida, que cuenten con mayores elementos para su desarrollo individual y contribuyan al avance social.
Para mejorar la calidad educativa se ha establecido una serie de objetivos prioritarios, bien definidos y evaluables, que centran su foco en la medición de las competencias y resultados docentes, el progreso sustantivo del desempeño de los estudiantes, la permanencia y conclusión de los ciclos escolares, así como en la reducción de desequilibrios y la conformación de un sistema educativo incluyente, que genera estrategias efectivas para eliminar desigualdades.
La Reforma Educativa ha colocado como nodo central del diseño de las políticas públicas a las escuelas y a los estudiantes. Se ha replanteado la forma de organización y gestión de las escuelas con mayor autonomía, se amplió el marco de decisión de directivos y docentes, así como el modelo de participación de los padres de familia y la comunidad, todo ello concentrando esfuerzos en el respaldo a los estudiantes para el logro de sus objetivos académicos y el impulso de todo su potencial de desarrollo.
Debemos reconocer los profundos cambios en el entorno educativo de los últimos años. Más que retener, hay que saber usar el conocimiento. Más que individuos con información, necesitamos crear un ecosistema solidario de horizontes compartidos para la integración social y cultural.
Una meta trascendental es la construcción de un sólido sistema para acompañar la trayectoria profesional docente y apuntalar la calidad en la carrera magisterial. El objetivo es elegir, preparar, capacitar y evaluar a las maestras y maestros para que las escuelas cuenten con los mejores docentes. No se trata de excluir, al contrario, se busca incluir a todos en la mejora continua del sistema educativo nacional. Es decir, se ha trazado el camino para generar una fuerza magisterial transformadora, capaz de elevar verdaderamente la calidad educativa.
De ahí que sea imprescindible que los docentes conozcan la realidad de la Reforma Educativa y sean conscientes de los múltiples beneficios que les ofrece para su desarrollo profesional y personal.
El avance eficaz de las escuelas requiere la colaboración comunitaria. Los Consejos de Participación Social están llamados a convertirse en un importante activo para elevar la calidad educativa. Se busca generar alianzas sociales con capacidad de decisión y actuación. Para ello los consejos necesitan conocer la escuela, tener información y convertirse en los principales promotores de la transparencia en el entorno escolar. La participación activa de los padres de familia es esencial para alcanzar una mejor educación y contar con escuelas de calidad.
La tarea del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación es fundamental para contar con los mejores instrumentos de medición, para optimizar, corregir y avanzar sistemáticamente hacia el incremento de la calidad educativa. Su independencia, guiada por la autonomía que le otorga la Constitución, permite que el propio sistema nacional educativo cuente con un mecanismo de pesos y contrapesos para incidir objetivamente en el progreso pedagógico.
La educación es un tema central para el desarrollo del estado y del país. Por su trascendencia para el futuro de la nación, la educativa es la más importante de las reformas estructurales impulsadas por el Pacto por México. El hecho educativo es una tarea de todos. La prioridad es el avance en el aprendizaje de los estudiantes. Los conocimientos y las habilidades que adquieren la niñez y la juventud son realmente el termómetro para evaluar el desempeño de las escuelas, el magisterio, los Consejos de Participación Social, las instituciones educativas y el sistema educativo en su totalidad. Al mejorar sus competencias y potenciar sus habilidades, estaremos elevando, en efecto, la calidad educativa.
Las evaluaciones estandarizadas son muy útiles, pero no son el hecho educativo en sí, este se da en la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes. Ahí se encuentra nuestra misión, en educar mejor, en preparar para la vida.
La corresponsabilidad es fundamental para que los maestros enseñen y los estudiantes reciban conocimientos, desarrollen destrezas y aptitudes. Elevar la calidad educativa es una labor que nos convoca a docentes, padres de familia, medios de comunicación y sociedad. Don Jesús Reyes Heroles solía decir que impartir una buena educación también implicaba que, fuera del horario de clase, la televisión no destruyera el esfuerzo docente.
Es importante acompañar a nuestros niños y jóvenes en su desarrollo. Hay que apoyarnos en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en el deporte, en la creatividad y el arte para verdaderamente elevar la calidad de la educación. Ayudemos a la escuela.
Parece que trabaja ud para la SEP, porque de opinión no es más que una hermosa melodía para los oídos, es un bla bla bla y más bla; el proceso de enseñanza-aprendizaje no es nada fácil, sobre todo si hay carencias materiales y de infraestructura, donde ni baños hay.
También no contamos con un sistema de educación que sea autentico para los mexicanos, nacido de los maestros mexicanos y no de un escritorio, que cada 6 años cambia, quiere imponer sus ideas, las de él o del presidente, y si supiera ud joven que están distinto el norte, centro y sur en su forma de pensar, de ser y de actuar que se asombraría.
En los países de primer mundo, no andan cambiando a cada momento planes de estudio, estrategias de enseñanza-aprendizaje, por decir algo, sus estructuras son para 20 años y se revisan resultados.
Sólo para que se de una idea, aquí en Aguascalientes cuando voy a impartir una asignatura en uno de los muchos bachilleratos que hay, le expreso a la directora que siguen los programas de estudio de la Dirección General del Bachillerato y la respuesta es, no aquí tenemos “NUESTROS” propios programas, casi me caigo hacia atrás, sus propios programas woooooow, esto es para alarmarse, sabrá al de esto SNTE aunque no creo que le interece, ya que no siguen los lineamientos establecidos por propia Dirección General del Bachillerato, entonces que se pueda esperar bachilleratos patitos, creo que muchos y así debe haber secundarias y primarias.
Pero a la SEP no creo que tenga personal para revisar sus planes de estudio de cada institución educativa, mucho menos al personal educativo si cumple con el perfil.