Simpatías y diferencias. El colectivo que elabora esta columna no siempre está de acuerdo, de hecho, nos proponemos el intercambio constante para evitar las conclusiones porque nada como la exposición de las ideas para enriquecer la visión del mundo, creemos. Entre los asuntos sobre los que no podemos alcanzar una sentencia común está Carmen Salinas, no la actriz que es reconocida por su participación en el cine de ficheras, ni la imagen bonachona de miles de memes, sino la diputada de representación proporcional del Revolucionario Institucional. Desde que se dio a conocer que se integraba a la lista de plurinominales hasta lo más reciente: las fotos en las que dicen que está dormida y su respuesta de mandar a todos a donde Andrés Manuel López Obrador mandó a las instituciones (sí, hasta allá), poco hemos comentado de la señora, y es que no acabamos de decidir si es la máxima expresión de la idiocia de nuestra clase política o, en el otro extremo, una jugada maestra para desacreditar al de por sí vapuleadísimo Congreso de la Unión.
Angas o Mangas. La primera opción no requiere mayor explicación, porque no sólo Carmen Salinas ha estado en el centro de la atención mediática, y no sólo en boca de quienes componen (aunque se les olvide) el pequeño círculo de las redes sociales, hace unos días el senador panista Javier Lozano Alarcón, en su compulsivo tuiteo, remitió una imagen del perredista Miguel Barbosa Huerta echando un coyotito en la Cámara de Senadores, no sólo evidenció el cansancio del senador poblano, durante la sesión se burlaba de las intervenciones de sus compañeros legisladores, en especial de Manuel Bartlett y David Monreal Ávila, cuando presentaron sus reservas a la Ley reglamentaria en materia de derecho de réplica; el senado aprobó, en lo general, una legislación que permite a los medios negar el derecho de réplica a los ciudadanos, ya que ahora se deberá iniciar un proceso judicial cuando alguien se sienta agraviado y presentar “pruebas físicas”, de hecho, el también senador panista Javier Corral Jurado indicó que tal y como había sido aprobado el reglamento, sólo servía a los intereses de los medios electrónicos; Lozano Alarcón se montó en su macho, en tribuna y a través de Twitter, para junto con los priistas Graciela Ortiz y Jesús Casillas apoyar el dictamen tal y como fue presentado. En el caso del senador poblano, ya se sabe que mata por ser gracioso y así mantener creciendo su número de seguidores; esa es la forma de hacer política que eligen algunos.
Mangas de chaleco. Para volver al tema, la ridiculización del contrario es el otro extremo, hay quienes creen que subirse al tren del mame y hacer mofa de políticos como Carmen Salinas o Cuauhtémoc Blanco (discriminándolos por su origen y no por sus acciones) sólo sirve para menoscabar la tarea que se realiza, pues la burla exacerbada termina por alejar del centro de la discusión los argumentos y se queda en la anécdota, una especie de crítica del pastelazo, donde a lo que se recurre es a la pifia, equivoco o descuido, incluso en ocasiones falsificándolo (Photoshop o información sin fuente confirmada), con tal de ridiculizar a la persona. En el terreno de la indignación fácil, basta descontextualizar una frase, capturar ese instante en video, para estigmatizar a un funcionario… Aguascalientes tiene su ejemplo mayor en el caso del gobernador Carlos Lozano de la Torre, cuando llamó la atención al encargado de Atención Ciudadana, Daniel Gallegos, al no hacer caso de la petición de una mujer, el famoso “ponte las pilas”. La viralización del video (y su descontextualización) dejan la impresión de un momento de furia, pero si se revisa, ¿tiene o no derecho al reclamo Lozano de la Torre?, ¿no es lo que se demanda de un funcionario, que atienda las solicitudes ciudadanas?, pero nada de eso importa, el meollo del asunto es la burla…
Mira, mamá, mi meme. Despedimos la semana pasada contándole del meme que con sus propias manitas elaboró el diputado Mario Álvarez Michaus en el que Ricardo Anaya Cortés, el dirigente nacional de su partido, supuestamente le predice que va a ser el sucesor de Antonio Martín del Campo en la presidencia municipal de Aguascalientes; asunto, lo sabemos, francamente menor porque quienes llevan la mano para quedar como candidatos de Acción Nacional son Sylvia Garfias Cedillo y José Ángel González Serna, pero lo volvemos a mencionar porque durante el fin de semana, la diputada local comenzó su campaña en pro de la alcaldía, por supuesto, con el pretexto de que está anunciando su informe de labores legislativas, y todo parece indicar, que seguirá la misma tónica que ya marcó Mario Álvarez: la del despilfarro vía la espectacularidad.
