La Constitución es implacable. El período señalado se cumple. Ni un minuto de más, ni un segundo menos en el encargo. Migraron. Dejaron el estado perfecto del político. Regresaron al mundo de los mortales. No se fueron veloces ni fatigados, como las golondrinas petaconas. Salieron con casi un millón de devaluados pesos en los bolsillos.
El fatal desenlace -anunciado desde el mismo día que deposité mi voto en la urna- afectó seriamente mi salud. Me duele todo el cuerpo. Desde la punta del cabello hasta los pies. El corazón llora. La presión sube como la espuma. Son días de duelo.
Afortunadamente, a mi representante popular no lo conocí. Jamás consideró mi opinión para enriquecer su trabajo, sino estaría en este momento cortándome las venas con galletas Marías, para desgracia de los jornaleros.
Es probable que también usted no se enterara de quiénes fueron los diputados de Aguascalientes en la XLII Legislatura del Congreso de la Unión, para agradecerles todas sus preocupaciones y atenciones durante los tres memorables años de calidad legislativa.
Pero nunca es tarde para salir de la bendita ignorancia. Hoy me permito presentarles a Mónica García de la Fuente, Antonio Cuéllar Steffan, Raudel López López, Rubén Camarillo Ortega, Teresa Jiménez Esquivel, Pilar Moreno Montoya y José Ángel González Serna.
Los tres últimos, ante escándalo mediático generado por el siempre perverso rumor, salieron a la plaza pública para precisar que no existió el “pago de marcha” que pudiera generarles, además, daños adicionales con el SAT, sin la protección del fueron constitucional.
Es cierto. Hablaron con la verdad. El señalamiento del supuesto ingreso adicional tuvo su epicentro en una nota publicada en Reforma 12 de agosto del año pasado, donde se informó que en el proyecto de presupuesto 2015 -estudiado en aquel entonces por los legisladores integrantes del Comité de Administración-, estaba incluida una partida de 500 millones de pesos como “bono por desempeño a diputados”, que en realidad sería un “bono” por fin de Legislatura. Sin embargo, de acuerdo con Manuel Añorve, vicecoordinador de la fracción del PRI en la en XLII Legislatura, ese dinero no fue etiquetado.
Aunque, Moreno Montoya, Jiménez Esquivel y González Serna, por otra parte, se abstuvieron de enriquecer la aclaración, abonarle a la transparencia y reconocer las bondades de la Cruzada contra el Hambre, al omitir sus ingresos mensuales, las prestaciones (mensuales o anuales) y las doradas prebendas en especie disfrutadas en su calidad de legisladores federales (2012-2015), que distan de parecerse al salario promedio de un trabajador mexicano.
De acuerdo al presupuesto de la Cámara para este año, publicado en el Diario Oficial de la Federación, ella y ellos obtuvieron: Dieta neta mensual (descontados impuestos y demás) de 73,910.81 pesos. 74,558.00 pesos, sin necesidad de comprobar, para Asistencia Legislativa (45,786 pesos) y Atención Ciudadana (28,772 pesos). 58,000.00 pesos para los gastos del informe anual de labores y no se requiere comprobación del destino del dinero. Aguinaldo de 40 días por 93 mil 669 pesos, del que la Cámara cubre el Impuesto sobre la Renta. Devoluciones del ISR, a fin de año, por concepto de “Aportaciones al Fondo de Ahorro”. Vales de despensa por 2,780 pesos. Cupón de alimentos de 170 pesos por cada día de sesión, válido en los restaurantes de la Cámara. Tarjeta IAVE para circular sin costo por las autopistas del país.
Ufff. Además, Seguro de Gastos Médicos (El servicio del Issste vale madre, pues). Seguro Colectivo de Vida. Gastos funerarios hasta por un mes de dieta. Gratificación de fin de año. Pago mensual del celular. Automóvil. Chofer. Secretaria. Apoyo mensual de transporte que varía de 10 a 50 mil pesos, según la entidad a la que pertenece, para costear, al menos, cuatro boletos de avión al mes, a fin de acudir a las sesiones ordinarias. Dos salones de belleza ubicados en San Lázaro para corte de cabello, aplicación de tintes, bases, manicura y pedicura, completamente gratis. Consultorio dental de gorra en el edificio A de la sede legislativa.
Y un Fondo de Ahorro que envidiaría hasta el más acaudalado jeque árabe o el más modesto obrero de la planta Nissan. A los diputados se les retiene entre 8% y 12% mensualmente de su dieta bruta (antes de descontar impuestos y demás). La Cámara -o mejor dicho, el contribuyente- aporta la misma cantidad a la bolsa de cada legislador. Por los tres años sumarían más de 910 mil pesos. A esta cantidad se deben sumar los intereses que generaron estos recursos y que fueron depositados en las cuentas bancarias de cada uno de los grupos parlamentarios.
Al revisar ingreso-prestaciones contra productividad vemos que el déficit es extremadamente notable: los 500 diputados a XLII Legislatura aprobaron 803 iniciativas, esto quiere decir que per capita les correspondió dar el sí a 1.6 documento en más de mil días, dejando pendiente el debate de asuntos de verdadera importancia y urgente resolución para el país, como el Código Penal Único y las leyes secundarias de las recientes reformas constitucionales.
En cuanto a la actuación de los congresistas de Aguascalientes pertenecientes a la XLII Legislatura, la espléndida información publicada en estas páginas (reciente 27 de mayo) entera que salieron reprobadotes, según el Atlas Político (Ranking 5D) elaborado por académicos de Harvard que califican con cero en transparencia a los siete diputados que representaban al estado, pero además “se evalúa activismo legislativo, auditoría legislativa, debate, asistencia y transparencia. En promedio, los diputados por Aguascalientes obtuvieron 2.07 de un máximo de 5 puntos”. Ni de panzazo pasaron los diputados salientes.
Agréguese al pésimo desempeño legislativo, la aprobación del 16 por ciento de IVA a los alimentos de las mascotas de compañía; por eso, cada vez que el Gobernador -el mayor de mi manada pug-, paga la croqueta y los premios, les ladra a los legisladores como si fueran jugadores del América.
Con sobrada razón los diputados tienen muy mala imagen y se han ganado a pulso la suspicacia del mexicano: según una encuesta publicada en Reforma el reciente 4 de agosto, el 69 por ciento de los entrevistados desconfía del Congreso de la Unión.
Porque alguien tiene que escribirlo: Ayer entraron los nuevos diputados federales, los pertenecientes a la XLIII Legislatura. No aspiro a que sean mejores. Me doy por satisfecho si son menos peores. Con eso será suficiente para disminuir el recuento de los daños en 2018.