Esta figura no es nada nuevo, pues desde la época de los griegos los emperadores recibían el privilegio de contar con un Mentor que los acompañara en su formación hacia la conquista de las grandes Ideas. Aristóteles fue el Mentor de Alejandro Magno antes de que éste saliera a conquistar todo el mundo conocido en su época.
El Mentor es una persona que tiene habilidades diversas y que utiliza su capacidad de diálogo para que a través de preguntas podamos descubrir nuestras propias Ideas, práctica que tiene sus orígenes en la Mayéutica Socrática. Adicional a esto, el Mentor tiene experiencia en campos del conocimiento particulares, lo que permite servir como guía y no sólo como interlocutor entre nosotros y nuestras ideas, el Mentor comparte de su experiencia para que actuemos con mayor contundencia hacia nuestros logros.
Hoy en día vivimos con altos niveles de exigencia, donde los estándares son cada vez más elevados y se vuelve sencillo perder de vista lo qué nos hace sentir plenos y realizados; el entorno se ha configurado para que busquemos fuera de nosotros los satisfactores, dejando pasar así la oportunidad de construir una vida auténtica y verdaderamente gratificante. Si somos capaces de revisar nuestras ideas y respondernos con sinceridad ¿quiénes somos? ¿y qué queremos hacer? tenemos grandes posibilidades de disfrutar de la vida; no es una tarea sencilla pero el resultado puede ser muy gratificante.
El privilegio que antes era exclusivo de emperadores está ahora a nuestro alcance, ya que el Mentoring actual utiliza herramientas de Coaching, programación neurolingüística y la integración de diversos campos del conocimiento para brindarnos el acompañamiento y la capacidad de confrontación, para así poder realmente alcanzar nuestro máximo potencial y aprovechar al máximo nuestro recurso más valioso, el tiempo de vida.
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