Sol ardiente, arena quemante; escenario y espejismo de ilusiones. Cada tarde en esto se transforma el foro circular y ambicioso de la plaza monumental de Aguascalientes.
Como jóvenes espectros, como duendes extraños y esbeltos, un puñado de imberbes se aparecen en el hechizado y mismo sitio de todas las tardes. Desdoblan los avíos legendarios de la lidia y se atan en sus sueños de gloria, fama y fortuna. En el redondel imaginario de sus mentes, mientras dibujan al aire caluroso y real efigies de impecable estética torera, esculpen faenas magistrales, perfectas, celestiales, divinas.
Son los alumnos de la Escuela Taurina Triana, que a las 17:00 horas, terrible hora torera y dramática, con la devoción de un monje acuden al “aula” en que han de recibir la instrucción técnica del matador de toros Armando Mora.
No alcanzado el sueño total, dada la ley filosófica de que los deseos son superados por las realidades, no quiso salir del orbe de la fiesta brava, y como el agua incansable de un río que siempre recorre el mismo cauce, día a día, tarde a tarde, él recorre los sueños dorados de la tauromaquia y los dimensiona en sus alumnos. No espera más pago.
Este domingo cuando los medidores de tiempo, mitificado elemento “en realidad irreal”, marquen las 15:00 horas, un curso más de sus clases taurinas bajarán el telón. Para celebrarlo, varios de los educandos lidiarán vaquillas de casta y los invitados compartirán los alimentos y las bebidas en generosas mesas. El sitio, las entrañas de la monumental aguascalentense, la gigante de Expo Plaza”.
Ya vendrá el ciclo 2012-2013.