No sigan empobreciendo la política / Jorge Izquierdo en LJA - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Después de que ha transcurrido más de un mes de que se realizó la jornada electoral del 1 de julio, lo único que la ciudadanía ha venido escuchando de los partidos políticos que fueron los contendientes principales, son acusaciones que en la mayoría de los casos no parecen bien sustentadas, porque en cuanto se les piden pruebas de sus dichos, las acusaciones ya son otras. Con ello tristemente lo que se está logrando es que los partidos políticos se siguen exhibiendo tal y como son, poco propensos a respetar a la ciudadanía y privilegiando sus intereses, sin reparar en que día con día, hacen crecer el hartazgo que la sociedad civil tiene de ellos.

Se ha vuelto ya una condición como de juego, el revisar cotidianamente los medios masivos impresos o escuchar y ver los medios electrónicos, y atender cuál es la denuncia o la acusación del día, que casi siempre viene acompañada por algún comentario socarrón de los presentadores de noticias mal llamados conductores de noticieros. Lo cual ha comenzado a forjar todo un mecanismo de defensa de parte de los radioescuchas o televidentes, que en cuanto escuchan o ven que se empieza a abordar algún tema de índole electoral, le cambian de canal, dicen muchos de ellos “por salud mental”, para no tener que escuchar esa práctica de denuncia, y que inmediatamente recibe una respuesta del contrario, desestimando las acusaciones o ridiculizando los supuestos argumentos o pruebas de su contraparte.

La gente está cansada de estas situaciones, y es que más allá de a quién asista la razón, el esquema del postelectoral es una condición que está estigmatizada entre la población, sobre todo por la gente que vive en la Ciudad de México, que rápidamente recuerda lo que sucedió hace seis años. Es cierto que siempre es bueno buscar la oportunidad de que los procesos electorales empiecen a ganar credibilidad en cuanto a sus resultados, pero no en la forma en que ahora está sucediendo. A nadie debe extrañar que con la tradición de poca claridad electoral, que caracterizó o caracteriza a nuestro sistema político mexicano, no se pueda aún alcanzar la certeza de que los resultados sean aceptados de forma inmediata por todos los contendientes, pero la verdad que nos estamos tardando en darle el impulso final, para que esto suceda.

Poco parece ser lo que la política está logrando en nuestro país, muy pocos son los ejemplos que se puedan tener sobre municipios o estados donde la gente esté conforme con lo que su clase política ha logrado en favor de todos; lo mismo sucede con los Congresos de los Estados, ya que la inmensidad de la gente tiene la percepción de que sus diputados son poco productivos, y en general los tiene muy mal calificados. En cuanto a los miembros del Congreso de la Unión, la situación es aún peor, ya que la inmensa mayoría de la población no alcanza a ubicar con claridad quiénes son sus miembros y cuál es su actividad.

En fechas recientes me he dado a la tarea de analizar los posicionamientos y declaraciones de algunos de los miembros de la clase política en los diferentes ámbitos de su participación, o sea municipal, estatal y nacional, y la verdad que la constante que he encontrado en un alto porcentaje de ellas y ellos, es una inconmensurable ignorancia sobre los temas que pretenden abordar, y cuyo conocimiento en el mejor de los casos se reduce a unas escuetas tarjetas que les prepara alguien, que asume que conoce mejor que ellos esos temas. Y después de darles una leída muy somera, quieren actuar como si fueran expertos en la materia, que rápidamente se exhiben con todas sus carencias cognitivas, cuando para su desgracia alguien les hace más de dos preguntas sobre el tema o cuando alguien quiere profundizar sobre el tema, sin apegarse al guión que en muchas ocasiones estos “políticos sabios” se atreven a prefigurar.

Los tiempos políticos actuales debieran demandar que de manera inmediata, los ciudadanos nos volvamos más exigentes en cuanto a los miembros de la clase política, y tomar como un elemento toral, que los políticos se preparen de mejor forma, que quienes no tengan nada que aportar a la vida nacional por tener deficiencias tan notorias en su formación académica y profesional, no accedan a espacios de elección popular o administrativos en los cuales se requiere que quienes los ocupen aporten un trabajo de calidad de manera consistente y constante.

Por lo pronto, creo que podemos empezar por exigirle una mejor actuación a los políticos, y exigirles que actúen con absoluta honestidad, y no persistan en reproducir sus prácticas anquilosadas y obtusas, para que podamos seguir en el camino cierto hacia la democracia, que no es sólo el tener procesos electorales limpios e incuestionables.

El espacio para que los mexicanos pongamos a tiempo nuestro reloj se ha venido reduciendo de forma muy alarmante, y si no actuamos con prontitud, seguiremos sin salvar distancias y metas que hace mucho debimos haber alcanzado.



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