Denme champú. Nadie puede negar la destacada participación de Sylvia Garfias en la Legislatura de la que forma parte, siempre se le nombró candidata a coordinar la bancada y los arreglos internos de su partido se la entregaron primero a Adolfo Suárez y después a Martha Márquez, lo que no obstó para que sesión tras sesión, la experiodista se destaque por sus intervenciones, con o sin argumentos, con o sin ideas claras, nunca falta al debate parlamentario. Lo que no se puede decir de la ex diputada federal Teresa Jiménez Esquivel, quien pasó sin pena ni gloria por la Cámara de Diputados, por lo que llama la atención sobremanera que Garfias Cedillo haya decidido seguir la pauta comercial de Teresa Jiménez y sobreexponer su imagen con el fin de lograr el top of mind que considera la puede ayudar a conseguir la candidatura panista a la alcaldía capital.
Gluten free o sin contenido. En general los panistas han decidido que lo suyo es la espectacularidad, fotos donde retratan espléndidos, evidentes photoshopazos en los que la imagen parece indicar que venden algo, no ideas, no propuestas, mucho menos informar… a cualquiera de las imágenes con que se promocionan a través de las portadas de revistas de socialité y en sus propuestas de informe legislativo, a un lado se podría poner un shampoo, un refresco o un auto y no pasaría nada. La promoción del nombre se ha vuelto todo, si uno logra leer las letras chiquitas de todos los anuncios, las que vienen debajo del nombre de Sylvia Garfias, Teresa Jiménez o Mario Álvarez Michaus para los cuates, se encuentra con lo que según ellos son sus logros legislativos, unas cuantas letritas perdidas ante la inmensidad de las blanqueadas sonrisas o las airosas cabelleras. Lamentable, porque el dinero con que se hacen esos promocionales es dinero público. Así es la ley, tienen la obligación de informar y ya encontraron la forma de hacerlo promocionándose y sin decir nada.
Te juro, Juana, que tengo ganas…Y lo que falta… No nos pueden acusar de severos al únicamente señalar a los panistas, son los que pululan en este momento, además, en otras entregas hemos señalado las apariciones en los mismos espacios de otros suspirantes, del PRI para ser exactos, como Enrique Rangel, si hoy apuntamos a estos tres es porque no deja de llamar la atención que son quienes con más ganas aspiran a saltar a una candidatura, y cabe recordar que la Legislatura actual la integran 27 diputados, todos tienen la obligación de informar lo que han hecho, ¿no?, por eso es posible preguntarse dónde están los anuncios de Israel Sandoval, Ulises Ruiz Esparza o los de Leonardo Montañez… y si a esas vamos, ¿a poco Juana María Espinosa de los Monteros no podría presumir que durante su desempeño como diputada se ha salvado de la difusión de los resultados de la auditoría cuando dirigió el SNTE?, ¿tan mal han estado las negociaciones en el PRD que ni Marco Arturo Delgado Martín del Campo o Cuauhtémoc Escobedo Tejada quieren tirarle dinero bueno a la mala promoción? Son preguntas, sólo preguntas…
La del estribo. Y mientras nosotros agachamos la cabeza para no dejarnos apantallar por los montones de espectaculares con que los panistas están inundando la ciudad, allá en la capital del Imperio, la Comisión de Haciendo aprobó la Miscelánea Fiscal y la Ley de Ingresos, como siempre, ya casi a punto de cumplirse el plazo, se ajustó el tipo de cambio y se logró un aumento de 17 mil millones de pesos para las arcas de la República; pero a eso no le damos importancia, estamos apantallados por lo bien que se ven nuestros políticos. Duro.
@PurisimaGrilla