A decir verdad, estimado lector, no recuerdo bien el nombre del autor de esta nueva frase célebre que enmarcó un evento público y que rompió con el paradigma de los discursos políticos, seguramente fue una figura de primer nivel o algo así, le soy sincero, estaba consternado asimilando la noticia sobre que la revista Playboy ya no publicará fotografías de epidermis femenina al descubierto, perderán su esencia, su razón de ser y seguramente muchos suscriptores; en fin, en este mundo tan cambiante qué más podemos esperar.
Además, quién iba a pensar que el martes nos caería el jefe, ya sabe, uno tan tranquilo, quitado de la pena, con esos elegantes diez minutos de tolerancia en el checador, el escritorio tirado, con el orden que parece desorden, la comida en los cajones, de visita en la oficina de a lado y quejándose de todo, de lo explotados que estamos, de la desigualdad social en la que vivimos y sin sospecharlo, la caballada del Chahuixtle acechando.
Para muestra un botón de nuestros desamores, hace unos días la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos OCDE afirmó que la desigualdad entre el norte y el sur, el este y el oeste del mejor país del continente americano con relación a empleos e ingresos es abismal, más que en otras naciones pertenecientes a la citada organización. Esto quiere decir que los ingresos de las grandes ciudades como la misma Ciudad de los Palacios, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Querétaro, Mérida no se comparan con las ciudades donde, gracias a Dios, aumentaron el salario mínimo para homologarlo con las metrópolis más pujantes. No se diga en otros rubros como educación, empleo bien remunerado, salud y acceso a servicios.
Entonces, le decía, tan preocupado por la visita del jefe y la extinción de las fotos en la mejor revista internacional que puede uno encontrar en los puestos de voceadores, no me di cuenta cuando la OCDE reveló conclusiones que nos dejan mal parados.
La primera, entre otras cosas dice que “1 de cada 7 niños en los países de la OCDE viven en situación de pobreza y 1 de cada 10 pertenece a familias que están en el desempleo”, por lo tanto presentan problemas de salud, educación y violencia en diferentes ámbitos. También se señaló que “La región donde una persona vive influye significativamente en sus oportunidades para vivir mejor”. Ya sabe, entonces los encabezados alarmistas arremeten contra el país de las maravillas y gritan a los cuatros vientos “México tiene la mayor desigualdad en ingresos y empleos de todos los países de la OCDE”, ¿Pero cómo, qué pasó ahí, en qué se basan? No tienen las cifras que maneja el jefe o qué. Estoy completamente seguro que se trata de una mala jugada para desprestigiar a don Quique y sus estrategias, que por cierto se han convertido en hechos palpables, todo está documentado, cómo se atreve esta organización a aseverar tal barbaridad, algo tienen en contra de nosotros, es un hecho.
A muchísima menor escala (obvio) es la postura que fijó don Emanuelle Sánchez Nájera con relación a la visita casi sorpresa del patrón; supo lo que dijo, verdad, bueno, sino lo pongo en contexto, el líder de los señores del sol azteca en la tierra de la gente buena exigió que se cumplieran las tres promesas realizadas durante la campaña del jefe y que con ellas seguramente se resolverán todos los problemas que nos tienen sumidos en la depresión colectiva. Que termine el nuevo Hospital Hidalgo, esa construcción que ve usted abandonada cuando circula por la avenida Manuel Gómez Morin; dice el señor Sánchez Nájera que apremian los servicios de salud en el estado, que estamos rebasados, bueno, para eso están los consultorios de las farmacias de medicamentos genéricos, el IMSS, el ISSSTE, ¿qué no lo ve?, además fue promesa de campaña, aquí y en China, bueno no, quién sabe en el gigante asiático, pero por lo menos en todo el territorio Telcel las promesas son eso, promesas nada más, a poco le creyó al jefe, mi querido don Emanuelle, se la pongo fácil, a nivel chisme me dijo un ingeniero civil que la obra negra que ve usted cerca de las Tres Centurias y que presume será el citado nosocomio, no cuenta con el diseño apropiado para equipar con el mobiliario y equipo que se requiere en el área de la salud, dijo aquel inge que es mejor tirar y comenzar de nuevo, en fin. Sin duda es cuestión de enfoques, querido lector, por ejemplo, el martes me topé con el ingeniero Alfredo Reyes y me comentó que los servicios de salud aquí, en uno de los estados más pequeños del cuerno de la abundancia, es de lo mejor que existe en el ámbito nacional, y mire que este otro inge es militante del partido del patrón.
Otra de las demandas apremiantes que consideró nuestro líder del sol azteca local fue que por favor acabe el centro de convenciones; somos un estado con un alto índice de turismo empresarial, puede que tenga razón, aunque estamos cubiertos con tantos hoteles y salones para eventos empresariales que ofrecen unos paquetazos de miedo, el negocio se arma aun sin la infraestructura citada. Y el último punto del pliego petitorio, un tramo ferroviario entre nuestra tierra y la capital de Jalisco, se imagina, querido lector viajero, mejor más rutas aéreas entre nuestra capital y Vallarta, ¿no cree?, a tirar barra en la playa.
Qué cosas, cuando el jefe viene con toda la mejor intención a entregar tarjetas de Fonacot a nuestros trabajadores, cuando tenemos la oportunidad de salir en televisión nacional, cuando los reflectores voltean hacia nosotros para escuchar frases bonitas como “Ya no tenemos distintos salarios mínimos, hoy es sólo uno porque este es un sólo país y queremos que todos los mexicano se beneficien de ello”, cuando pasa eso no le sacamos provecho, debimos salir todos en la tele, ya sabe, atrás de los entrevistados mandando saludos a la banda o haciendo la “V” con los dedos de la mano, empujándonos para tener el primer plano asegurado.
Esta columna sí recurre a la estridencia y a la ocurrencia para llevar a cabo su objetivo, que usted pase un momento ameno ante el análisis superfluo y simplón que propone un servidor.
Twitter: @ericazocar